XXVI. La promesa que poco a poco se cumple.

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Luego del atardecer, cuando la oscuridad de la noche comenzaba a hacerse presente y como había ocurrido anteriormente, Yoon Gi no llegaba a casa, la mujer alfa que había contratado para cuidar de Ho Seok en su ausencia, se vio obligada a preparar la cena, dejando solo a Ho Seok en su habitación. Parado frente al espejo, Ho Seok veía su vientre crecido, al igual que sus pechos que se llenaron de leche, intentando buscar dentro de su corazón una razón para estar feliz de llevar una criatura dentro de él.

 Parado frente al espejo, Ho Seok veía su vientre crecido, al igual que sus pechos que se llenaron de leche, intentando buscar dentro de su corazón una razón para estar feliz de llevar una criatura dentro de él

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- Decir que te odio sería exagerado. –dijo, mirando su barriga.- pero no me agradas, no quiero tenerte, no quiero que salgas de mí... eres solo un error... yo no te quiero... si fuera por mí ya me habría deshecho de ti.

Volvió a abrochar su pijama y se volteó, viendo la cortina revolotear con la brisa que entraba por la ventana.

- Pero nunca es demasiado tarde. –susurró.-

Se acercó a la ventana y se sostuvo del marco, subiéndose a él para mirar bien hacia abajo, estaba en el segundo piso y lo que había abajo era suelo plano, soltó un suspiro y cerró sus ojos, soltándose poco a poco para dejar caer su peso hacia afuera, pero antes de que ocurriera alguien tomó su mano y tiró de ella, haciendo que cayera de espaldas sobe el pecho de aquella mujer que había salvado dos vidas; cayeron al suelo y aunque ella se lastimó, le preocupaba más el bienestar de Ho Seok y su hijo.

- De verdad no puedo dejarlo solo ni por un momento. –se quejó ella.- ¿se encuentra bien?

No tan sorprendido por su intromisión, debido a que estaba acostumbrado a que sus intentos de suicidio fuesen frustrados, se levantó, sacudió su ropa y volvió a la cama.

- No estaré bien hasta que consiga lo que quiero. –dijo Ho Seok.-

- ¿cómo puede hacer algo así solo por matar a un bebé? Ella no tiene la culpa de nada, es su hija.

- Yo nunca quise tener un hijo. –desvió su mirada.- por mí esa bastarda se puede ir al infierno.

- Usted de verdad que no tiene corazón.

Ho Seok no contestó, solo se quedó callado; aquella mujer de traje lo privaba de objetos filosos y otros que consideraba peligrosos, pero aun así no lograba conseguir que él dejara de intentar acabar con su vida y con la de su hija.

Mientras tanto, las contracciones de Ji Min se hicieron presentes poco después de haber roto fuente y Yoon Gi comenzó a preocuparse; lo ayudó a sentarse y besó su frente.

- Estarás bien. –dijo Yoon Gi.- Jimin... sé que prefieres el parto en casa, pero creo que lo mejor es que seas atendido por médicos.

Ji Min asintió, sintiendo su respiración agitarse un poco y comenzar a sudar.

- Está bien, es lo mejor. –susurró.- hay que llamar a Jungkook para que venga a cuidar a Dongyul.

- Yo lo llamaré.

Amores prohibidos || YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora