Capitulo 11

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Hyukjae no quiso salir de su celda ese día

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Hyukjae no quiso salir de su celda ese día. El alfa que constantemente estaba alrededor de donghae, había ido unas horas antes, a sacarlo al patio como todos los días, por petición de donghae, pero el se había negado, si salía era porque así podía estar con sus amigos y con su Omega, pero ahora que el bata blanca no fue, no le vio el caso de salir. Aburrido, y contando los segundos que pasaban estaba recostado en el intento de cama, que tenía.

34125, 34126, 34127 segundos.

Aproximadamente 8 horas transcurridas desde que había amanecido. Hace 7 horas le habían llevado el desayuno, esa cosa verdosa amarillenta que sabía asquerosa pero que le llenaba el estomago, en ese momento se arrepentía de no haber guardado una porción como provisión, moría de hambre. Días anteriores, donghae le habría llevado algún dulce o barra frutal para alimentarse, ahora solo podía esperar hasta el siguiente día para llevarse algo más al estómago.

Los gruñidos de los voraces sonaban a la distancia, seguramente igual de hambrientos que él, aunque parecían realmente inquietos, hasta desesperados. Ciertamente él también se sentía de esa manera por el delicioso y dulce aroma que se colaba por el filtro de aire. El dulzor del aroma provocaba que su hambre aumentará a cada segundo, aunque no estaba desesperado como los voraces. Temía que el aroma estuviera cerca de alguna persona, porque en unos minutos las celdas serían abiertas y tendrían cinco minutos para salir al baño o para que los voraces atacarán el lugar de donde prevenía el aroma. La cuenta regresiva comenzó y como cada semana desde que tenía memoria se colocó detrás de esta, listo a salir y correr con todas sus fuerzas si quería ver a donghae al siguiente día.

10, 9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2, 1.

Corrió en cuanto la puerta fue abierta, tomó el camino contrario al de las duchas, pues era seguro que los voraces tomarán ese rumbo en su desesperación por encontrar el lugar de donde previa tan esplendoroso aroma. Mientras se alejaba del lugar oía como los voraces se mataban entre si, en una lucha por ser los primeros en encajar los dientes del dueño del aroma. Por el camino encontró entrañas y viceras regadas en el suelo, y a uno que otro voraz que lo intento atacar, pero que afortunadamente era atacado por otro de ellos.

La máquina que contaba el tiempo antes de cerrar las puertas resonaba con fuerza, al igual que una atroz batalla se desataba en el pasillo, a unos metros de él.

Al estar frente a la puerta de las duchas y cerca del pasillo que lo llevaba al elevador, el aroma se intensificó, y con él supo de que se trataba o más bien de quién se trataba, reconoció ese aroma como el de la persona que alegraba sus días y ahora entendía porque los voraces peleaban por el dueño. Los voraces amaban comer la carne omega, está era más suave y con un sabor dulce. Lo sabía por una experiencia de años atrás donde vio como siete de ellos devoraban aún criminal que había sido castigado de la peor manera, siendo sacrificado a los voraces. Rememorar aquello le causó terror.

—Donghae, debo proteger a donghae.—gruño al mirar como voraces llegaban por el mismo pasillo que el.—Mío.

Aquella bestia se lanzó a morderlo. Hyukjae por mucho tiempo le tuvo miedo a los voraces, pero en ese momento lo único que pasaba por su cabeza era Debo de proteger a donghae. Donghae es omega y omega es pareja. La razón de hyukjae estaba bloqueada, librando una batalla contra tres voraces que mordían a profundidad sus brazos y rasgaban la piel de su pecho.

RED | EunhaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora