Noticias funestas

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Estaba sangrando. La misión salio mejor de lo que esperaba y se dirigió a cobrar su recompensa, después de todo no esta de más un poco de dinero o algún objeto de valor que pudiera vender, para una pícara, el dinero es como un hermano. Entonces, ¿Por qué demonios estaba sangrando? Después de rebuscar en su mente lo recordó; hacer misiones no esta mal y suele ser divertido, pero robar y asesinar, esa es su mejor modo de vida. Ese día iba saliendo del pueblo hacia la aventura (si es que se puede llamar así) pero hubo algo que llamo su atención, una misión de urgencia, asesinar al líder de un grupo de ogros que merodeaban las cercanías de dicho pueblo. Una misión sencilla, nada de otro mundo, pero lo que no estaba aclarado era porque carajos ese ogro podía observarla en su modo de sigilo. Al final la cosa no salio bien, aunque logro completar la “maldita” misión ese bruto le provocó una herida entre las costillas y el hígado, por suerte no perforo ninguna arteria o vena de importancia. La herida era de aproximadamente 2 cm de profundidad, pero para ella era solo un rasguño, ¡un rasguño que no paraba de sangrar!

Busco una cueva o algo con techo, necesitaba cerrarse la herida, comer y dormir algo, pero se tuvo que conformar ocultándose en los árboles. Agradecía a Elune haber aprendido primeros auxilios y a cocinar, algo muy importante en la vida de “héroe” que llevaba. A veces pensaba que la palabra héroe era un mero nombre en comparación por lo que a tenido que hacer por Azeroth y sus habitantes. Encendió la fogata y puso a cocinar carne de jabalí y lobo, no era mucha pero bastaría por esa noche. Siempre llevaba algo de alcohol o bebida fuerte encima, no es que tomara esas cosas pero en algún momento lo necesitaría. Se recostó en un árbol y preparo hilo, agujas y las vendas; tomo la pequeña botella de alcohol y se lavo la herida para eliminar cualquier infección.

Un gemido de dolor se le escapo de los labios y juro que ningún animal salvaje o algún salvaje la escuchara, después de todo estaba herida y cualquiera se aprovecharía de la situación. Un pensamiento le vino a la mente y se dijo a si misma “solo un masoquista extremo puede soportar esto”. No era muy fan al dolor, pese a ser ágil y con buenos reflejos casi nunca se lastimaba en batalla y eso es algo que aprendió a conservar pero ese ogro que le detecto en sigilo le hizo cambiar de parecer.

Tomó una de las agujas y la colocó frente al fuego para calentarla, después le ennebro un hilo doble y rocío un poco de ese alcohol restante en la aguja que aún estaba caliente. Ahogó el grito de dolor, no quería ser escuchada y mucho menos descubierta en ese estado, después de todo el cazador era ahora la presa. Se aseguro de que la herida estuviera completamente cerrada con los hilos, a continuación coloco una venda de algodón para que absorbiera la sangre restante y encima se puso dos de seda y una de lino para fijar correctamente a las anteriores en el mismo lugar. Solo debía permanecer quieta el tiempo suficiente como para que sanase la herida, algo que solo tomaría parte de la noche o hasta el otro día.

Después de comer y verificar que no estaba sangrando alzo la mirada al cielo. La Dama Blanca se alzaba imponente en el cielo estrellado y se sintió a gusto con la bendición de la Diosa. Sus ojos plateados, marcados con un leve brillo observaban perdidamente al cielo sin importar lo oscuro que estaba el bosque. Entre todas las razas de Azeroth, los elfos nocturnos poseen la mejor visión de todas, tanto en la luz como en la oscuridad. Su cabello blanco, brillaba al igual que la luna, recogido en un pequeño moño por lo molesto que era llevarlo suelto. Su tono de piel era como un rosado claro que hacían que cualquier vestimenta se lo resaltara, algo que a ella no le interesaba. En sus ojos lleva una marca distintiva de su raza, no siempre son iguales pero los identifican como Kaldorei, consistía en una especie de raya curva que atravesaba sus ojos para terminar en otra raya curva con pliegues más gruesa. Pero hubo algo que siempre la identifico y molesto, y eso era su rostro. Su cara de niña inocente escondía todo rastro de engaño y picardía, por lo que aprendió a utilizarlo como una herramienta aunque no siempre funcionaba.

Wateredge (World of Warcraft: Wrath of the Lich King)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora