CAPÍTULO XIV

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A paso lento, Elaine caminó junto a Carden para adentrarse en aquella pequeña carpa que habían instalado para las reuniones. El hombre le ofreció algo para beber, la chica lo rechazó y luego tomó asiento enfrente del clérigo mientras éste alisaba sus ropas y relamía sus labios.

— Como puedes ver, muchas cosas han cambiado por aquí en las últimas horas— anunció el Padre Carden uniendo sus manos y alzando la mirada para mirar a Elaine, quien asintió con un rostro neutro. — Me he visto obligado a buscar ayuda para poder cumplir nuestra misión divina de una vez por todas.

Elaine parpadeó, esperando que de una vez se dejase de rodeos y le pusiera al día. No obstante, cuando volvió a hablar, una ola de información repentina la inundó.

— Ante la situación con el rey Uther, he buscado apoyo más allá de estas tierras— informó Carden— ahora contamos con la ayuda del rey Cumber, de los clanes germanos. Pero la cosa no va bien, querida. Hace poco perdimos el control sobre Gramaire, esos Fey se las arreglaron para vencernos.

— Consiguieron huir también del refugio de las Minotauro, pero acabamos con un grupo no mucho después. Luego capturamos al Caballero Verde— añadió Elaine.

La muchacha siguió asintiendo con atención ante las palabras del clérigo, alegrándose no obstante de la buena nueva. Había intuido que gracias a Nimue la situación en aquella guerra cambiaría y de momento había tenido la razón.

— Exacto. Además, gracias a Lady Lunete, todo apunta a que recuperaremos la ciudad. Van a permitir que nosotros, los Paladines Rojos, lideremos el asedio.

— Eso suena estupendo— también sonaba como una completa mentira de Uther, no obstante, Elaine calló sus palabras mientras pensaba en otra cosa.

No solamente Carden se las había arreglado para que un rey de un clan extranjero le tendiera su ayuda en la lucha por el poder, también había hecho que la propia madre del rey Uther estuviera de su parte. Aquello era sumamente extraño, ¿cómo había podido cambiar todo en tan poco tiempo? Una sensación de peligro nació en el interior de la hechicera, había algo de la situación entera que no le daba buena espina. Como si todo fuese peor que de costumbre.

— Y también hay malas noticias— el anciano emitió un suspiro pequeño— la Guardia de la Trinidad y el Papa Abel han enviado a Wicklow para supervisar nuestros avances.

Después de la huida de Nimue, la pérdida de la Espada de Poder y la derrota en Gramaire, la Iglesia no debía de estar nada contenta con los Paladines Rojos, de modo que no habían tardado en cumplir la amenaza que el Papa le había impuesto a Carden.

— Así que lo único que podemos hacer ahora es prepararnos para la batalla. Les asestaremos golpes de los que no se recuperarán y por fin esa especie maligna abandonará nuestra tierra. Cuando sepan acerca del destino del Caballero Verde, seguro que los conseguimos debilitar.

Aquel hombre era un completo sádico, egocéntrico y psicópata, la muchacha no tenía ninguna duda. La mención a Gawain le alertó de nuevo y no tardó en darse cuenta de que debía intervenir cuanto antes, de modo que relamió sus labios y luego carraspeó para hablar.

— Veo que no ha necesitado de mi ayuda para conseguir grandes avances— exponía la realidad tal y como era, una realidad que tenía dos significados. — Y parece que tiene todo controlado. Si lo desea, me retiraré para supervisar que todo sigue su curso de forma correcta.

Carden asintió con una sonrisa satisfecha y señaló la salida con una mano, permitiéndole a la muchacha abandonar su tienda y dirigirse al exterior. Lo primero que hizo la chica de ojos verdes al llegar a respirar el aire libre fue alejarse de todos los allí presentes adentrándose un poco en el bosque, solamente para pasar una mano por su cabello suelto y suspirar mientras sentía su labio temblar.

ENEMY ──── cursed.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora