-RED.
El término RED, tenía demasiados significados, y hyukjae lo sabía. Por ejemplo, Red, era el color de ojos que el portaba, pero también era el nombre de una droga Alucinógena, que provocaba que el portador se volviera violento y desarrollará in...
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El doctor heechul últimamente se había estado comportando de una manera extraña, incluso desde días anteriores. La última cita médica que habíamos tenido el se había comportado demasiado nervioso y asustado, mirando a cada mínima oportunidad a la puerta y la cámara del consultorio. Cada vez sonreía poco y con cada mínima señal de que algo estaba mal conmigo se ponía histérico, no entendía que sucedía o que estaba pasando, pero era algo que me preocupaba, el doctor heechul era muy sonriente. En estas semanas que me a estado atendiendo y e estado conviviendo con él, me e dado cuenta que tiene una risa muy escándalosa pero bonita.
El doctor heechul era un beta, olía a beta. No me explicaba la razón del como sabía aquello, pero lo sabía. Algo que no entendía también, era que sentía que era un recuerdo, aunque el doctor heechul me repetía una y otra vez que eran cosas mías, pero tenía un vago recuerdo de unas personas diciéndome que betas no podían trabajar en aquel lugar. Y mucho menos los omegas, aún no sabía que era un Omega o si un Omega se podía comer, por más que le preguntará a heechul el siempre terminaba cambiándome de tema o simplemente ignoraba mis preguntas sobre ello.
—Buenos días Spencer, ¿Que tal dormiste?.—me pregunto mientras se ponía su bata blanca.
Cómo ya era costumbre caminé hasta la camilla donde me senté y retire la prenda que cubría mi torso. Con jeringa en mano, se acercó hasta mí.
—E tenido de nuevo ese sueño, doctor heechul.
Tomó mi brazo, buscando la vena en este para poder inyectarme la droga Candy Red, que diario se me inyectaba, además de otro líquido que iba en mi cuello y me dejaba inconciente unas horas hasta que volviera a recobrar el conocimiento. El último líquido no sabía que era, pero heechul insistía que era algo muy necesario sino quería ser lanzado a los voraces, por ello no podía la mínima resistencia a esta última.
—¿El sueño del chico de excelente aroma?.—fruncio el ceño, como lo venía haciendo cada vez que me oía hablar de ello.
—Si, ese mismo.
Siseé al sentir la jeringa atravesar la piel de mi brazo, apreté los labios cuando sentí el espeso líquido darse pasó dentro de mi cuerpo.
—Esta vez, ¿Que hacía aquel chico?.
—En mi sueño, me encontraba desesperado gritando el nombre de una tal Sora. La llamaba con desesperación en mi voz, mientras veía como se la llevaban.—recordaba con claridad mi sueño. Como si lo hubiera vivido de verdad, es como si fuera un recuerdo más que sueño creado por mi mente.—De un momento a otro el escenario cambio, y una pareja de esposos se encontraba en suelo muertos, en un río de sangre. La expresión de la mujer era de tristeza y arrepentimiento, pero la del hombre era odio y despreció, nunca había sentido tanto miedo y dolor, doctor heechul. Sentí la tristeza de la mujer, pero sentí demasiado miedo por la mirada del hombre.
Me daba tanto miedo.
Recordaba con claridad las expresiones de aquellos sujetos, aún estaban frescos y presentes cada una de sus caras. No podía sacarlos de mi cabeza por más que lo intentará, cada que cerraba los ojos sus rostros venían a mi y me atormentaban. Tenía miedo, porque sus expresiones eran dirigidas a mi, yo era el dueño de cada uno de sus gestos. Y no entendía porque, ¿Había hecho algo malo?.