Tras haber encontrado los símbolos de los Fey, Carden no había dudado en poner a todos sus hombres a rastrear el lugar y a seguir la senda con el fin de acercarse más a su preciada presa. Tras mandar a mensajeros y organizar las pequeñas tropas de las que disponía en el momento, consiguió que diferentes grupos de los Paladines Rojos reanudaran a paso rápido la marcha y buscaran no solo a Nimue, sino también a cualquier criatura mágica.
— Vamos, hijos míos, la suerte nos sonríe— comentó mientras animaba a sus hombres a seguir cabalgando.
Elaine por su parte había conseguido serenarse y volver a actuar con la cabeza fría tras un pequeño tiempo para pensar. Se obligó a recordar toda y cada una de las matanzas que había presenciado, todos los cuerpos que había visto quemados y destrozados y toda la sangre que había ayudado a derramar. Sí, si había conseguido pasar por aquello, podía actuar por unos minutos manteniendo la racionalidad que la caracterizaba. Elaine era una persona decidida y que sabía perfectamente como controlar sus impulsos. Entonces, ¿por qué estaba tan preocupada? No era propio de ella, era estúpido.
Así que en su mente trazó el mejor plan que se le ocurrió y esperó el momento adecuado para ejecutarlo.
— Esa chica estúpida creía que quemando nuestros mapas iba a conseguir burlarse de nosotros— escupió Carden con un tono de mofa refiriéndose a Nimue a la vez que se regocijaba en su silla de cabalgar. — Y ha conseguido indirectamente dirigirnos hacia los de su especie.
El hombre estaba muy orgulloso de su hazaña, eso estaba claro, pues además mostró una pequeña sonrisa satisfecha.
— Una vez más, los Paladines Rojos lograremos acabar con los sucios seres que contaminan nuestras tierras.
Elaine escuchó las palabras del anciano sin ninguna expresión en su rostro y le miró de reojo. Si tan solo supiera que iba a hacer todo lo posible para sabotear su plan. A veces la chica pensaba en la cara de estupor que se le quedaría en la cara al anciano cuando descubriese la verdad sobre ella y sus ganas de que llegara aquel día aumentaban.
Los Paladines Rojos siguieron andando, Carden, el Monje y Elaine continuaban el camino y conforme divisaban nuevas señales, Elaine intentaba hacer memoria calculando cuánto tiempo les costaría llegar hasta los Fey. Comenzaba a pensar que pronto sería la hora de desviar a los hombres de ropa escarlata, cuando de repente una voz llamó al Padre Carden con urgencia.
— ¡Padre Carden! ¡Padre Carden!
Un joven paladín se acercó corriendo, Elaine y los dos hombres que cabalgaban junto a ella miraron al recién llegado con expectación.
— ¡Alguien ha atacado a nuestros hermanos! ¡Están muertos!
— ¿Dónde? — preguntó inmediatamente el Padre, más enfocado en la posible localización del ataque que en la salud de sus seguidores.
— ¡En el lago! ¡A unos diez minutos! — respondió el joven, que parecía horrorizado tras haber descubierto los cuerpos de sus hermanos religiosos.
— ¡Hijos míos! ¡Adelante! — anunció entonces Carden, hizo un gesto con la mano y sus acólitos empezaron a cabalgar hacia delante para llegar hasta el escenario sobre el que había informado aquel paladín.
Elaine ya esperaba ver un ataque sin importancia, probablemente eran un puñado de despistados que habían sido atacados por algún animal o alguna pandilla de criaturas Fey, no obstante, cuando llegaron hasta el río, la morena se detuvo con un brillo particular en sus ojos. Todos bajaron de sus caballos y se acercaron al agua con precaución, a continuación, Carden ordenó que sacaran a los paladines mientras él observaba todo desde la pequeña cascada del entorno.
ESTÁS LEYENDO
ENEMY ──── cursed.
FanfictionElaine tenía una misión, aunque más bien, se trataba de una misión suicida. Siendo una hechicera, tenía el poder de conseguir cosas que otros no podían, de modo que decidió hacer lo que nadie se había atrevido a hacer antes en aquella lucha. Con el...