Cap6: Laberinto

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🐺🦌

Pasó todo el camino a casa pensando en un metodo para relajarse, sentía el estomago en el cuello y los nervios brotar como grasa por los poros.

Bajó del autobus y fue directo a su casa, totalmente paranóico, volteaba hacia todos lados sintiendose espiado. Entró a su casa y las piernas por poco y no le responden, era martes y como cada uno de ellos hiba una persona a encargarse de la limpieza y la alacena, Sehun lo sabía pero lo ignoró; no solo él se asustó sino que arrastró consigo a la pobre mujer quien no esperaba compañia.

— lo s-siento, e-en verdad, s-solo sigga — pronunció el menor mientras hiba escaleras arriba.

Aventó su mochila por algún lugar de la habitación y se tumbó de un salto a la cama. Queria dormir más, sin darse cuenta comenzó a llorar, al percatarse se volteó boca abajo para cubrir su boca con la almohada, no podia parar de hacerlo, sentía horror ¿cómo había sido tan imbecil para confiar en un extraño? ¿porqué se había fijado en aquella mala persona cuando llevaba años enamorado de alguien más? Ese alguien al menos no le hacía daño.

Pasó una hora continua llorando hasta que su cabeza no pudo más, no había desayunado, estaba tan lleno de estrés y remordimiento que se quedó dormido. Durmió toda la mañana y tarde, fue hasta que el sonido de una llamada entrante le sacó de su descanso.

📱: bueno ¿quién habla?

📱: estoy a 15 minútos de tu casa cielo, voy por tí — se escuchó al otro lado de la linea.

📱: p-pero yo...

📱: ¿qué? ¿Me dirás que tu mamá no te dejó? Vamos, se que estás solo.

No supo que responder cuando el otro colgó la llamada, entró en pánico, aún llevaba puesto el uniforme, corrió al baño a lavarse la cara y cepillarse los dientes, al salir fue directo al armario para cambiarse pero vió en su telefono un mensaje.

💬: ya estoy aquí.

Se asomó por la ventana y comprobó, el auto estaba allí, su cuerpo comenzó a temblar, de nuevo estaba a punto de quebrarse, se vio tentado a encerrarse y no salir pero recordo el arma y sintió aún más miedo. Cogió su billetera y bajó rápido, a como pudo se colocó unos vans y salió, volteó hacia todos lados y subió al auto.

—¿cómo estás? — preguntó Lù dandole un beso en los labios y mordiendo fuerte.

Al no escuchar respuesta del contrario arrancó el auto y se dirigió al barrio de Namdaemun, todo eran callejones y caminos estrechos y confusos para Oh, jamás fue a esa parte de la ciudad. Llegaron al enorme mercado del mismo nombre el cual ya estaba cerrado, cada uno de los locales con la cortina abajo y las luces apagadas. Hán aparcó y le invitó a bajar del auto, Sehun negaba con la cabeza, eso le parecía cruzar todo límite de su seguridad, bajar del auto era para él en ese entonces como haber perdido cualquier oportinidad de salir de aquello.

El detective bajó y dio vuelta para abrir la puerta y sacarlo a jalones, el menor se aferraba al tablero frontal hasta que cayó al suelo fuera del vehículo.

El mayor le cogió por el cuello del saco y lo arrastró obligandole a pararse y seguirlo, solo veía horrorizado para todos lados ¿porqué le llevaba por un mercado cerrado? No parecía exactamente una cita, su miedo no le permitía fijarse en la numeración de las cayejuelas, por el contrario, en veces cerraba los ojos intentando contener las lagrimas.

Luego de, al parecer una eternidad entre pasillos llegó a una puerta en color negro, tocó y el tipo que abrió le heló la sangre, cerró sus ojos y mentalmente se despidió de sus padres y amigos, deseaba que al menos su cuerpo recibiera un sepulcro y no quedar regado a las afueras de Seúl, quizás le sacarían los órganos, fue su pensamiento.

El manual de: Dear MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora