Cap15: Espinas

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Despertó notando la habitación totalmente a oscuras, parpadeó unas cuantas veces para disipar el ardor. Se sentía totalmente real, lo supó, no era un sueño, se habían quedado dormidos abrazados, la espalda del castaño tendida sobre el colchón, el rostro y pecho del pelinegro aplastado encima del torso del de abajo; como afianzando la postura los brazos de ambos se aferraban al cuerpo del contrario, reconoció el aroma estampado en su nariz, supuso que el frío le despertó o quiza el adormecimiento de la misma posición, tenían la mitad de las piernas fuera de la cama.

- Jae, Jae - susurraba muy bajito mientras le agitaba levemente.

Las respiraciones cansadas del contrario sonaban tan profundas que en cualquier momento podían convertirse en un ronquido ligero, dedujo que se encontraba cansado pues apesar de tener el cuerpo helado no parecía incomodo. En realidad solo quería despertarle para que se pusiera agusto y se cubriera pues su pecho seguía desnudo, intentó jalarlo hacia arriba pero nisiquiera le movió un centrimetro, optó por subirse hasta el area de almohadas, apenas se safó para deslizarse cuando Jung pegó un brinco despertando.

- ¡Sehun! - pronunció espantado - creí que habías caído -

- subeté un poco - responde indiferente.

- ¿estás bien? -

- tengo sueño -

Sin más decide seguirle y en segundos estaba dormido de nuevo, Oh le cubrió con una manta la cual decidió compartir, apenas le tapó y el otro lo atrapó en un abrazo, miedoso por el tamaño de la cama. El abrazo fue suave, de la cintura, un poco por arriba de la herida, se quedó de frente mirandole fijamente; por fin tenía la oportunidad de tenerle tan cerca, le parecía lamentable la razón del porque. Definitivamente había estado equivocado, la cercanía no le incomodaba, no sentía esas mariposas estomacales que todos describían, se preguntó el porqué ¿sería que no le gustaba tanto como creía? Tenerlo cerca era algo más parecido a comodidad pero nada de lo que creyó, se sintió desilucionado y liberado al mismo tiempo, el abuso lo había liberado de la atracción por las personas, nadie en el mundo le agradaba más que su vecino, ahora se daba cuenta que no le intimidaba tanto, tristeó un momento por el rompimiento de su ilusión romántica adolescente, una parte se felicitaba por no estár nervioso frente a quel muchacho ¿se había convertido en asexual? ¿Ya le gustarían las mujeres? Al momento que se preguntaba aquellas cosas de manera inconsiente fijaba su vista en la cara del castaño de quien se apreciaban algunos razgos con la luz de fuera.

¿Porqué el negro lucía más oscuro y profundo en él? ¿Porqué el blanco era más claro y lúminoso cuando este lo vistía? ¿Porqué su rostro era tan atractivo? No era que le gustara, ahora que lo tenía tan, tan cerca se había dado cuenta que solo era una atracción escolar, que los nervios se podían deber a su complejo de inferioridad más que al sex appeal del contrario. Cerró sus ojos fuertemente, no sentía miedo de la oscuridad, estaba acompañado y no de cualquiera según él, se relajó al sentirse suelto de fantaseos tontos pues las tan temidas mariposas no habían llegado en ningún momento, se percibió bastante bobo pues entre más analizaba las frases de Jung más reflexivo se ponía sobre sus acciones, se cansó de pensar y soltó el cuerpo quedando dormido profundamente tambien.

5:00 am despertó, apenas giró su cuerpo para levantarse y el Jung pegó un brinco.

-¿estás bien? ¿Te lastimé? - preguntó alarmado.

- no -

- mira nada más, en una hora te toca medicamento - pronuncia tallandose los ojos cansadamente -¿cómo fue que dormí aquí? -

- la platica estaba buena y no recuerdo lo demas, tal vez fue el cansancio -

Jung se miró horrorizado al recordar que solo vestía su pantalón del pijama, cómo si fuese una chica rápidamente se cubrió el pecho.

El manual de: Dear MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora