RED | Eunhae

Capitulo 14

El doctor Heechul era una persona muy sonriente y amable con casi todas las personas, excepto con los guardias y unas pocas personas, pero fuera de ahí era muy agradable, y contaba unos chistes demasiados divertidos, que aunque no entendía trataba de reírme mucho para no hacerlo enojar. El siempre después de decir su chiste se daba unos minutos para explicármelo hasta que lo entendiera y pudiera reir genuinamente.

—Esta es una muestra actualizada de Candy Red, Spencer. En cuanto te la inyecte comenzarás a sentir los efectos, y quiero que me digas cuáles son los que experimentas.

Asentí a sus palabras, mientras el introducía la aguja de la inyección dentro de mi piel. Dolía un poco, pero no era algo que no pudiera soportar.

—Listo.

Se alejo con la inyección, para observar mi reacción.

Sentí en mi piel como el líquido de la Droga Candy Red, comenzó a correr por todas mis venas del cuerpo. Un frío helado fue el primer efecto que experimente, el cambio fue tan brusco que la piel blanca de mi cuerpo paso aun pálido preocupante, supe por Heechul que mis labios se habían tornado morados y los escalofríos eran tan continúos. Temblaba tanto, que hasta la camilla bajo de mí, se movía de un lado a otro. Heechul se encontraba anotando todo lo que mi cuerpo experimentaba en la carpeta azul

—Descendimiento corporal.

Cuando sentía que me podría volver un hielo humano, mi cuerpo aumento de temperatura tan rápido como había sucedido con el descendimiento de mi temperatura. Un calor abrumante dio pasó a todo mi organismo, sentía como si las entrañas se estuvieran quemando en carbón. Mi piel había dejado de ser pálida para ser tan roja como la sangre que Heechul extraía de mi cuerpo. Todo de mi ardía, era el infierno dentro de mí. Mis gritos desgarradores sonaban por todo el pasillo.

—Cambios bruscos de temperatura

Eso no fue lo peor, lo peor vino cuando ambas temperaturas comenzaron a mezclarse. Al inicio fue un consuelo, pero después sentía que en cualquier momento moriría. A cada momento mi cuerpo se sentía fallecer. La piel comenzó a picarme a horrores, enrojecimientos se habían formado en mis brazos, piernas, cuello y rostro. Era tanta la picazón que comencé a practicarme destrozarme la piel cuando me rascaba con desespero. Los rasguños parecían hechos por una navaja en lugar de uñas.

—Una gran picazon.—siguio anotando en la libreta.

De mis brazos ya brotaban líneas de sangre y mi rostro estaba ya marcado de tantas líneas rojas.

—¡Duele, doctor Heechul!.

Sentía como mi cuerpo picaba, y ardía por la sensación de mil agujas apuñalando cada parte de mi cuerpo.

—Bien el primer prototipo, aún es defectuoso y eso que arreglamos y modificamos algunas cosas.

La sensación de mi cuerpo siendo machado desapareció después de lo que sentí fueron horas, aunque en realidad fueron cinco minutos. Cinco minutos que sentí como si me estuviera muriendo.