XXII. Los dos meses que traen sorpresas.

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Mientras vestía a su hijo, Ji Min pensaba en cómo le explicaría a Yoon Gi cuando volviera, que no sabía si el bebé que esperaba era suyo, temía a su reacción y a que pensara que lo traicionó con su esposo, así que comenzó a arrepentirse de no habérselo dicho antes de que se fuera. Cargó al pequeño y lo dejó en su coche, asegurándolo bien con el cinturón para ir a ponerse sus zapatos y salir.

 Cargó al pequeño y lo dejó en su coche, asegurándolo bien con el cinturón para ir a ponerse sus zapatos y salir

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- Vamos a ver a tus abuelos, cariño. –dijo Ji Min.-

Empujó el coche luego de acomodar también la pañalera con las cosas que el pequeño podría necesitar y salió de la casa, caminando en dirección a la de sus padres, prefirió hacerlo así que ir en auto, tal vez intentaba aclarar sus ideas en la caminata

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Empujó el coche luego de acomodar también la pañalera con las cosas que el pequeño podría necesitar y salió de la casa, caminando en dirección a la de sus padres, prefirió hacerlo así que ir en auto, tal vez intentaba aclarar sus ideas en la caminata. Veía a su hijo aguantarse bien de la baranda que lo protegía y escuchaba sus balbuceos incomprensibles.

- ¿sabes, mi niño? –dijo Ji Min.- vas a tener un hermanito menor... o una hermanita... pero aunque resultara ser hija de tu papá... pronto tendremos que separarnos y ya no viviremos en la misma casa.

Pero el pequeño no lo escuchaba, ni podía comprenderlo. Soltó una leve risilla.

- Qué bueno que no entiendes de lo que te hablo. –sonrió levemente.- sería más difícil si tú supieras lo que pasa.

Continuó caminando, mirando hacia el frente, pensando en que debía buscar de una vez un abogado e ir preparando su divorcio, pero lo detuvo un mal presentimiento de que Yoon Gi lo rechazara si el bebé no nacido resultara ser de Jung Kook también, su cuerpo se estremeció y suspiró, deseando que ese fuera solo un equívoco pensamiento y que todo saliera bien; así fue hasta llegar a casa de sus padres, la que una vez fue la cuna de su pasión prohibida y desatinada, volvió a suspirar y tocó el timbre, tía fue a abrirle y le sonrió, dándole un abrazo de bienvenida y saludando con un beso a su sobrino que iba jugando en el coche, dejándolos pasar.

- Ya supimos la buena nueva. –dijo aquella mujer sonriente.-

- ¿buena nueva?

- Sí, felicidades, cariño. –volvió a abrazarlo.- debes estar muy contento.

Confundido, Ji Min correspondió a su abrazo y dejó al niño jugando con su tía para adentrarse al despacho de su padre cuando unos murmullos llegaron a sus oídos y un aroma familiar a sus fosas nasales, aunque todos los aromas en aquella casa eran familiares, éste llamó su atención en especial. Abrió las puertas y se encontró con sus dos padres y su esposo hablando, sentados en las sillas alrededor del escritorio, alzó una ceja, confundido, ya que se suponía que él debía estar trabajando, pero antes de que pudiera decir algo, su madre se acercó a él con una amplia sonrisa y sus brazos extendidos.

Amores prohibidos || YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora