Amores prohibidos || Yoonmin

XII. Momentos de inseguridad.

Desde el día que volvió a ver al alfa que una vez fue el único en sus ojos, Ji Min comprendió y aceptó dentro de sí que estaba dividido entre dos amores, pero que únicamente tenía la opción de estar con uno y ese era el padre del hijo que esperaba y del que nadie en la familia se había enterado todavía; las dudas que tenía en su pecho se disiparon una vez que aceptó estar enamorado de dos hombres al mismo tiempo, sin embargo, la nostalgia no se iba, ya que la mitad más grande de su divido corazón le pertenecía a aquel alfa que ya no era suyo. Sentía morir cada vez que lo veía junto a Ho Seok, pero tampoco era capaz de dejar a Jung Kook, pues también sentía amor hacia él, además de que arrepentirse a tales alturas de su decisión de terminar con su único amor verdadero sería motivo de vergüenza, así que optó por callar sus sentimientos e ignorarlos por completo, concentrándose en su matrimonio que estaba a solo un paso.

Como era de esperarse, los padres de Ji Min no le permitieron dormir en la misma habitación que Jung Kook, pero eso no fue un problema para él, ya que el tiempo a solas le venía bien para intentar aclarar su mente, aunque al final terminara igual de enredado que al principio. En las frías noches solo en la vieja habitación de su juventud, que fue cuna de sus apasionados encuentros con Yoon Gi y sus juegos de inocente amor entre niños, pensaba mientras acariciaba su vientre en crecimiento que desearía que aquel bebé que llevaba dentro tuviera la sangre de Yoon Gi, pero rechazaba aquel pensamiento tan pronto como se le ocurría.

La madrugada que anunciaba la llegada del día de su boda estaba a punto de quedarse dormido después de dar mil vueltas en la cama, pensando en que la tarde de aquel día debía entregarse por completo a un hombre del que ahora no estaba seguro si era el correcto para su vida o no, temía convertirse en un esposo traicionado y que le pasara lo mismo que le pasó a Tae Hyung, sufría solo con pensar que Jung Kook lo engañara como lo hizo con él, pero había tomado una decisión y no era propio de él retractarse. Un leve rechinido se hizo presente, resonando por toda la habitación y Ji Min se giró hacia la entrada, encontrándose con la puerta abriéndose lentamente, su corazón se aceleró a niveles inhumanos, recordando que la única persona que entraba a su habitación de esa manera por la madrugada era Yoon Gi y sonrió, ilusionado con la idea de que era él, pero esa emoción se convirtió en decepción cuando no fue Yoon Gi, sino Jung Kook quien cruzó a la habitación y cerró la puerta cuidadosamente; en realidad no supo por qué pensó que se trataba de Yoon Gi, ya que él estaba durmiendo en su casa, al lado de su pareja. Miró a Jung Kook acercarse y apretó un poco sus puños, estaba nervioso.

- ¿qué pasa? nos meteremos en problemas si mis padres te descubren aquí. –dijo Ji Min.-

- Hablas como un adolescente. –dijo Jung Kook y rió levemente.- tranquilo, todos están durmiendo.

Se subió a la cama y acarició con suavidad la mejilla del menor, mirándolo con atención.

- ¿tu padre no te ha preguntado por qué nos casaremos tan rápido?

- No. –Ji Min negó.- está feliz de que me case, no le importa cuando.

- Ya veo. –sonrió.- qué bueno que lo de mi divorcio se resolvió rápido.

Ji Min asintió y se quedó mirando a los ojos del contrario, que se acercó más a él y besó sus labios; el mayor soltó un suave suspiro y cerró sus ojos para corresponder de la misma manera al beso, dejándose llevar por él, poco a poco Jung Kook se fue subiendo sobre el cuerpo de su prometido y bajó sus besos al cuello del mismo, desabotonando su camisa para quitársela y entre suspiros llenos de placer al sentirse estremecer, Ji Min lo miró y más que estremecerse, sintió temblar todo su cuerpo y gimió viendo, en vez de Jung Kook, a Yoon Gi desnudándolo, negó con su cabeza y lo detuvo, cerrando sus ojos.