Capitulo 13

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Odio con toda mi alma tener que usar el baño de la segunda planta. Salgo de uno de los cubículos del baño, lavo mis manos y cara. Cuando estoy afuera me detengo al escuchar algo.

—Esa Ali es una perra —escucho una voz femenina, volteo mirando al lugar.

—Es rubia, por ley tiene que serlo —responde otra de ellas, yo espero que no estén hablando de mi amiga.

—Y siempre anda con ese grupo de perros —definitivamente habla de esa Ali.

Me acerco a ellas con todas las intenciones del mundo de defender a mi amiga.

—Más perras son ustedes —digo llegando a ellas, las tres me miran y una de ellas habla.

—¿Tú quien eres?

—La que te va a partir la cara si sigues hablando de así de mi mejor amiga —digo cruzándome de brazos.

Nunca he sido una chica problemática ni tampoco me gusta ser agresiva, pero escucharla hablar así de mis amigos hace que me hierva la sangre y sé que ellos harían lo mismo si escuchan que hablan mal de mí.

Además, sólo los chicos y yo podemos llamarla así, ¿ok?

—¿Qué? ¿Te molesta que diga la verdad? —Se ríe una de ellas.

—No hablen así de ella —digo entre dientes acercándome a ellas.

—¿O sino qué? —Una de ellas se acerca y las demás de quedan atrás, es más alta que yo pero no por mucho.

—Te las vas a ver conmigo.

—Tú también eres una perra —y esa fue la gota que derramó el vaso.

Me lanzo sobre ella haciendo que ambas caigamos al piso.  Golpeo su mejilla una y otra vez, ella se voltea quedando sobre mí y hace lo mismo. Escucho el bullicio del lugar pero, eso no es lo importante ahora. Le doy una patada en el estómago y volteo quedando yo arriba de ella. Tiro de su cabello y cuando estaba por pegarle de nuevo toman mi cuerpo desde atrás haciendo que me quite de encima suyo.

—¡¡Suéltame maldición!! ¡¡Le voy a partir la cara!! —Me quejo mientras pataleo. Somos el centro de atención en estos momentos y la chica con ayuda de una de sus "amigas" se levanta. Su rostro está todo rojo y supongo que el mío está igual pero no duele.

—Tranquila, fiera —escucho la voz de Manuel mientras bajamos las escaleras.

—¿Ya puedes bajarme? —Pregunto una vez estamos abajo.

Él me baja pero agarra una de mis manos y con la otra saca su celular. Marca  algo en él y luego lo coloca en su oreja.

—Final de las escaleras del segundo piso —dice y cuelga para después guardarlo.

—¿A quien llamaste? —El muy maldito sonríe pero no responde. Todos los que pasan por nuestro lado me miran y comienzan a hablar. ¿La gente no se cansa de llevar vida?

Uno minutos después veo a los chicos acercarse a nosotros y sólo ahí Manuel me suelta, yo me cruzo de brazos.

—¿Por qué tienes el rostro rojo y golpeado?—Pregunta mi hermano llegando a mí.

—Te aseguro que la otra quedo peor —responde Manuel por mí mientras ríe. Mi hermano sólo me mira como si no me reconociera, su mirada me hace retroceder un poco. Axel y Dante solo me sonríen como si estuvieran orgullosos.

—Choca esos cinco —dice Dante y yo choco mi palma con la de él aguantando las ganas de reír.

—Camina —Hairon me toma de la mano y hace que camine de una manera que casi corriendo.

—¿A donde me llevas? —Veo a los chicos caminar tras nosotros y Manuel sostiene mi mochila.

Llegamos al estacionamiento y cuando estamos cerca de su auto me zafo de su agarre y él voltea a verme. ¿A este qué mosca le pica? Yo soy la que tengo el rostro todo golpeado y yo soy quien debería estar enojada.

—Entra al auto, Nayrelis —ajá, ¿por qué se supone que está enojado?

