La Fiesta de la Cerveza. El encargo de Saelienne

17 1 2
                                    

Había transcurrido dos meses desde el regreso de Nerha a Darnassus. La Fiesta de la Cerveza estaba casi a la vista, solo faltaba un día para que comenzara. Los preparativos estaban completados, solo quedaba esperar.

Las hermanas habían estado estos últimos meses haciendo alguna que otra misión, que en su opinión no valían de nada, siempre era investigar esto o ver aquello o llevar y recoger lo otro. Pero hoy estaban tranquilas, no habían hecho nada, por ahora. Como tenían el tiempo libre se dedicaron a vagabundear por Darnassus. Sabían que Shandris las tenía bajo vigilancia las 24 horas del día y decidieron no intentar nada, al menos no en este momento.

Xallha estaba sentada junto a Myth’Vhalir mientras Ysari estaba parada en sus patas traseras con las alas extendidas mientras Xallha aguantaba sus patas delanteras con la intención de que caminara pero era imposible, al menos su cola le servía de apoyo para no caerse. El druida tenía a su dragón faérico en uno de sus hombros. Desde que Abi alcanzó un tamaño mayor las hermanas intentaron hacer lo mismo, pero como todo ser vivo, los dragones tienen preferencias y gustos por la comida, pero en realidad no crecían por el efecto de las galletas de crecimiento, por lo que dejaron de dárselas. Además del abisal, la proto-draco y la verde habían crecido, los demás vástagos seguían del mismo tamaño.

Xallha levantó a la cría por las patas delanteras llevándose una mordida en la mano derecha por parte de la dragona soltándola en la mesa mientras miraba el sitio de la mordida.

–Eso te pasa por andar inventando.

–Cállate intento de druida.

–Cállame tú, Xallha.

Xallha lo miró de reojo mientras Myth’Vhalir se reía de ella. Apartó la vista hacia Ysari que se intentó parar de nuevo lográndolo esta vez aleteando y lanzando un chillido de victoria. Xallha cerró los ojos y sonrió mientras se quitaba el guante de la mano derecha y le propinó un codazo al druida en sus costillas dejándole un moretón muy feo. Myth’Vhalir cayó sobre la mesa enterrando su cara de dolor entre sus brazos maldiciendo en voz baja a su compañera.

–Eso te pasa por abrir la boca.

Saeli entró en la taberna, parecía alterada y molesta al mismo tiempo. Divisó a la pareja elfa y fue a sentarse para calmarse un rato. Daelin se había estado quedando en la taberna junto a su amada, sólo para ayudarla. Puso su mano en su rostro y levantó la mirada a los druidas.

–Xallha, necesito un favor tuyo.

–¿Qué es Saeli?

–Hay un atraso en el envío de la cerveza para mañana. Se supone que debería haber llegado hace unos días pero no tienen transportistas para traerla hasta acá.

–¿Y tú quieres que yo vaya a buscarla? ¿Qué ganó a cambio?

–Te daré uno de los barriles como pago.

–Hecho. Dónde debo ir a buscar Saeli.

–Xallha tenemos cosas que hacer y no podemos…– Xallha colocó sus manos detrás de la cabeza de Myth’Vhalir, cerró los ojos y lo miró con el ceño fruncido acercando su cabeza a la suya para susurrarle al oído.

–Escucha bien Myth, me van a dar un barril de cerveza como pago, así que vas a ir porque te he hecho demasiados favores y es hora de que me los pagues, así que si quieres conservar tu cuerpo en buen estado vas a ir porque si, entendido.

–Si– estaba aterrado, sabia que Xallha era capaz de cualquier cosa y no se dispuso a llevarle la contraria.

–Bien. Saeli donde hay que buscar.

–En Forjaz. Deben ir a los almacenes de la ciudad y solicitar el transporte de la mercancía con esto– levantó un rollo de papel y una insignia de Darnassus– el papel es el encargo y la insignia indica a donde y quien debe enviarse. Los almacenes están en La Sala Militar, que no se les olvide.

Wateredge (World of Warcraft: Wrath of the Lich King)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora