||Capitulo 14

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JIRUJIRU.

Ave natal de donde residen los ángeles.

No solía comprar víveres, este era uno de esos días en los que visitaba los mercados galácticos. Muchas cosas resultaban útiles o hallaba artefactos que mejoraban sus capacidades detectivescas. Compraba por lo general cualquier tipo de cosas que le parecían sospechosas, tanto para inventarse una escena de crimen que implicara como el arma sospechosa a ese artefacto.

Estas últimas semanas, Irico se preguntó más sobre mitos y esas cosas. Se venia venir la moda en desmentir mitos. No sé en qué momento Meerus acepto entrar en su equipo de búsqueda. Absurda. Entre las curiosidades del mercado encontró un zorro de cerámica, extraído del planeta Tierra y previamente vendido por Jaco. Ahora que recuerdo, volvamos un instante el tiempo. No más de quince mil millones años. Ahí, en el octavo universo nos hallábamos en una época donde el desarrollo del universo estaba elevándose. Liquir, dios del octavo universo, tomo posesión de una hermosa doncella. Korn miraba atento a cada movimiento hasta el punto de restarle importancia, mientras Meerus fue tras él.

—Detente —, ordeno el mayor.

—¿Qué hace? —intento no perderle la vista. Alzo la mirada y en puntillas trato de ver más allá de la vuelta de la calle.

—Que indiscreto —musito—. Observa.

—Dijo que mantendría el balance ¿Cómo?.

Aquí un pequeño relato para mantenernos al contexto del recuerdo. Todo mundo sabe que los ángeles guía son los mejores entre los suyos, ya les habéis comentado sobre los secretos que se guardan, aquí otro. Anota con detalle. Liquir no es un zorro ordinario, posee cualidades únicas: ser curioso y travieso. Se trata de los míticos zorros que cuentan las leyendas, ya imaginaras a lo que voy. En su planeta natal, coexistían con otras especies donde las doncellas por la naturaleza hermosa eran el atractivo principal de estos traviesos. Lástima que ni una de ambas especies se llevara tan bien. Que zorro terco que rechazaba una y otra vez la propuesta del ángel.

—Meerus, escucha bien. Todos los dioses posen un estilo único, así rigen sus universos. Incluso, son complicados de entender —declaro ante el tiempo de espera que parecía no acabar.

—¿Cómo sabes cuál es un excelente candidato?.

—Es simple. Lo aprenderás algún día.

—Quieren que aprenda y sigo sin entender.

—Considérate afortunado. El gran sacerdote no es tan flexible —. Suspiro— con todo respeto, diría que se equivocó.

En la penuria de paciencia, el dios vivió dando pasos rápidos y los brazos abanicándose en los costados. Una seña fue suficiente para la destrucción del planeta en segundos. En un penoso acto, Meerus sostuvo una última roca flotante en el espacio. Observo y paso su dedo con detalle. Los representantes del universo planeaban destruir otro planeta inútil ese día, eso sería el término de su jornada. Llevaban semanas infiltrados para investigar, pese a muchos intentos nunca se descartó la posibilidad de destruir el planeta. Justo en ese momento ambos aguardaban en espera de una reacción.

—Falta un pedazo —, tomo la roca y la pulverizo—. Gracias por recordarme que quedan restos. Mejorare mi técnica. Korn, felicítale.

—Excelente observación, hermano menor —, le regalo una sonrisa rápida. Fue extraño escuchar que le nombrara así. Un gran progreso pensó—. Algún día serás excelente guía. Sigamos.

Diferían en mucho y unas tantas cosas en común. Pregunto mucho y le respondían. Una explicación. Liquir no acepto en un inicio pese a ser un mortal de alta. Gran fuerza y sabiduría, además de astucia. Incluso, capaz de mantener sus promesas.

Aquí la última parte del relato. Aquellos zorros poseen esferas creadas por ellos, al perderlas y encontrar a su nuevo dueño le hacen una promesa a cambio de refugio y su esfera. Eso paso.

"He devuelto tu esfera. Harías lo que te pidiera si te doy hospedaje y alimento. Lo prometiste".

Fue así como el dios accedió y para mantener su promesa, mantiene el universo en equilibrio y así tener feliz al ángel. Los primeros días desaparecían las cosas del palacio, Korn no mostro desagrado, incluso recomendaba que desaparecer y cuanto era el valor. De todas formas, Liquir es el amo del castillo. Hasta la fecha tenía esa maña. Aun que ahora se dedicaba a cambiar de lugar las cosas.

—Señor Liquir, ¿Usted Visita su planeta natal?.

—El planeta natal del señor Liquir no existe en la actualidad —. Se lo pensó y puso su mano en su barbilla— tengo entendido que no era buena idea permitir que esa especie siguiera haciendo de las suyas. No todos eran malos, que incluso...

—La mejor opción fue deshacernos de ellos. Fue la primera vez que destruí un mundo entero —. Admitió sin remordimiento— Nunca había experimentado tanta adrenalina.

La figurilla no resultaba cara, así que la llevo como evidencia del crimen ficticio relacionado a un Zorro. La justicia se hacía presente de mil formas, una de ellas era el exterminio de un planeta entero. Aún permaneció un rato más en el mercado.

—Ya los cargo el payaso.

El patrullero río al asalto.

—¿Qué tanto te causa gracia?.

Nunca habría salido del planeta, Lo que sí, es que reconocería el logo negro y blanco. Un rayón y punto. La patrulla Galáctica solía frecuentar esos sitios por los descuentos en productos de no sólo la galaxia, existía incluso quien afirmaba que eran de otro universo. La policía local entró en escena de inmediato haciéndose cargo.

Se me ocurrió contar la historia de un payaso, pero me la guardaré. Irico llamó para avisar que irían a en una investigación. Los acompañaría uno que otro a cargo de la seguridad de las celdas. Además, dieron por hecho que los presos no harían nada. No sería el fin de la galaxia por un pequeño descuido.

—Es hora, nos esperan en el planeta Sunai.

—Esos presos hablan mucho.

—Déjalos, es lo único que pueden hacer.

Adentrándose en la galaxia, buscaron los lugares de más actividad. Sin duda tendrían que dejarlo para más tarde. Ahora el llamado de ayuda sonaba repetidas ocasiones en el monitor.

—De nuevo los hermanos Macareni.

—Meerus dijo que nos alcanzaba, está ocupado.

—En ese caso, no le dejemos toda la acción de la galaxia.

Fueron en dirección del trío del universo. Si mis conocimientos adquiridos en el torneo no fallan, en el universo nueve existe el trío peligro. Pronto les presentaré a Ness.

 Pronto les presentaré a Ness

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