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CAP. 1. 'INOCENTE'

i m p o r t a n t e:
esta novela contiene temas como desórdenes alimenticios. si es un tema sensible para ti, recomiendo no leerla. a su vez, es completamente ficticia.

Restregaron la cara de Marina por el plato obligándola a comer. Obligando que superara sus miedos más personales y tragara el plato de puré que se encontraba delante de ella desde hace más de dos horas.

Ansioso por ver cómo lo tomaba, no pude evitar que se me escapara un par de golpes de emoción con los pies sobre el suelo. Marina levantó la cabeza llena de puré por toda la cara y sonrió al verme enfrente suya.

'¿Sigo estando hermosa?' preguntó, como si no le importará haberse humillado delante de mí. Yo asentí, con una sonrisa de oreja a oreja, emocionado por ser la última vez que vería su desagradable cara.

La última vez que tuviera que aguantar un número de los suyos. La última vez que tuviera que soportar su acoso constante.

He oído que las personas con trastornos alimenticios se vuelven completamente obsesivas con algo o alguien cuando no pueden tener algo que llevarse a la boca. Es como una distracción para ellos.

Es como una forma de olvidarse de sus problemas más internos.

Marina llegó al centro por problemas de acoso a otro chico. No era algo de gran interés para mi a pesar de que alguna vez habían rumoreado sobre ello en los pasillos.

Marina siempre iba detrás mío. Ella me seguía a todas partes. No había forma ni momento en que me la pudiera despegar de encima, pero hoy todo esto acabaría.

Y estaba ansioso porque ocurriera.

'¡Matias!' paro Diana enfrente mia con el peto naranja completamente manchado.

'¿Que querés?' pregunté levantando una ceja. Algo en Diana me gustaba, no sé si era la forma en la que conseguía imponerme en un instante o su pelo de color negro completamente lacio.

'Toma, el cepillo de dientes que me pediste el otro dia' extendió su mano con el objeto intentando parecer inocente al ojo de los grandes. Me lo metí en los bolsillos, intentando no llamar mucho la atención.

A pesar de que nos estuvieran observando.

'Gracias' conteste, pero no era suficiente. Eso no era lo que Diana venía a traerme y lo sabía.

El cepillo lo había dado primero para que nadie pudiera sospechar de nosotros. En el caso de que ahora mismo me cachearan por recibir un simple objeto, sabrían que solo era un cepillo de dientes normal y corriente.

A Diana y a mí nos gustaba correr riesgos. No habíamos intercambiado muchas palabras pero lo sabíamos. Era una manera que nos hacía sentir vivos.

Antes de que se marchara, agarre su mano. Sin soltarla aún, la pegue a mí cuerpo, lo que me dio tiempo a esconder la bolsa que contenía ella en la boca, debajo de mi lengua sin que las cámaras fueran conscientes de esto y comencé a besarla con fuerza.

Lento y apasionadamente, como nos gustaba. Marina, quién estaba detrás mio, estaba acostumbrado a verme besarla. No era capaz de decir nada sobre el asunto.

'¡Candia, Castro!' nos llamaron, mientras Diana pasaba sus manos por mi pelo. '¡Separados!'

Fue el primer aviso, al tercero nos separaban a la fuerza.

'¡Candia!' volvieron a llamar mi nombre, viendo que yo llevaba las riendas del beso por como sostenía su cuerpo sobre mis brazos.

Al segundo nos separabamos. Era el intermedio perfecto para que no sospecharan.

él. | matsquare.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora