Wateredge (World of Warcraft: Wrath of the Lich King)

Cementerio de Dragones

Piso superior del Templo del Reposo del Dragón.

Zallha había llegado en un intervalo de 4 o 5 horas, pero no empezó a realizar las misiones para subir la reputación de mierda a exaltado porque Nekroll se le había quedado dormido.  Le consideró darle ese descanso, fueron dos días seguidos sin pegar el ojo y ella estaba reventada, podría dormir algo antes de que sus hermanas y compañía le vengan a joder el resto del día.

— ¿Cómo puedes dormir así? De por si mirarte es incómodo y más con ese draco que tienes.

— Cromi ahórrate el comentario que tengas sobre este muchacho. Ahora, ¿crees que podrías dejarme pegar el ojo un rato? Mis hermanas me la sudan y es cuestión de tiempo para que aparezcan.  

— Si, ya entendí, el problema es que…

— ¡Qué! ¿¡Te molesta que tenga un draco obsidiana de montura!? ¿En serio Cromi? Pensé que eras mejor que eso.

— Tus hermanas me preocupan mas que tu draco. Pero dime Zallha, ¿por qué?

— ¿Por qué? ¿Me estas preguntando porque uno obsidiana y no de otro color? Es sencillo mi pequeña amiga bronce, simplemente, todos tienen derecho a vivir. Además me pareció buena idea en ese momento tener un vástago obsidiana y digamos que la idea me salió bastante bien, casi.

— ¿Vástago, lo tienes desde que eras un vástago?

— Si, era una bolita pequeñita de escamas, cuernos y garras cuando lo cambie por una de mis mascotas de compañía. Me seguía a todas partes. Aún lo hace.

— No me lo creo.

— ¿No? Mira por ti misma.

Zallha se levantó haciendo un poco de ruido para despertar a Nekroll de su profundo sueño. Dirigiéndose a la plataforma de aterrizaje se lanzó al vacío. Nekroll, quien había estado observando silenciosamente se levantó rápidamente y saltó también al vacío. A Cromi no le sorprendió la acción de Zallha, ella siempre ha hecho cosas así de locas. Cuando Nekroll subió el vuelo lo entendió, Zallha lo había salvado, por así decirlo, de ser un esclavo mas de los habitantes de Azeroth. El draco obsidiana descendió con elegancia, estirando sus alas por la acción tan brusca que acababa de realizar, Zallha bajó de su montura.

— Impresionante, aunque no debería sorprenderme de lo que haces. ¿Te sientes bien?

— Hace frío. Puta mierda hace un frío de los cojones.

— Tienes que tenerlo, lanzarte de esa forma y desde esta altura no es algo sensato. ¿Pasa algo?

— Si, allí vienen. Genial, se acabó el descanso.

— Me sigue intrigando lo de tus hermanas.

— Cromi, ¿recuerdas a Nerha?

— ¿La adicta a los elfos de sangre?

— Esa misma.

— Escuche que había muerto y que luego apareció como una caballero de la muerte.

— Na, que va. Puede que sea una profana tumbas pero sigue siendo LA MISMA GUARRA Y CERDA DE SIEMPRE. Se la tira con dos Quel'dorei y vive prendida de la jarra. Sigue siendo el mismo asco de persona.

— ¿Pero a que viene esto?

— Cromi, ¿recuerdas sus vicios en cuanto a los elfos?

— Creo que si.

— Ahora mira a esa belleza que esta al lado de Alex.

— Oh mierda.

— Exacto. Habla con tu reina y pídele de favor que no mate a ninguna de mis hermanas. Que sea después de forrarnos los bolsillos. Mantendré el control sobre ellas y compañía. Bueno, lo intentaré.