Mi primer amor |#1|✔️

Capitulo 6

Madrugada.

Miro a mi alrededor y todo es oscuridad, soledad y silencio. Pero no un silencio tranquilo, es un silencio pertubador que te hace saber que algo malo está por pasar, es un silencio peligroso y hay que escuchar con atención para poder percibir cualquier sonido.

—No eres más que una pequeña mocosa —escucho una voz que es más como un eco. Miro alrededor y sólo veo oscuridad, no veo nada.

—¿Qué quieres de mí? —Mi voz es baja y temblorosa.

—Todo— dicha esas palabras, frente a mi aparece un rostro borroso y yo suelto un grito de espanto.

—¡¡Noo!! —Grito levantándome de golpe quedando sentada en la cama—. Solo ha sido una pesadilla, Nay —me digo a mi misma—. Una terrible y fea pesadilla.

Miro la hora en el reloj que hay en mi mesita de noche. 3:13 de la mañana. Intento dormir por más de una hora pero no puedo, así que me levanto de mi cama, tomo mi almohada y uno de mis peluches de dinosaurio y salgo de mi habitación sin hacer ruido. Abro la puerta de la habitación de mi hermano y por la luz de su mesita de noche, logró verlo acostado boca arriba con su laptop en las piernas. Algo me dice que hasta hace poco estaba despierto.

Camino a su cama y cierro su laptop dejándola en una silla que hay en la habitación.

—Hermanito. Hairon. Despierta —susurro tocando su hombro.

—¿Qué pasa, Nay? —Abre sus ojos lentamente y me mira aún acostado, por lo menos no tiene el sueño pesado.

—Es que tuve pesadillas y ahora tengo miedo, ¿puedo dormir contigo? —Soné como una niña pequeña asustadiza.

Él asiente y yo apago la lámpara para luego tirar mi almohada a la cama y subir.

—Duerme bien, enana —dice abrazándome a mí y a mi peluche.

Ahora si podré dormir bien.

                                                  *****

Desde hace rato me empezó a doler la cabeza, escucho a la maestra hablar pero su voz se escucha lejana. Recuesto la cabeza en la mesa durante unos minutos, pero no consigo calmar el dolor, todo lo contrario, aumenta y hasta creo que tengo fiebre.

—Maestra —la llamó pero ella sigue con su vista en la pizarra mientras escribe—. ¡¡¡Maestra!!! —Exclamo para que me escuche ocasionando que mi cabeza duela más por la fuerza que use y ella se sobresalta.

—¿Está todo bien, señorita Bens? —Pregunta mirándome y no solo ella me mira, todos en el salón lo hacen.

—No, necesito ir a la enfermería, no me siento bien —explico mientras la cabeza me da vueltas.

—Por supuesto, vaya —me da el permiso—. ¿Necesita que alguno de sus compañeros la acompañen? —Yo niego caminando a la puerta.

Camino a la enfermería poniendo la mayor resistencia posible en no desmayarme. Cuando llego y abro la puerta es como entrar al cielo. Todo es blanco y creo que eso me marea más porque no aguanto y caigo al piso perdiendo el conocimiento.

***

Siento algo duro e incómodo debajo de mi cuerpo y escucho murmullos a mi alrededor. Trato de que mis ojos se acostumbren a la claridad del lugar mientras suelto un pequeño quejido, los abro por completo viendo cinco figuras borrosas y lo blanco que es todo el lugar. Al parecer un hospital.