-RED.
El término RED, tenía demasiados significados, y hyukjae lo sabía. Por ejemplo, Red, era el color de ojos que el portaba, pero también era el nombre de una droga Alucinógena, que provocaba que el portador se volviera violento y desarrollará in...
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Donghae se había ido hace unas horas de mi celda personal, por lo que ahora me encontraba un poco aburrido. Ya no tenía libros para colorear, o algún dulce que comer, donghae prometió traer más la próxima vez, pero para eso faltaban algunas horas. En momentos como ese le era eterna la espera por el nuevo día. Sin embargo la alarma que anuncia que pronto será la hora para ir a las duchas —como cada semana — logra llamar su atención. Hace poco escuchó de los guardias una peculiar conversación, donde ambos hablaban realmente serios sobre "los demás sujetos primogénitos del laboratorio". No entendía las palabras, pero le parecía curioso la manera en que se habían expresado. Incluso habían nombrado al Omega castaño de ojos violetas que venía a verlo todos los días.
¿Donghae tenía algo que ver con "Los sujetos primogénitos del laboratorio" o solo fue una coincidencia que le hayan nombrado?.
La cuenta regresiva de la alarma antes de que su celda fuera abierta comenzó. Hyukjae comenzó a mentalizarse antes de salir y tener que enfrentar lo que hay, ahí afuera de su celda. Podía escuchar a los voraces golpear con desespero su puerta para poder ya salir de su jaula donde eran metidos. El número uno estaba a escasos segundos de ser pronunciados, al igual que él, quien ya estaba frente a su puerta esperando por dicho número.
Uno.
En cuanto su puerta fue abierta salió corriendo de su celda en dirección a las bañeras, pero su pregunta aún seguía rondando en su cabeza. ¿Lograría encontrar las respuestas a sus preguntas si iba al piso de abajo?. Desviándose de su camino usual se dirigió a las escaleras que daban a los pisos de arriba y abajo, por ahora solo quería saber que había en el piso inferior, la próxima vez intentaría investigar el piso superior. Con la cuenta regresiva a los escasos cinco minutos llegó al piso de abajo, donde para su sorpresa había voraces, pero no los típicos voraces violentos y salvajes, sino unos más bien domesticados. Estos intentaban no acercarse a las puertas blancas que estaban abiertas en el piso, para definir mejor, parecían asustados de estar en el mismo área.
Un voraz lo miró e inmediatamente se alejo de él, tal vez temiendo que le hiciera algo. Aunque él no entendía el qué, ¿Hyukjae sería lo suficientemente como para hacer frente a un voraz?. No tenía idea, pero por en esos momentos agradecía que el voraz no le hubiera atacado, si hubiera tenido que defenderse tardaría más y no llegaría a tiempo a su celda.
—2 minutos con 35 segundos.—la monótona voz robótica de la alarma le aviso.—34, 33, 32, 31, 30...
Paso cauteloso al lado de aquel voraz asustadizo, hasta poder asomarse dentro de esa habitación. Parecía una celda común, como la suya a simple vista pero dentro había una persona de espaldas tarareando y jugando con algo entre sus dedos. El chico era de cabellos castaños más claros que donghae, tenía el cabello un poco rizado y mientras tarareaba soltaba pequeñas risitas. El chico pareció notar su presencia, al girarse par mirarlo, hyukjae observo que esté tenía ojos color verde y entre sus dedos estaba haciendo levitar un pequeño trozo de metal.
—¿Quién eres tú?.—El chico frente a él, ladeó la cabeza. Olía a chocolates.
Su aroma no era de peligro o como si quisiera hacerle daño, así que le agrado inmediatamente aquel chico.
—Me llamo hyukjae. ¿Y tú?.
—Soy Henry.
Hyukjae quiso entrar a la celda a mirar de cerca lo que el chico estaba haciendo, pero la cuenta regresiva del minuto uno, comenzó. No estaba muy lejos de las escaleras pero su celda, sí. Comenzó a correr en dirección a su habitación, en silenció que fue perturbado por el grito del chico anteriormente visto.
—Ven a jugar conmigo otro día, hyukjae.
Conforme iba acercándose a su piso, más podía oír gruñidos de los voraces que el estaba acostumbrado a tratar, violentos y con sed de sangre, no como los de la planta de abajo, quienes parecían temerosos de cualquier persona que se les pusiera enfrente. La ansiedad comenzó a crecer en su interior al escuchar pasos pesados, pisándole los talones y la cuenta que ya estaba en diez.
Diez, nueve, ocho, siete...
Sabía que había sido imprudente para él, salir de su área de confort, pero la curiosidad había sido más fuerte, llevándolo a investigar y sasear su curiosidad. Una vez dentro de su celda pudo respirar sin miedo.
Ahora sabía que en el mundo existían personas con un color diferente al suyo, y que era de una gran variedad. Los guardias tenían un color de ojos cafés, pero no de esos marrones o casi ámbar, bonitos, no más bien de esos casi asemejandóse a la mierda de los roedores que vagaban las duchas. Donghae tenía un color de ojos violetas, de un gran brillo y llenos de amabilidad, más en cambio los del chico de ojos verdes, irradiaban inocencia. Justo como él, donghae le había dicho que los ojos reflejaban la pureza del alma, y los suyos —para su suerte y orgullo— irradiaban inocencia. Entonces si Henry también era como él, quería decir que era bueno.
Aunque otra variante atacaba con persistencia su cabeza. ¿Porque aquel chico podía hacer que los objetos se mantuvieran en el aire sin necesidad de tocarlos? ¿Era un superpoder? ¿Ese chico era un superhéroe así como el de las historias que leyó cuando era pequeño y aún vivía con sus padres?. No lo entendía, nunca había visto algo así —aunque no es como si hubiera visto demasiadas cosas durante su vida— pero, si de algo estaba seguro es que eso era algo fuera de lo normal considerando la lógica de los betas y la gente del exterior.
Nunca entendería a la gente del exterior, temian de las cosas desconocidas sin darse la oportunidad de conocerlas y decidir si eran malas o no.
Hyukjae pensaba que había muchas, en demasiadas personas malas, pero también pensaba que así como había gente mala, había gente buena. Gente que cuidaba de los más vulnerables, aunque estos cada vez desaparecían más cada día, por la expansión de la maldad con rapidez. Él era bueno, o al menos eso el consideraba de si mismo, él quería ser bueno y también poder cuidar de las personas vulnerables. Si el mundo se llenaba de personas buenas, sería un mejor lugar. Un lugar donde sus cachorros pudieran crecer, porque sí, él quería tener cachorros, él quería tener un hogar, él quería tener un esposo y una familia. Y principalmente, él quería tener a alguien a quien amar y sentirse amado.
Solo pedía eso, era para lo único que aspiraba en su vida. Poder ser una persona buena que cuida de los demás y también ser cuidado.
Ahora que sabía que había otro chico dentro de ese lugar investigaría con más interés, tal vez podría encontrar la llave de su salida. Se haría amigo de ese chico, y junto a donghae y Henry, escaparían de aquel horrible lugar. Estaba seguro de ello.
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Si quieren ver el color de ojos de donghae, vayan al capitulo anterior, en el inicio, y véanlo.