Violet Scamander y la Cámara Secreta

Capítulo 20.

NARRA VIOLET:

Apurada tratando de alcanzar a Ginny Weasley, corría por los pasillos de Hogwarts. Sé que la pequeña pelirroja tenía algo interesante que contarnos, pues pude sentir angustia de su parte y hasta miedo.

-¡Ginny! -le grité con fuerza. Ella se detuvo al escuchar su nombre pero volvió andar casi corriendo cuando se percato de que fui yo quien le había mencionado-. ¡Hey, espera!

Corrí mucho más rápido, esquivando a los alumnos, hasta poder llegar enfrente e impedir que siguiera sobre mi.

-Oye...sé que... -dije tratando de tomar aire. Diablos tenía que ejercitarme-...sé que tienes...algo importante.

Ginny evitaba mi mirada a toda costa.

-No. No tengo nada que decirte -dijo mirando sus pies.

La mire durante unos segundos. Estaba pálida, tenía un color gris en su tono de piel, ojeras moradas cubrían la parte inferior de sus ojos, su pelo no era tan brillante a comparación de sus hermanos y hasta había bajado de peso, los pómulos le resaltaban.

-Oye, ¿estas bien? -pregunté preocupada.

Ginny corrió su mirada hacia su lado derecho, pisoteando nerviosamente la punta de su pie, mordía su labio inferior tratando de ocultar un puchero que se asomaba constantemente. Estaba muy mal.

-Ginny, sé que no me he portado tan "amable" contigo, y que en verdad te he ignorado un poco -dije con una mueca al escuchar mi crueldad-. Pero entiendo que estés pasando por un momento difícil, es decir, es tu primer año y no ha sido el mejor con todo esto de la cámara.

Ella dejo de mover la punta de pie. Estaba escuchándome.

-Sea lo que sea, puedes confiar en mi. Si solo necesitas que alguien te escuche, aquí estoy -dije buscando su mirada.

Ginny poco a poco subió su mirada. Estaba temerosa por encontrar mis ojos, como si le tuvieran prohibido hacerlo. Después de unos segundos lo hizo, me miraba con los ojos tan brillantes donde sus lagrimas estaban acumuladas, incluso tornaban de un color rojo.

Le sonreí con confianza esperando escuchar sus palabras pero lo único que dijo fue lo siguiente:

-Lo lamento, no puedo. -dijo yéndose apunto de llorar.

Sin importarme mucho lo que hubiera dicho la tome de la mano e hice que que diera media vuelta para encontrarme con su mirada nuevamente. Pero algo extraño paso, que ni siquiera yo encuentro una explicación.

Al momento de tocar a Ginny Weasley pude verlo todo. Como escribió en la pared con sangre, como escribía en el diario de T.M Ryddle, la manera en que se deshizo del diario en los aseos de Myrtle, su búsqueda y destrucción en el dormitorio de Harry por encontrar aquel mismo diario viejo, las miradas de acecho que nos daba a mi y a Harry e incluso como asesino aquellos gallos de Hagrid, lo peor de todos...los ataques.

Era ella. Ginny Weasley abrió la Cámara de los Secretos.

-Eres tú.. -dije en un tono poco audible-. Por Dios, Ginny  ¿pero qué has hecho? 

Ginny apartó su mano rápidamente.

-Puedo explicarlo -dijo haciendo un puchero.

-¡¿Explicarlo?! ¡Le haz hecho daño a muchas personas, Ginny! -dije molesta-. ¿Pero cómo pudiste?

-Lo juro que yo no fui -dijo casi llorando-. Por favor, no le digas a nadie.

-¿Y dejar que sigas con esto? Claro que no -cruce mis brazos-. O vas con McGonagall y le dices toda la verdad sobre quien eres y que has hecho...o iré yo ahora mismo. No me importa si te tengo que llevar arrastrando.