||Capitulo 17

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"FUERZA Y PODER"

UN RELATO CORTO

Ya era tarde, recibió un mensaje del báculo. Temió contestar. Fue la peor elección, se contestó solo.

―Estaba haciendo un balance, pude notar que muchas de tus acciones han afectado de forma indirecta al universo. No sabría si felicitarte o dar pésimas noticias...

―Todo estará en orden ―, le aseguro entre palabras cortadas.

No mucho tiene del último ataque al planeta Meira. Al apartarse de las miradas de curiosidad, se dirigió a preguntar al sobreviviente por el exterminio provocado en órdenes del emperador. Meerus tubo la impresión de sentir lastima por los humanos. El sacerdote le frecuentaba y lo sabía bien, llevaba una. No se le ocurrió la nueva escusa. Se acerco a una pequeña que aun trataba de formar silabas. Preguntarle cuanto puede esperar y buscar la forma de explicar, encontrando empatía y la conexión a gritos, tratando de alcanzar en su total atraparlo en la cuenta de que valía la pena dejarlos así. Por primera vez en años sintió la necesidad de aniquilar por completo la vida del lugar. Inestabilidad e incomodidad. Estar frente fue suficiente para unir las silabas como rompecabezas. Viviría en la soledad. Si otros sobrevivían, ella no lograría volver hallar el amor. Suena egoísta, no vale la pena dejar reconstruir un mundo en su total destrucción.

―Se... fue... ―Dejo salir con mayor claridad. En su experiencia nunca fue quien le toco motivar, siempre se basó a la planeación y detención. Por primera vez lo intento e inventarse una frase de consolación.

―¿Conoces las estrellas? ―la pequeña asintió, recordó los hermosos astros que le hicieron ganar mucho antes su atención―. Son hermosas de lejos, al estar junto no lo notas. Un día, hace mucho también solía sentirme extraño y confundido. Si las miras con atención, puede que en una de esas ocasiones excepcionales la veas con rapidez ir y venir, esperaras que vuelva y no lo hará. ¿Qué haces? causa conmoción por un tiempo y sigues con el recuerdo.

Se sincero, una vez más ahogo su resentimiento en contra de los humanos. Le miro y recordó un detalle. Metió la mano en su bolsa.

―Algún día me lo guarde, es hora de entregárselo a un nuevo agente ―, trato de acomodar el viejo clip―. En un futuro podrías ser parte de nosotros.

Aún faltaba aprender una lección. Eso podría predecir y seguir dándole vueltas al asunto. En esta semana escapo un preso que compartía antigüedad. Ahora se hallaba en el cuartel intentando dar detalles de las atrocidades cometidas por la cabra. Algo iba mal. Pese a mostrarse firme y de forma natural, tenía un mal presagio y no era la insistencia del pez oráculo ignorado que le envió a traer.

Moro nunca fue asesinado por sus grandes habilidades. La vieja cabra, y lo era, había vivido diez millones de años. El único capaz para detenerlo era el gran Kaioshin, su poder aumentaba estremeciendo a cualquiera a su paso. Había más para explicar. Bu seguía dormido, incluso se le puede llamar "El chicle durmiente". Meerus lo medito por un instante.

―De todos modos, no hemos podido localizar a Moro aun, así que debemos esperar.

Lo mejor fue la propuesta de Goku, Vegeta no lo tomo bien. Primero se quejó, aunque el par estaba tan emocionado por esa novedad. Empezaron a platicar sobre mortales con gran fuerza. Meerus mostro interés, lo que sí, es que ya se sabía esas historias y como el universo siete triunfo en el torneo. No es que fuera chismoso, se trataba de una investigación de rutina. Vegeta noto algo raro en el novato, era tan obvio y sigiloso para no darse cuenta a quien vio hacer movimientos similares. Si era fuerte, sería una oportunidad para superar los límites si se iba del lado del mal. Insistía en que era un tipo que guardaba mucho, no le daba confianza.

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