Palabras que no se deben decir (Bokuto Kotaro -3-)

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Disclaimer: Haikyuu! Pertenece a Haruichi Furudate.

Summary: Tienes mal aliento, te huelen los pies... Hay palabras que simplemente no se pueden decir. Personaje x Lector.

Advertencia: Aparición de un OC.

Palabras que no se deben decir

El Búho: Tal vez fue el día en que te conocí...

Marzo 19. Lucky.

Uniforme nuevo, planchado y perfectamente bien puesto. Listo. Cabello peinado y decorado con un lazo. Listo. Sonrisa y rostro amable... También listo. Todo estaba perfectamente en su lugar, entonces, ¿por qué el ambiente parecía tan distante a ella?

En la mañana escuchó en la radio que sería un inicio de tapiz rosa por la caída de las flores de cerezo, como buen augurio para los estudiantes. Había encontrado una rama de té en vertical dentro de su taza y, por si fuera poco, el periódico dijo que su signo zodiacal estaba de suerte.

—"Espera la llegada de un suceso especial. Te traerá fortuna." —paladeó por milésima vez las palabras que los astros supuestamente dictaron. Aunque nada había pasado aún.

Y eso que ya era la hora del almuerzo, todos sus compañeros formaron grupos, haciéndola a un lado. No, más bien los grupos ya estaban hechos desde antes de su llegada y ella solo era una extraña intentando abrirse paso de alguna forma.

Era su supuesto día de suerte, pero no, al menos, no si considerábamos el hecho de que había llegado a Tokio apenas una semana atrás. Su hermana mayor ingresaría a la Universidad y la mejor solución a la distancia, era la mudanza y no había dicho nada porque al ser su último año en la preparatoria, y también estar interesada en las ofertas académicas que ofrecía la enorme además de luminosa metrópoli, facilitaría demasiado las cosas.

No obstante, la Ley de Intercambio existía, pagar un precio por algún beneficio, algo sumamente cotidiano para la humanidad, ¿lo que se cobró? Dos años de vida social, amigos y recuerdos que tuvieron que quedarse atrás para llegar a un lugar dónde todos los rostros eran nuevos, incluso el de ella misma, visto desde la otra cara de la moneda. Todos es su salón se conocían, al menos de vista y muchos eran amigos incluso desde antes. No ella.

Un poco avergonzada por tener que comer sola, discretamente tomó su almuerzo y salió del salón. Fue a la azotea, abierta a los alumnos, algo totalmente contrario a su antigua escuela, al menos Fukurodani tenía un punto. Suspiró aliviada al verla vacía, no es que fuera antisocial o incomprendida, era una chica normal y algo popular en su antigua escuela incluso, es solo que necesitaba algo más de tiempo para adaptarse.

Se sentó al fondo, donde había buena sombra y comenzó a comer. Por lo menos, el cielo era totalmente azul y despejado, además de muy bonito, ella esperaba todo lo contrario, por la contaminación y eso. Incluso olía a flores por la llegada de la inminente primavera. Iba por la mitad de su almuerzo cuando la puerta se abrió y cerró instantáneamente de golpe.

Sorprendida, subió la mirada para ver al responsable: Alto, corpulento, con ojos inmensos y vivos como los de un búho, observaba por la mirilla de la puerta, impaciente. Su cabello alborotado y grisáceo era otro rasgo DEMASIADO particular, de hecho, ¿no iba con ella en su clase?

Lo notaba impaciente, desesperado, como si estuviera huyendo de algún peligro inminente, estaba tan ensimismado vigilando, que no notó a la chica, se apresuró a irse corriendo a esconder del otro lado, justo cuando un grupo de estudiantes mal encaradas, anchas, con cabello teñido y corpulentas entraron también, ¿acaso escapaba de ellas?

Relatos en primera persona (Haikyuux Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora