CAPÍTULO XV

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Elaine había pensado en muchas cosas aquella noche. En primer lugar, había contemplado la posibilidad de sacar a Squirrel de aquel lugar. No sabía cómo, pero la bruja tenía muy claro que debía hacerlo cuanto antes. En segundo lugar, pensaba en qué se suponía que debía hacer en ese momento. No sabía si debía huir, quedarse y luchar, encontrar a los Fey, encontrar algún refugio. Sea lo que fuere, debía hacerlo sola. La idea de avisar a Nimue se le había ocurrido más de una vez, no obstante, sabía que no era lo más adecuado teniendo en cuenta las palabras de Carden y Uther. Nimue no le había mandado ningún mensaje, lo que además dejaba entrever lo ocupada y enfocada que debía de estar en sus otras tareas. La muchacha tenía que defender Gramaire al fin y al cabo.

Además, tan pronto como un nuevo día comenzó para los habitantes del continente, la morena fue llamada por el padre Carden para ponerle al día de una noticia muy importante. Cuando escuchó que Cumber había accedido a acabar con la Bruja Sangre de Lobos ayudando así al anciano, Elaine supo que definitivamente estaba sola en esto. Y esta vez, por mucho que la situación le superase, debía hacer el mayor esfuerzo de su vida para intentar salir de allí con vida. Y con el niño Fey si era posible.

— ¿Qué hacemos ahora, Padre? — preguntó Elaine tras salir de la tienda del anciano, que parecía tener un gran día por delante.

— Nuestros hombres se deben preparar para lo que ocurra, pronto tendremos invitados aquí— respondió él, no obstante, su gesto no tardó en torcerse. — Pero antes tengo que hacer algo— avisó, para luego finalizar la frase de forma misteriosa.

— ¿Le acompaño? — la muchacha ofreció, pero la negativa que recibió fue demasiado repentina.

— No, no hace falta— Carden de inmediato alzó una mano restándole importancia al asunto, a pesar de que la muchacha había detectado la amargura en sus gestos y palabras.

No obstante, Elaine no insistió y contempló de reojo mientras caminaba por el lugar cómo Carden se dirigía a la tienda del Monje Llorón. Había pensado en él también, todo gracias al apresamiento de Squirrel. No solamente había descubierto que aquel individuo era un Fey, ahora también parecía tener una conciencia y un corazón escondidos dentro de él por muchas creencias que los Paladines Rojos hubieran implantado en su cabeza. Sí, era cierto que había asesinado, quemado, destrozado las casas de múltiples seres desde hacía mucho tiempo, pero la chica no podía evitar pensar que los Paladines habían hecho con él lo mismo que habían hecho con ella: convertirlo en una amenaza.

La joven sacudió la cabeza, ahora aquello no importaba porque debía encontrar a Squirrel cuanto antes. Pero aquello no fue una tarea fácil, pues cuando se pasó por la tienda del hermano Sal, los Paladines Rojos aún estaban sacando de allí el cuerpo de Gawain. Verlo inmóvil e inerte causó un escalofrío por todo el cuerpo de la hechicera, sobre todo cuando ofreció su magia para destruirlo por completo.

— ¿Necesitáis ayuda, hermanos? — se obligó a decir sin la voz temblorosa. — Puedo encargarme de quemar el cuerpo o algo parecido.

Ellos negaron con expresiones divertidas a la par que siniestras.

— Dejaremos su cuerpo por aquí como advertencia, y quién sabe, si vienen a buscarlo será un buen regalo de bienvenida.

Elaine asintió con la cabeza, una vez más tampoco podía decir que le sorprendiesen los actos crueles de aquellos hombres. De este modo, les dejó retirar el cuerpo de su amigo de aquel sitio y después no tardó en girarse hacia el hermano Sal, quién se encontraba limpiando sus instrumentos de tortura.

— ¿Dónde está el pequeño Fey? — preguntó la morena con el fin de disfrazar su inquietud fingiendo curiosidad y verdadera atención. — Pensaba que ya lo tendríais dominado.

ENEMY ──── cursed.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora