ENEMY ──── cursed.

CAPÍTULOS IX, X y XI

¡Hola! Sí, voy a subir 3 capítulos seguidos, habéis leído bien. El martes comienzo la universidad de nuevo y no sé cómo voy a organizarme todavía, pero quería hacer algo especial antes de volver a la rutina. Gracias a laritamaria se me ocurrió la idea de hacer un "maratón". Así que os dejo los caps, espero que os gusten. Se va acercando el final de temporada jiji.

CAPÍTULO IX

El ambiente entre los Paladines Rojos estaba tenso. Habían experimentado toda clase de cosas en tan solo unas horas y ahora parecía que volvían de nuevo en el principio del camino. Habían descubierto los papeles de los viejos Fey que indicaban su ubicación exacta, habían estado a escasos metros de la joven que portaba la Espada de Poder. Luego la habían perdido, los papeles habían sido destrozados, se habían contentado pensando en que habían encontrado el camino a un campamento Fey y finalmente habían descubierto que Nimue había escapado de ellos ante sus propios ojos, causando una pequeña matanza. Definitivamente, no era su mejor semana.

Pero Elaine sabía que no podía tomarse aquello como una victoria, sabía que precisamente tras los golpes duros, Carden se volvía más peligroso, violento y agresivo. Como los animales, cuando eran aislados atacaban para salvarse y la morena sabía que no tardaría en arreglárselas para idear algún plan para acabar con sus enemigos.

El grupo había cabalgado entonces hasta el campamento en el que se encontraba el Papa Abel, la cabeza de la Iglesia Católica Romana. Elaine sabía quién era, todo el mundo sabía quién era pues se trataba de uno de los dirigentes más influyentes del lugar gracias a las fuerzas que lideraba, los conocidos como los Guardias de la Trinidad. Si Elaine había pensado que infiltrarse en los Paladines Rojos era una misión difícil, hacerlo entre los soldados de la Trinidad era prácticamente un suicidio. Eran mayor en número, en fuerza y en peligro.

— Vayamos a ver al Papa Abel— había informado Carden, Elaine no había ignorado el hecho de que el anciano había perdido momentáneamente su usual confianza. — Seguro que tendrá algo que decirnos— añadió con algo de amargura.

Hasta el líder de los paladines guardaba un profundo respeto y temor hacia él. Por eso, cuando divisaron las tiendas de color blanco, dorado y azulado, Elaine tomó aire y se preparó para lo que seguramente sería un punto de inflexión para los paladines. No obstante, cuando Carden, el Monje Llorón y Elaine se bajaron de sus caballos y se dirigieron hacia la tienda del líder de la Trinidad, los dos encapuchados con máscaras doradas que custodiaban la puerta cerraron el paso de los dos últimos con sus lanzas. Inmediatamente el Monje echó mano de su espada y Elaine dio un paso atrás con cautela.

— Alto— les ordenaron con severidad.

Mientras la morena se tomó el rechazo de acceder al encuentro más como un alivio que como un castigo, el Monje Llorón pareció algo contrariado. En cualquier caso, Carden se volvió hacia ellos con una expresión que intentaba ser serena.

— No pasa nada— dijo— esperad aquí.

Elaine asintió diligente y volvió sobre sus pasos hasta llegar a donde se encontraban situados los demás paladines, para entonces coger las riendas de Medianoche y acariciar el lomo del animal. No tardó en ver cómo el sirviente de Carden se acercaba también con una expresión de visible fastidio por no poder acompañar a su jefe. En otro contexto la situación le podría haber parecido cómica a la joven, no obstante, debía admitir que sentía curiosidad por lo que le diría el Papa Abel a Carden, así que se limitó a esperar.