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19.

CAP. 19. 'FUNERAL'

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'¡Candia, Teniente!' llamaron. ""Acabábamos"" de comer, esta vez Rodrigo no había podido ayudarme en terminar el plato.

Desde la pesadilla de ayer, había vuelto a los mismos hábitos de antes.

'¿Si?' grito Rodrigo levantando la cabeza y mirando directamente a la puerta. No tardaron en abrirla.

'Tienen el funeral de Alicia' dijo el guardia que vino a buscarnos. Nos levantamos de inmediato.

Nos pusieron las esposas en las muñecas y nos escoltaron hacia fuera de la habitación, uno por uno. No tardaron mucho en llevarnos hacia el autobús.

Cuando entramos al vehículo, vimos a Zaira, Sofía, Alfie y Bibi dentro. Cada uno sentados por separado.

Zaira no giró su cabeza para mirarnos. Los demás, nos saludaron con la mirada.

Nos sentamos cada uno en el sitio que nos indicaron, aún con las manos esposadas cerraron el portón del autobús y arrancó.

Rodrigo no dijo nada. Nadie dijo nada. No era un día para celebrar, era el funeral de nuestra amiga.

Yo miraba por la ventana mientras el autobús se alejaba del centro, con las manos entre las piernas, miraba el campo y el cielo especialmente nublado.

'Tu culpa Rodrigo.' dijo de repente Zaira, quién estaba en la primera línea.

'¿Qué?' preguntó ofendido, haciéndose el que no había escuchado bien lo que acababa de decirle.

'Lo has oído' respondió Zaira en un tono especialmente serio.

'¿Por qué?' preguntó Alfie de repente, quién parecía no estar de acuerdo.

'Estaba claro que la presionaba a tenerlo'

'¡No es cierto!' grito Rodrigo defendiéndose. Los guardias que nos llevaban al sitio dieron un par de golpes a la ventana de la zona de delante pidiendo silencio.

'No...' dejó caer Zaira de forma irónica. 'Para nada...'

'¿De que sirve Zaira?' pregunté igual de ofendido que Rodrigo.

'Supongo que es más fácil echar la culpa a los demás antes de aceptar que fue un accidente...' dijo Bibi como quien no quiere que le oigan.

'Si quieres echarle la culpa a alguien Zaira, echales la culpa al centro' siguió. 'Ella no sabía cómo abortar, nadie la presionó a tenerlo'

Zaira no respondió más.

No pude verle, pero sabía que Rodrigo estaba llorando. Sus manos entre sus piernas, su cabeza apoyada en la ventana y sus continuos suspiros eran notables.

No tardamos mucho en llegar. Cuando vi por las ventanas que entramos al cementerio, sentí un escalofrío por la espalda. Aún no era capaz de llorar por ella, no sé que me lo impedía.

Pero al mismo tiempo tampoco era capaz de decir ni una sola palabra al respecto. Como si la guardara respeto.

Nos sacaron en fila. Rodrigo y yo éramos los únicos vestidos con el uniforme del aislamiento del centro, el resto iba vestido como de costumbre.

Benjamín, quién era el que había conducido el coche hasta ahora nos reunió unos pasos más atrás del funeral.

'Tienen una hora' dijo. 'Luego quiero que estén todos acá'