—¿A ti que mosca te pico? —Me quejo y veo a Dante y Manuel pararse a su lado mientras Axel se queda al lado mío.

—¿Y qué se supone que quieres que haga? ¿Qué te lo celebre? Mira como tienes el rostro.

—¡¡Pero no puedes enojarte por eso!! ¡¡Mi rostro es que está golpeado, no el tuyo!! —Le grito perdiendo la poca paciencia, los chicos nos ven como si fuera un partido.

—¡¡¡Por supuesto que puedo, por eso lo estoy haciendo!!! —Me grita de vuelta.

—¡¡Yo soy quien debería estar enojada y no lo estoy!! —Diablos.

—¿Quieres que te haga una fiesta por eso? —Pregunta con voz calmada y eso hace que me irrite.

—Sólo me defendí, no entiendo porqué te molestas —digo entre dientes. Planeaba darme la vuelta y caminar en dirección contraria, pero su grito me detiene.

—¡¡¡Entra al maldito auto, ahora!!! —Grita haciendo que me sobresalte. ¿Por qué me está gritando? Nunca lo ha hecho y eso me molesta. Es mi hermano, no nos peleamos y por primera vez lo estamos haciendo y es en serio. Creo que tengo ganas de llorar.

—¡¡¡Nay!!!—Escucho que gritan, las chicas llegan a nosotros y lo primero que hacen es ver mi rostro.

—¿Quién mierda te hizo eso? —Pregunta Lisa, yo les cuento todo lo que pasó y mientras hablo puedo ver como mi hermano se va enojando más y más.

—¿Pelo negro, más alta que tú pero no por mucho, andaba con dos más , delgada y vestida como puta? —Pregunta Ali respecto a cómo era la chica. Yo asiento y su rostro se torna rojo de enojo, Lisa está igual de enojada que ella. Ambas se miran y luego salen corriendo de vuelta a la escuela. 

—Ya van estas a buscar problemas también —dice Dante yendo tras ellas. Manuel tira mi mochila por la ventana del auto y hace lo mismo.

Yo miro a Axel y mi hermano, cuando me dan la espalda para entrar al auto yo me doy la vuelta y empiezo a correr por donde se fueron los demás.

Cuando estoy por llegar a la puerta escucho el bullicio dentro, pero alguien me sujeta desde atrás levantándome del piso como lo hizo Manuel hace un rato.

—¡¡Dejen de sujetarme de esa manera!! —Grito.

—Cállate, Nay, ya estás acabando con mi paciencia —escucho la voz de mi hermano—. Llévala a casa —me baja, pero otra persona me sostiene en su hombro como un costal de papas. Juro que van a hacer que me maree.

Que lindo trasero, sé que es Axel por como huele, que por cierto es delicioso.

—Manuel tiene las llaves de mi auto, en esta posición me cruzo de brazos y veo mi cabello guindar en el aire.

—Llévala en el mío, nosotros iremos en el tuyo más tarde —escucho el sonido de las llaves y empieza a caminar al estacionamiento nuevamente.

—Axel —lo llamo.

—¿Si?

—¿Puedes bajarme? —Pregunto, sé que si intento volver a irme él me alcanzará en un abrir y cerrar de ojos.

—No, gracias —continua caminando. Mi cabeza da vueltas y creo que me estoy mareando.

—Come mierda entonces—lo escucho reír, él me baja de su hombro y me acorrala contra el auto de mi hermano.

—La gatica sacó las garras —dice mientras acaricia mi mejilla. Esos ojos tan lindos que tiene están fijos en mi mejilla y tiene su cabello todo despeinado.

—¿Quieres ser mi siguiente motivación a sacarlas? —Pregunto a lo que él ríe.

—Procuraré no enojarte nunca, nadie sabe si me mates un día —cierra sus ojos y se aparta de mí.

—O peor, corto tus bolas —no sé de dónde salió decir eso pero no importa.

—Vamos —abre la puerta del auto y yo entro.

¿Qué maldición es esta?

Mi primer amor |#1|✔️ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora