Capítulo 7 Mundo fantasma.

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Entramos de nuevo a casa y nos encontramos con Stefan y Damon atados a unas sillas. Damon tenía una vara de metal clavada cerca del corazón y Stefan estaba inconsciente.

- ¡Damon! - grité corriendo con mi velocidad de diosa para sacarle la vara de metal.

De pronto se abrieron las cortinas y como Damon no tenía el anillo se empezó a quemar por culpa del sol.

En cuanto le saqué la vara se quejó.

- ¡Ahhhhh! - se quejó débilmente mirándome con preocupación.

Entre tanto, mi padre hizo que no le afectara el sol a mi hermano.

- Lo siento - me disculpé preocupada con él mientras le quitaba las cadenas.

Después me acerqué a Stefan que se estaba despertando y le quité sus cadenas también.

- Deja que te ayude - le dije a Damon viendo cómo intentaba levantarse.

- No quiero hacerte cargar conmigo - me dijo débilmente.

Stefan que ya se encontraba mejor se levantó y me ayudó a llevar a Damon al sofá para que pudiera curarlo. Me senté a su lado.

- ¿Crees que puede ser el fantasma de Mason? - le pregunté suponiendo que era eso.

- Creo que sí, hermanita. De todas maneras tú tienes poder suficiente como para cargártelo, ¿verdad? - contestó haciendo que me echara encima de él.

Rodé mis ojos sonriendo y le acaricié a la misma vez que terminaba de curar su herida.

- ¡Ya está! - dije cuando acabé.

- Imposible, los fantasmas que hayan encontrado la paz o estén en el otro lado no pueden interactuar con el mundo real a no ser que tengan el apoyo de Hades o de una bruja muy poderosa - explicó mi padre.

- ¿Y tu anillo? - le preguntó Stefan.

Damon P.O.V

Luna se levantó al encontrarlo pero de pronto se cayó al suelo quejándose por dolor. Algo le estaba haciendo daño y suponía que ese algo era Mason.

- ¡Ahhhhhh! - se quejó desde el suelo.

Eso me enfadó muchísimo.

Supuse que Mason le estaba quemando la piel con una lente de kriptonita celestial. Apolo que no era tonto y lo estaba viendo hizo que una nube tapara el sol para que no le hiciera daño.

Entre tanto, Stefan se había levantado para cogerla y llevarla al sofá con nosotros.

Tenía la piel algo quemada y eso solo me hacía enfurecer más todavía.

- Shhhh..., tranquila, tranquila - le dije suavemente mientras la acariciaba para calmarla.

Entre tanto, ella ronroneaba por mis caricias.

- Deberíamos hablar con Bonnie - comentó ella mirándome con sus preciosos ojitos azules.

- ¿Quién es esa Bonnie de la que hablas? - le preguntó su padre.

- Es Bonnie Bennet, una de mis mejores amigas y una bruja - contestó Luna cogiéndose de mi mano y de la de Stefan.

- Ah, ya entiendo una Bennet - comprendió Apolo.

- Voy a llamarla - dijo levantándose del sofá.

- Ahora vuelvo - añadió para ir a llamar a Bonnie.

Luna Salvatore [3] +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora