-RED.
El término RED, tenía demasiados significados, y hyukjae lo sabía. Por ejemplo, Red, era el color de ojos que el portaba, pero también era el nombre de una droga Alucinógena, que provocaba que el portador se volviera violento y desarrollará in...
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Decir que a sido fácil para hyukjae es mentirse asi mismo. Toda esa situación a sido toda una mierda, desde el momento que comenzaron a experimentar hasta el momento que lo aislaron por completo de la vida humana. Ya ni siquiera estaban los guardias que solían vigilarlo día y noche, ahora en su lugar había voraces por todos lados. Luchando día y noche por derrumbar la puerta de metal de su habitación y poder entrar a devorar su carne.
Sabía que no estaba solo en aquel lugar, había más como él. Más que cada día disminuían más.
Había coloridos y desarrollados dentro de esas inhumanas celdas.
El hedor de la sangre y otros fluidos que prefería ignorar, golpearon con fuerza su nariz. Los voraces estaban cerca de su celda, nuevamente intentarían derrumbarla y poder entrar, lo sabía porque desde que lo habían confinado ahí cada día los desarrollados junto a coloridos luchaban por mantener su puerta a pie. Algunos no habían tenido suerte y con una sola patada había sido tirada. Era algo ya de todos los días oír a algún sujeto gritar mientras es devorado por los voraces, quienes no dejan ni un solo trozo de lo que ese sujeto fue alguna vez.
Su puerta siendo golpeada salvajemente le indicó que los voraces habían llegado hasta él. Con velocidad se colocó sobre la puerta para evitar que está fuera derrumbada. La piel de su nuca estaba siendo destrozada por las filosas uñas de éstos intentando hacerlo ceder
—Ni siquiera piensen que tendrán oportunidad para siquiera olerme.
El gruñido del voraz que lo intentaba hacer ceder, fue violento.
—No será hoy tampoco.
Siempre que utilizaba sus habilidades contra los voraces estos retrocedían asustados. Su valentía era reemplazada por cobardía cuando un desarrollado, colorido, defectuoso o como él, demonio rojo los enfrentaban. Solo eran perros que ladraban.
—Jodanse.
Dejaron de intentar derrumbar la puerta.
Tenía que tener cuidado con ellos, en unos minutos las celdas serían abiertas. Debía de correr con todas sus fuerzas hasta el único lugar donde sabía que estaba seguro, las duchas o al menos un intento fallido de ellas. En esos momentos es que valoraba lo que tuvo alguna vez, en su anterior celda al menos tenía una comida al día y una cobija vieja, además de que el agua de las duchas no era tan fría como las de las duchas de ese lugar.
La cuenta regresiva comenzó.
Sino perdía la cordura para el final del mes, sería un milagro. Ese lugar era el verdadero infierno, comparado a su anterior celda.
Tres, dos, uno.
Los gritos de cada sujeto torturaron a hyukjae. Al igual que él, otros desarrollados corrían a las duchas, en busca de resguardo.
Los defectuosos eran los primeros en morir, por ello cada que abrían las celdas, la mitad de ellos disminuía en un abrir y cerrar de ojos. Podía oír la carne siendo destrozada, siendo separada del cuerpo del sujeto, los huesos ser rotos y mirar regadas en el pasillo entrañas humanas. Ese lugar era un matadero, una carnicería más que una maldita zona de aisló preventivo.