Capitulo 12

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Llego al patio trasero y busco con la mirada a Axel, lo encuentro sentado bajo un árbol un poco alejado de mí. Camino a pasos lentos hacia él y cuando llego dejo la mochila en el piso y me siento a su lado recostando mi espalda del mismo árbol.

Nos mantenemos en silencio por un rato donde solo se escuchan los pajaritos volando en el lugar y nuestras respiraciones. Él mantiene su vista fija al frente mientras yo lo miro de reojo, ya no lleva su chaqueta gris.

—¿Qué tanto piensas? —Rompo el silencio.

Él tarda unos segundos en responder.

—Pienso en lo complicada e injusta que es la vida —yo me mantengo en silencio esperando que continúe hablando, pero no lo hace.

Me pongo de rodillas tomando su brazo y lo atraigo a mí. Lo abrazo por los hombros y él al principio se mantiene quieto, pero luego rodea mi cintura con sus fuertes manos y esconde su cara en mi cuello.

—Mamá siempre dice que un abrazo lo soluciona todo —susurro, él se mueve y recuesta su cabeza en mi pecho, lo siento sonreír y eso me hace sonreír también.

—Tú mamá tiene razón, pero no solo es el abrazo, también es la persona —silencio—. No es que me queje de que me tengas abrazado, pero creo que estoy algo incómodo —sé que habla de la posición tan incómoda en la que estamos. Lo suelto y vuelvo a mi puesto.

Cuando pienso que él también se va a sentar hace todo lo contrario. Recuesta su cabeza en mis piernas dejando las suyas extendiéndose por donde se supone él debería estar sentado.

Yo lo miro desde arriba un poco nerviosa y asombrosa por su acción, él me devuelve la mirada y me sonríe.

—Así está mejor —claro que lo está—. Gracias por el abrazo —no digo nada.

Se forma un silencio no incomodo, lo miro y él tiene los ojos cerrados y su respiración es lenta. Inconscientemente comienzo a acariciar su cabello. Es bastante suave y le llega hasta la frente, ese color negro tan brilloso lo hace ver adorable.

Mientras enredo mi mano en su cabello miro sus ojos cerrados y estos tienen un poco de ojeras, al parecer no ha estado durmiendo bien. Miro labios, ¿qué se sentirá besarlo? Su nariz, sus cejas gruesas. Es injusto que él tenga mejores cejas que yo.

Suelto un bufido y elevo la vista de su rostro calmado al frente. Veo la entrada a la cafetería y las pocas personas que hay a mi alrededor, ninguna nos presta atención ya que cada quien está en su mundo.

Con mi mano desocupada saco el teléfono de mi bolsillo y miro la hora, sólo faltan algunos 25 minutos para que suene el timbre que anuncia la salida.

Yo tenia la última hora libre, pero ¿Axel también la tiene? ¿Se escapó de clases? No creo que haría eso sólo por estar aquí, ¿o si?

Siento como mueve su cabeza en mis piernas y luego veo como abre los ojos. Su respiración aún es calmada y sus ojos me observan atentos, como esperando algún movimiento de mi parte.

—Tienes unos ojos muy bonitos —dice manteniendo su mirada en mis ojos.

—Gracias, aunque no son igual de bonitos que los tuyos —él se queda callado y yo aparto mi vista porque ya me estaba pesando.

—Se siente bien —habla luego de unos minutos.

—¿Eh?

—La manera en la que acaricias mi cabello, se siente bien —ni siquiera me había percatado de que aún seguía haciéndolo.

—¿Te gusta que te acaricien el cabello? —Pregunto, al parecer eso lo relaja.

—Pues no, normalmente mi cabello es sagrado y no permito que nadie me lo toque, oh bueno, hasta que lo hiciste tú.

Mi primer amor |#1|✔️ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora