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Opal no sabía cómo reaccionar ni qué hacer. El macho felino se estaba robando su primer beso, aunque no sería un robo si en realidad el beso le pertenece a él.

Opal admitió no hace poco que tenía sentimientos amorosos por Flirt, claro que nunca se lo dijo porque no quería arruinar su amistad con él pero ¿Cómo debía tomar este acto? ¿Lo atraía? ¿Le gustaba? Una parte de ella esperaba que si, sentía la emoción dentro de ella y sin pensarlo le correspondió el beso, pero en el instante que ambas lenguas se tocaron, Flirt se alejó.

– Perdón.– Dijo el felino mirando hacia otro lado mientras volvía a arrancar.– Lo siento Opal, fue un arrebato yo...

– Descuida.– Dijo Opal esforzándose por no sonar triste del rechazo evidente.– Nunca pasó nada.– concluyó ella y Flirt la miró por un segundo.–¿Seguimos siendo amigos como antes ?

– ¿Lo dudas? ¡Claro que seguimos siendo amigos!– Dijo él sonriendo.

Opal correspondió su sonrisa y se dedicó a mirar a otro lado mientras se acercaban al Centro Médico. Una vez allí  Opal se dispuso a bajarse ni bien él estacionó.

– Te vengo a buscar luego, avísame cuando ya estás lista.– Dijo el macho.

– Si sabes que soy mayor ¿Verdad? Puedo cuidarme sola.– Dijo cruzándose de brazos.

– Hay animales salvajes, puedes ser atacada por uno o puedes lastimarte de otra forma. Solo...déjame venir por ti.– Dijo el macho suplicando.

– Está bien.– Dijo ella para luego sorprendentemente abrazarlo. Opal necesitaba sentir el cariño de Flirt y confirmar que aún son amigos.– Te quiero Flirt.

– Y yo a ti, Opal.– Dijo Flirt correspondiendo el abrazo y aspirando el dulce aroma de la hembra.

Cuando la soltó y vio a Opal alejarse, él suspiró frustrado. Lo que había hecho fue una jodida locura, no quería ilusionar a Opal pero al parecer Opal no le tomó importancia como para llegar a eso. Por una parte se sentía tranquilo, no se podía permitir perder la amistad y el vínculo que tenía, era algo único y auténtico qué tal vez nunca más lo encontraría. Pero por otra parte, se sentía decepcionado que ese beso no significará nada para ella, la parte machista de él esperaba que se derritiera en sus brazos y que entre besos y caricias llegarán al...

Sexo...

¡No! Ella no sería una más de su lista, ella era la única que valía algo y no la deshonraria de esa forma.

Sin más que pensar y frustrado decidió irse al trabajo y dejar de pensar idioteces.

A él le gustaría cualquier hembra pero jamás se enamoraría de nadie. Simplemente él no era un macho con quién establecerse ni con quién formar una familia. No, él amaba su libertad como también amaba el sexo.

(*)

Opal estaba en la oficina junto a Trisha haciendo unos informes, sin embargo ella no podía concentrarse. Ese beso, ademas de ser su primer beso, había sido con el macho que ella amaba en secreto y aún no entendía porque él hizo eso, seguramente porque se vio tan desesperada que tuvo piedad de ella.

Que verguenza...

– Okey ¿Que te sucede?-Dijo Trisha sorprendiéndola.– Has estado pensativa y distraída desde que llegaste ¿Sucede algo? Me preocupa.

Era cierto que eran muy compañeras ambas pero nunca habían llegado a ser amigas, en parte porque Opal  era muy callada y no se dejaba conocer, entonces Trisha respetó el espacio de Opal aunque ella realmente quisiera que fueran amigas. Pero en este momento Opal necesitaba contarle a alguien y pedir consejo sobre el beso, a quien primero le pediría ayuda sería a su madre pero le daba vergüenza contarle eso, su madre ni siquiera sabía que Flirt quedaba a dormir en su casa, no quería un sermón ni nada. La segunda persona a quién le contaría todo es a Flirt, peor por obviedad no iría con él, entonces ¿Quien mejor que Trisha? Ella no era mala y ella estaba con una especie y tenían dos hijos ya.

– Bueno... Yo...– comenzó a decir nerviosa y Trisha la animo a seguir.

– ¿Sabes que puedes confiar en mi, verdad? Sé que no te agrada mucho hablar y que Flirt es tu mejor amigo, pero en mi si puedes encontrar una amiga si lo necesitas.– Dijo Trisha acercándose y Opal asintió.

– Hay muchas cosas que no puedo decirle a mi mamá porque me da pudor y ella siempre fue mi mejor amiga y tampoco puedo decirle muchas cosas a Flirt porque él no lo entenderia...

–¿Lo ves? Yo si puedo ayudarte.– Dijo Trisha sonriendo.

– Bueno... Hay algo que sí necesito hablar con una mujer, con una humana más exactamente ¿Me escucharlas?– preguntó dudosa Opal

–¡Claro!– Exclamó emocionada la doctora y se acercó a ella.– Soy toda oídos.

– Bueno... Creo que estoy enamorada de Flirt.

Trisha quedo sorprendida, no   pensó que Opal tuviera ese tipo de sentimientos hacia Flirt ya que parecían más fraternal que romántico.

– Y él me beso... Y luego me rechazó.

–¡¿Cómo?!– exclamó ella molesta, Flirt era un idiota que siempre iba en flor en flor pero Opal era su mejor amiga según él ¿Cómo podría hacerle eso?–¿Cómo sucedió?

Opal suspiró y comenzó a relatarle todo, Trisha era buena escuchando ella no la interrumpió ni nada, la escuchó hasta el final.

–¿Entonces qué crees que debo hacer?– Preguntó Opal.

– Bueno... Flirt, como su nombre lo indica, le gusta ligar. No deberías ilusionarte con él pero si deberías decirle tus sentimientos, podrías sorprenderte o no. Si te preocupa tu amistad con él no deberías, si su amistad es verdadera perdurará y sino no, pero si vives con ese secreto nunca serás feliz porque nunca podrás saber si él te corresponde y en caos contrario nunca podrás superarlo y fijarte en otro macho.

– Creo... Que tienes razón... Debería decirle ¿Cierto?

– Si, todos pasamos por algo así en algún momento. No te preocupes por nada más que confesarte tus sentimientos.

– Si, hoy se lo diré.– Prometió Opal.

– Éxito chica.

Opal no tenía ni la más mínima idea de cómo resultaría eso pero lo haría, sin duda.

Opal, Belleza Brillante 0,5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora