Willy Pruk es un rico alfa y dueño de una de las empresa más famosas del país, el cual tras perder a May, su amada esposa debido a una larga y dolorosa enfermedad, se pasa los siguientes años cambiando de amante en amante.
Una noche tras cerrar un n...
Dos semanas después de tener a su bebé, Saint al fin salió de la clínica canastilla en mano muy feliz, aunque esa tan solo fuese una miserable habitación de un motel de carretera.
La verdad era que en ese preciso instante se sintió aún más orgulloso de no haber sido un cobarde y regresar al prostíbulo con su padre y sus demás hermanos.
Ese no era lugar para un bebé, aunque tanto él como sus hermanos se habían criado allí, jamás sería capaz de someter a su querida hija, a una vida de prostitución como la que le inculcaron sus padres.
Tras coger un taxi llegó al motel y entró en la habitación, ninguno de sus hermanos estaba, así que pensó que Gulf aún estaría en el hotel trabajando y Gun habría ido a hacer algún tipo de recado.
Tras acostar a su pequeña en una vieja cunita que la dueña del lugar le había prestado, el omega se puso a preparar algo de comida en el hornillo portátil que se habían comprado unos meses atrás, hartos de alimentarse a base de cosas frías, así como latas y bocadillos, fruta y toda clase de snacks de la máquina expendedora del motel.
Mientras cortaba los vegetales, vino a su mente el alfa, la verdad no sabía que había detonado ese pensamiento tan solo había surgido en su mente.
-Que extraño-habló sonrojado sin saber porqué- ...en el hospital también me ocurrió lo mismo, ¿Será que jamás voy a librarme de ti Zee Pruk?.
Él no lo sabía pero el alfa había estado muy cerca del lugar en donde se había encontrado ingresado pues tras ser revisado por los médicos por el golpe, éste lo buscó sin descanso por todo el hospital, aunque no llegó a entrar en el sala de maternidad pues nunca pudo imaginarse ni por un momento que su omega estuviese allí, así que finalmente regresó a su apartamento y a su vida nuevamente derrotado y entristecido.
Este incluso había llegado a pensar que se había vuelto loco por el golpe y que ni siquiera había visto a Gulf de verdad, que había sido una ilusión pues le parecía imposible que los tres omegas se hubiesen desaparecido sin dejar rastro por tanto tiempo.
Empezaba a pensar en la posibilidad de que después de tanto tiempo sin saber de ellos, quizás tanto Saint como sus hermanos ya no deseaban ser encontrados por su hermano, Off o por él.
Luego del nacimiento de May, las semanas y los meses pasaron como si fuesen días y la vida de los tres omegas junto a la pequeña fue cambiando para mejor.
Consiguieron unos mejores trabajos que les permitió dejar el motel y alquilarse un apartamento con todo lo necesario para vivir sin necesidades, aunque no fue así para sus corazones pues estos permanecieron congelados e impasibles a sentir cualquier tipo de amor por otros alfas que intentaban conquistarlos..
La pequeña fue creciendo y convirtiéndose en una alegre y traviesa niña, la cual traía de cabeza a su padre y a sus tíos que se desvivían para que no le faltase de nada.
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Y en un abrir y cerrar de ojos, la pequeña May cumplió los dos años de vida y su tío Gun como regalo decidió pasar una tarde divertida en la piscina pública con su sobrina pues tenía libre en el trabajo.
Todo iba bien, hasta que en un momento que el omega se despistó atendiendo una llamada a su móvil y perdió de vista a su sobrina, la cual tranquilamente se fue caminando entre la gente.
De repente no muy lejos de su tío, unos brazos la elevaron al verla caminando sola.
-Hey pequeña, ¿Y tú de dónde sales?, ¿Dónde están tus padres?.
-Oye Zee, ¿quién es esa niña?-dijo uno de los amigos del alfa.
-No lo sé.... Me la acabo de encontrar andando por aquí sola, creo que está perdida.
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Mientras el menor de los omegas, loco de preocupación buscaba entre la gente, hasta que a lo lejos la vio en los brazos del alfa.
-Oh mierda, Saint va ha matarme.
Tras titubear unos segundos, el omega caminó con decisión y se acercó al sorprendido alfa.
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-¿G-Gun?, ¿Eres tú verdad?, ¿Dónde está Sait...
-Por favor, de-devuelveme a la pequeña...de-debo llevarla a su madre-mintió temblando de los nervios.
-¿Es tu hija?-preguntó entonces el alfa.
El omega dudó unos segundos y luego asintió.
-S-Si ella es mi hij-hija.
-En ese caso te la devolveré.
Justo en ese instante la pequeña habló echando por la borda el plan del omega.
-¡Tío Gu!, ¡Tío Gu!...
-¿Tío?-preguntó extrañado el alfa.
El omega cogió a la niña rápidamente y echó a andar hasta su lugar sin decir una sola palabra, luego recogió sus cosas rápidamente y salió del lugar.
El alfa que se había quedado muy confuso, se despidió de sus amigos y caminó hasta su coche pues quería averiguar donde estaban escondidos y que era lo que tenía tan nervioso omega para irse con tanta prisa.
