||Capitulo 7

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ALGUNOS DATOS DE VADOS.

Buena en las indirectas y causante de la competencia entre Bills y Champa. Sirviente y maestra de este último. Delegada del del sexto universo.

Ya no se cometería el mismo incidente como el que paso la vez pasada. Ahora tenían registros de todos los repartidores y de memoria: Caras, nombres y rutas. Un grupo de ladrones, para precisar se trataba de tres hermanos. Saquearon un almacén de piezas. El rey Galáctico envió al escuadrón Kusaya a explorar. Su zona favorita de ese trio. Las piezas fueron registradas como robadas hace unas horas. Una nave no identificada se acercó al territorio de una de las bases de la elite. Lo que llamó la atención eran los repuestos que no parecían compatibles en el vehículo. Se trato de hacer comunicación por la radio.

—Identifíquese —, se percibió la estática y de repente palabras.

¨Eres Idiota, Penne... Apaga la maldita radio... Nos escucharon¨.

El trio se trataba de un grupo de hermanos que buscaba la riqueza por medios fáciles. No tanto, robar no es tarea fácil y no es por defender a nadie. Hay que que reconocer que esa clase de gente se juega todo a cambio de unas monedas. Deduje que es probable que no se hicieran millonarios con un simple robo, me apena la envidia y codicia que los mortales llegan a experimentar.

—Son de nuevo ellos.

—¿Los hermanos Macareni?.

En los últimos días este trio había dejado los robos menores. Ahora se basaban a un pez más gordo. Nunca sobrepasaban al extremo del secuestro, no con esas intenciones. Los llaman rehenes. En esta ocasión solo robaron un vehículo y le cambiaron las piezas por las recién robadas. El escuadrón fue de inmediato. La nave acelero como siempre lo hacían esta clase de escoria. Entraron a la atmosfera de un planeta vecino. La nave se detuvo y salto uno de los tres. El líder envió a su hermano, es más que obvio que a su hermana no sería capaz de mandarla a una misión suicida. Él tampoco se arriesgaría.

Callo, dando un giro en el suelo. Dando un disparo con un cañón de mano. No sabía a la perfección usarlo, pero superaba las habilidades de los primeros días del novato al usarlo. Hablando del novato, su ubicación fue más cercana que el escuadrón. Le tomaría diez minutos llegar. Sin que se lo ordenaran, se dirigió de inmediato al sitio. Al llegar, la mala puntería de Penne no logro darle. En eso le ganaba Meerus. Los otros dos se alejaron dejando solo al ladrón.

—Tus compañeros te dejaron por tu cuenta.

—Somos los hermanos Macareni. Un gusto —se presentó con burla.

El escuadrón los intercepto en el camino. Saludaron y arrestaron al sujeto. Felicitaron a Meerus por su excelente trabajo, mientras tanto aun buscaban a los otros. Antes de que los patrulleros subieran por completo a la nave, el novato les dio una advertencia.

—Cuidado. Su actitud pareciera que planean una emboscada.

—Nos encargaremos de él. Tu lleva de regreso las partes, es más seguro. Tranquilo, ya nos la arreglaremos.

Los agentes se aventuraron en el universo devuelta a la prisión con un nuevo huésped. Detrás, los seguían los otros dos bandidos. Aun en el planeta, Meerus busco el número y llamo a la corporación que fabricaba las piezas. Aguardo la llegada del encargado del almacén junto a los vehículos autorizados. Escolto a las unidades revisando a cada momento el perímetro y las novedades de la radio. Todo resulto ir en orden. Llegó al almacén donde terminó de revisar el armamento e inventario. Por el momento las piezas faltantes servían más por decoración a los diseños previos a ser lanzados en algunos meses.

Mostraron los nuevos diseños especificando las posibles fallas que podría tener el vehículo que adquiriera esas partes. Nada importante. Pese a ser simple adorno, estaba en prueba los materiales que utilizaron. En dirección a la prisión, notaron un conjunto de vehículos a la distancia. Se trataba de un embotellamiento.

—En buena hora nos topamos con esto —, renegó el patrullero que odiaba estas secciones de la galaxia.

—¿Por qué robar piezas en prueba? —cuestiono el otro agente aburrido de tanto piteo de los vehículos. No recibió respuesta—. Vas muy callado para ser un sujeto que ríe al obtener una victoria en nuestros encuentros.

Entre los vehículos de junto se hallaba el dúo faltante.

—No los pierdas.

—Si serás, no pueden avanzar y nosotros tampoco.

Ya fuera del circuito, Ambos aceleraron un poco más. El dúo tomo un desvió en dirección del cuartel. Podrían salir por el frente y atacar. Los patrulleros dieron por hecho que seguirían al mejor patrullero al ser una nave pequeña. Se equivocaron, no del todo. Ya sabrás mis razones al decirte esto.

—Meerus a dejado el cargamento. Está dando una vuelta para descartar un posible robo.

Todo fue tranquilo hasta topar de frente con los hermanos Macareni. Justo antes de dar la vuelta salto sobre la nave. Se encontraban cerca de aterrizar, la atmosfera ya había sido traspasada. Una oportunidad de colarse en la nave dio paso. Dentro, los patrulleros se hallaban muy cómodos, tanto que sus armas no estaban en su total listas para un ataque. Quien logro alzar su arma jalo el gatillo en repetidas ocasiones. Juraba tener dos municiones y ninguna salió. El colado sonrió, dejando salir un disparo cerca del hombro del patrullero que luchaba por mantener el control. El arma del patrullero resulto inútil, fue lanzada lejos. Fue en ese momento donde dos disparos salieron hiriendo el brazo derecho del conductor y provocando que la bala sobrante revotara contra el suelo.

—¿Dónde llevaron la mercancía?.

Presiono con fuerza la herida y permanecer aun consiente.

—Te equivocaste de patrullero. Tu dichosa mercancía está segura y fuera de sus manos.

—Hermano, quítale las llaves y desátame.

—Ghetti, eres un estúpido. ¿Por qué permitiste que te capturaran?.

—No es momento para pelear. Desátame.

Apunto con su arma. Disparo más de seis veces. Temblaron sus manos y por primera vez acertó todas las balas. Las esposas se liberaron. Ambos salieron a tiempo. Uno de los patrulleros alcanzo su arma. Dio un disparo. No se atrevieron a ir en persecución, su compañero necesitaba un médico.

—¡Ghetti, haz vuelto! —, se emocionó la chica.

—Lastima, creí que nos llevarían al almacén.

—¿No tenías pensado salvarme?.

—No, por el momento no. Después idearíamos un plan, pero ya que has vuelto de algo sirvió arriesgarnos.

En la central, el patrullero lucía un vendaje en el brazo. Meerus volvió y después de contarle lo sucedido se mostró compresivo y no les reprocho el haberse descuidado. Su molestia se mostró cuando miraba el vendaje en repetidas ocasiones.

 Su molestia se mostró cuando miraba el vendaje en repetidas ocasiones

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