Capítulo 14.

606 54 19
                                    


A la mañana siguiente, sin embargo, la nevada que había empezado a caer por la noche se había transformado en una tormenta de nieve tan recia que se suspendió la última clase de Herbología. La profesora Sprout quiso tapar las mandrágoras con pañuelos y calcetines, una operación delicada que no habría confiado a nadie más, puesto que el crecimiento de las mandrágoras se había convertido en algo tan importante para revivir a la Señora Norris y a Colin Creevey.

Me encontraba caminando por los pasillos, iba a encontrarme con Harry, Ron y Hermione en el Gran Comedor para terminar con algunas tareas que teníamos de Astrología e Historia.

Era raro caminar por los pasillos y ser totalmente ignorada por el alumnado, o muchas veces me veían y murmuraban cosas mientras se alejaban de mi como si tuviera coronavirus.

-¡Rolf! -le grité a mi querido primo rubio, iba junto con su amigo de cabello negro, Gilbert-. No te he visto últimamente, ¿cómo has estado?

Mi sonrisa desapareció cuando su amigo Gilbert se dio media vuelta y se alejo casi corriendo de mi. Rolf me miraba nervioso e incomodo.

-¿Qué pasa? -dije confundida-. No me digas que tu amigo cree la estupidez de que soy la heredera de Slytherin

-¿Tú no lo harías? Después de lo que hiciste -me contestó Rolf ceñudo.

La mire impresionada por su respuesta. De todos, jamás creí que mi primo se creería los rumores.

-Rolf, ayude a una serpiente. Soy una Scamander, entendemos a los animales -le dije obvia.

-¿Crees que no recuerdo lo que dijo tu amigo Regulus? -me miro molesto-. "Este año espera asustar todo el colegio" -citó las palabras de Regulus-. Bueno te tengo noticias, lo lograste.

-¡Oh por dios! -dije irónica-. Rolf todo aquello era broma, jamás haría algo como esto. ¡Tú me conoces! Soy tu prima, somos familia.

Rolf me miro por unos segundos.

-La verdad es que no se que creer, V. -mi corazón se detuvo por unos momentos-. Creo que lo mejor es que tomemos distancia. No quiero que me teman o estar en problemas.

-Dime que estas bromeando -dije con la voz entrecortada.

Rolf calló.

-Bien. Si es lo que quieres, lo haré. -dije molesta- Pero no me pidas tu estupido oso de peluche.

Di media vuelta. Alejándome de él con un gran nudo en mi garganta y guardando mis lagrimas que querían asomarse.

Era increíble, mi propia familia me estaba dando la espalda en estos momentos.

Caminando rápidamente. Evadiendo cada murmuro y mirada, mis pasos tomaron dirección a la única persona en quien podría confiar en estos momentos. Sé que contaba con mis mejores amigos, pero no podría soportar estar en el Gran Comedor, bajo aquellas atentas miradas, preocupadas por todo movimiento que hacíamos Harry y yo.

Con la respiración agitada llegué a la biblioteca. Buscándolo en cada pasillo. Tenía la esperanza de que se encontrara aquí.

-¿Scamander? -escuche su voz.

Y ahí estaba con los gemelos Weasley. Mi querido amigo de rizos azabache: Regulus.

Me miro a los ojos y creo que mi cara lo decía todo. Me encontraba triste y apesadumbrada con lo recientemente sucedido con Rolf.

Regulus se levantó de su lugar y camino rápidamente hacia mi, preocupado, al mismo tiempo que avanzaba hacia él para conseguir un abrazo. Sin dudar por un segundo él me acepto con los brazos abiertos, permitiéndome acomodar mi cabeza en su torso.

Violet Scamander y la Cámara SecretaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora