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Cuando Opal llegó al Homeland notó cierta hostilidad de algunas Especies pero eso no le importaba, ya lo veía venir.

– ¡Ya estás aquí!– Gritó Breeze cuando Opal entró al Centro Medico.

– Si, el viaje se sintió muy largo...– Dijo Opal viendo a Trisha acercarse.–¿Cómo está... él?

– Hace unas horas lo sede de nuevo, el medicamento ya debería estar pasando... Esta vez él casi se autonoquea, se ha pegado la cabeza contra la pared varias veces que Jinx y Slash tuvieron que intervenir.

Opal se llevó una mano a su vientre de forma protectora y otra a su boca por la impresión. Ese no era su Flirt, ese no era su macho, realmente temía lo que se encontrara cuando lo vea ¿Cómo podría incluso decirle sobre su bebé?

– Necesito verlo en este momento.– Dijo Opal desesperada.

– Lo entiendo, sígueme.– Dijo Trisha.

Durante todo el camino hacia el sótano del Centro Médico Opal solo podía acariciar a su vientre, sentir que tenía algo de él era lo único que le daba fuerzas y esperanza, siempre era Flirt el que la animaba, él era su confidente, su consejero, su animador, su mejor amigo y su "Único" así como él le había dicho que ella era su "Única".

Pensar en lo que los había separado le parecía ridículo, estúpido a esta altura del partido pero entonces el dolor y la profunda decepción aparecía de nuevo para consumirla ¿Podria ella perdonar a Flirt por serle infiel? No lo sabía, pero intuía que no.

– Llegamos.– Dijo Trisha y Opal se sorprendió lo rápido que habían llegado.– No te acerques mucho a él, estará despierto pronto y...no sabemos cómo reaccionará.

– Entiendo.– Dijo Opal.– Pero quisiera estar a solas con él.

– No creo que...

– Está bien.– Dijo Breeze interrumpiendo a Trisha.

– Pero podría ser lastimada si no hay control.– Contradijo Trisha.

– Él podrá estar en el peor de los infiernos, en el estado más salvaje pero nunca la lastimará.- Dijo Jinx apareciendo serio acompañado de Severe.– Hola, es bueno verte Opal.

– Lo mismo digo.– Contestó ella y miró a Severe.– Hola Severe.

– Hola Opal.

Opal sentia una especie de tención en el aire y no entendía porque, Jinx estuvo de acuerdo a que se fuera ¿Y ahora estaba molestó con ella? Entendía que Flirt fuera su hermano y mejor amigo pero lo que hizo Flirt la dañó profundamente sin embargo ahí estaba ella, preocupándose por un macho que la ilusionó y la lastimó.

–¿Vamos?– preguntó tímidamente.

– Entra.– Dijo Jinx abriendo la puerta.

Al entrar a paso dudoso, Opal descubrió unas escaleras que bajaba hasta un pasillo largo y ancho. Nadie venía con ella de acuerdo a su pedido ella caminó hasta la jaula donde se escuchaba ruido y lo que se encontró la impresionó.

Flirt caminaba como un animal furioso de un lado a otro, gruñia de forma amenazante. Su cuerpo se encontraba lleno de moretones, algunos ya sanaban otro aún estaban muy negros, su cara estaba un tanto hinchada de sus golpes, incluso pudo ver en su antebrazo izquierdo un gran corte que se estaba sanando.
El corazón de Opal sufría miserablemente al verlo asi, se sentía furiosa con ella misma por permitir que Flirt se volviera tan destructivo ¿Cómo fue que llegaron a esta situación?

– Flirt...– Dijo en un susurro y él se volvió a ella bruscamente, mirándola con los ojos inyectados en sangre, parecía una mirada de un drogadicto asesino pero ella no le temia, ahí adentro estaba el padre de su hijo y el amor de su vida.– Flirt, soy yo, Opal. ¿Me recuerdas?

Él caminó a zancadas hacia los barrotes de la jaula y trató de olfatearla, Opal se acercó un poco más para dejar que él sienta su aroma. Él parecía loco oliendola pero gruñia frustrado.

– Tranquilo, estoy aquí. Lamento no haber venido antes, pero ahora estoy aquí Flirt. Tu mejor amiga está aquí.

Él sacó un brazo entre los barrotes y estiró hacia ella su mano. Una parte de Opal le decía que no se acerque más pero la otra, la que confiaba ciegamente en él, le obligó a tomar su mano.
Cuando los dedos de Opal tocaron los de él, Flirt agarró con brusquedad y violencia la mano de Opal y la tiró hacia él provocando que choque contra la reja para comenzar a olfatearla con necesidad. Opal gimió de dolor pero Flirt debió confundirlo con un gemido de excitación ya que el miembro del macho se despertó y él comenzó a buscar para meterle mano entre sus pantalones.

– No, Flirt.– Dijo ella determinación y él gruñó.– Mirarme.– Él la miró.– ¿Quien soy yo?

Él no respondió, parecía no saber que decir. Realmente Flirt no sabía quién era ella pero le encantaba su aroma, su voz y su calidez. Le encantaba ella. ¿Marcile le trajo una dulce hembra para que procrearan? Esa idea lo asustaba, ella era muy bonita no quería que Marcile la lastimara pero otra pregunta se le presentó ¿Ella era de Marcile? A juzgar por su aspecto no veía señales de lucha o de que la obligaran a venir por él ¿Ella era de Marcile? Si, al parecer si ¡Que crueles son! ¡¿Cómo podían tentarlo con esa dulce y hermosa hembra para luego quitársela y jugar con él?! Sentía su polla reaccionar a ella, sentia la necesidad de ella en su cuerpo, quería montarla como una bestia hasta la muerte. La necesitaba.

–¿Quien soy Flirt?

"Flirt", así lo llamaban ahora y no sabía porque. Por otro lado, le gustaba la forma en la que ella pronunciaba su nombre, era tan armonioso escucharlo que le traía paz.

– Ne...c...esi..tar..te– Pronunció con dificultad, se sintió avergonzado de decirle eso a una de Marcile pero su cuerpo ardía por ella.

– ¿Que quiere decir?– Dijo ella, y parecía feliz de escucharlo hablar.

– Y...o....mo...nt...ar...te, ne...c...e..si.ta...r...m..on...tar...te

Opal se sorprendió cuando lo escuchó más claro: Flirt le pedía sexo. Recordó la situación de Moon y tal vez Flirt estaba en la misma, tal vez le habían inyectado alguna droga y nadie lo supo. Tal vez...tener sexo lo aliviaría pero ¿Tener sexo con cualquiera o solo con ella? Eso la puso enfermamente celosa.

– ¿Quieres que te traiga alguna hembra en específico? ¿Alguna que esté en celo?– Dijo tratando de que no se note su enojo en su tono de voz.

–¡No!– Gruñó él.– Tú...so...lo... tú.

Ya le habían traído varias hembras para follar: una canina que le dicen "Breeze", otra que le dicen "Pink", una que le dicen "Butterfly", entre otras y ¡Joder! Todas olían horrible.
Esta hembra humana frente a él olía dulce, muy dulce, pero tiene picante y si se concentraba un poco más en su aroma podía encontrar un aroma a ¿Él? ¿Ya habían tenido sexo antes? Pensar en eso lo hizo excitarse aún más, esa hembra era suya ahora, haría lo que sea para Marcile pero nadie tocaría a su hembra. Nadie.

- Mía.

Opal, Belleza Brillante 0,5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora