Siempre he odiado tener que hacer las compras, mi mamá y Hairon saben cuanto odio eso, pero aún así me toca a mí hacerlo. Entiendo que es el día libre de mi mamá y por lo tanto debe descansar, por otro lado mi hermano es un idiota que no sabría qué comprar y qué no. Por eso ahora me encuentro haciendo fila para poder pagar mi compra.Cuando es mi turno saco todo del carrito y entrego la tarjeta que mamá me dio a la chica que atiende.
—Tenga feliz tarde —me despido tomando las bolsas y saliendo del supermercado en busca de un taxi, pero afuera no hay, camino unas calles en busca de uno pero nada.
Escucho los truenos y miro al cielo, no puede llover, no ahora... Si, está lloviendo. Lo que me faltaba. En la calle, sin taxi, con bolsas de compras y para rematar lloviendo. Esta tarde no puede ser peor.
Camino a una parada de autobús para poder ocultarme de la lluvia, coloco las bolsas en uno de los bancos que hay y saco mi celular de mi bolsillo.
5:23 de la tarde y sin señal. Al parecer la lluvia ha dañado algún cable o no sé.
¿Ahora qué haré? Me siento en el banco junto a mis bolsas y pienso en mis opciones las cuales no son muchas. Cuando salí de casa y vi el cielo gris debi decirle a Hairon que viniera conmigo.
Pasan unos largos minutos que parecen horas y no aparece ni el bus ni un taxi, estoy toda mojada, la maldita señal sigue sin funcionar y la lluvia en lugar de cesar cae con más fuerza, la veo caer por largos segundos hasta que un auto de color negro mate se parquea frente a mí y de este baja Axel.
—¿Qué estás haciendo aquí, sola y lloviendo? —Se cruza de brazos parándose frente a mí sin ocultarse de la lluvia, su cabello cae por su frente, su boca mojada y rosadita dan ganas de besarlo y esa ropa negra que ahora está mojada lo hace ver más apuesto de lo que es.
—Estaba en el súper y no encontré taxi —digo viéndolo directamente a los ojos.
—¿No se te ocurrió llamar a nadie?
—No soy tonta, pensé en eso pero no hay señal —este idiota cree que todos somos igual que él.
Es cierto cuando dicen que todo ladrón juzga por su posición.
—Vamos, te llevaré a casa.
—¿Eh? —Pregunto anonadada, viendo que toma las bolsas y camina al auto poniéndolas en el asiento trasero, luego se gira a mi dirección.
—¿Te vas a quedar ahí ? Vamos, pequeña.
—¿Acaso no te importaría enfermarte? —Cuestiono parándome frente a él. Ambos estamos bajo la lluvia.
—Me gusta correr ciertos riesgos —por un microsegundo sus ojos viajan de mis ojos a mi boca. ¿Tuvo el mismo pensamiento que yo? No lo creo.
—Vamos o te vas a enfermar —me toma de la mano y siento una electricidad recorrer mi cuerpo, su enorme mano se siente caliente sobre la mía más pequeña y ese calor se trasmite a mi cuerpo. No pensé que con sólo tomar su mano me sentiría así.
—Mojaré tu auto.
—¿Te preocupas más por mi auto que por enfermarte? Sorprendente.
Abre la puerta del copiloto para mí, yo entro y él sube al lado de conductor.
—¿Tienes mucho frío? —Pregunta sin encender el auto. Yo susurro un "si" mirando que mis manos tiemblan. Él se gira al asiento trasero y cuando vuelve a su lugar me extiende una manta lo suficiente grande para cubrir mi cuerpo entero y luego enciende el auto.
—Cúbrete con eso, de todos modos encenderé la calefacción —dice y eso hace, yo lo obedezco y me cubro con la manta. No me detendré a pensar el porqué tiene una manta en su auto.
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Mi primer amor |#1|✔️
Novela JuvenilNayrelis está apunto de iniciar su último año de instituto. Vive una vida tranquila y alegre, rodeada de unos buenos amigos, una madre cariñosa y un hermano que la palabra "protector" le queda corta. Pero ¿qué pasaría si un día por culpa de su torpe...