Sinopsis

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—Sé que no es el fin del mundo, Gracie, pero en verdad me gustaba.

—Lo sé, pero tampoco es para tanto. De todas formas era un idiota.

Se detuvo a hacerme una mueca indignada —Eso lo dices porque no te acostaste con él. De verdad, Gracie, es un Dios en la cama.

La verdad es que poco me importaba si Nathan era, o no, un Dios en la cama. Él sujeto era tan desagradable que ni siquiera podía fingir que no estaba en la misma universidad que yo, de verdad, era un asco. No porque siempre comía con las manos, ni porque se reía de esa forma tan grotesca y grosera, si no porque no podía alejar su mirada de un culo femenino. En serio, no se podía estar tranquilo ni dos segundos.

—Tampoco me quedan ganas —admití.

—Claro, tu prefieres a..Harry.

La observé un momento antes de levantar las cejas —Ni siquiera me gusta Harry, mujer.

—No, tonta, que es Harry — señaló con su dedo detrás de mí.

Gire la cabeza con lentitud, como si la cosa no me importara, y la verdad es que no lo hacía. Vivir junto a un famoso ya se me había vuelto costumbre, lo raro era que Jackie todavía no lo hiciera cuando prácticamente vivía en mi casa. Harry Styles era el dueño de la casa vecina a la mía. Un sujeto atractivo, amable, divertido y callado —cuando se lo proponía—. La verdad es que no había hablado demasiado con él en toda nuestra estadía como vecinos, solía saludarme y yo a él de vez en cuando, y para mí desgracia su madre y la mía ya se habían hecho amigas.

No es que me cayera mal, tenía que admitir que Harry era una persona agradable, pero tampoco me gustaba precisamente que mi madre estuviera mostrandole fotos y videos míos mientras me bañada de niña, a Anne.

Que vergüenza.

—Hola, Grace.

Pude escuchar el grito ahogado de Jackie hasta donde estaba, y muy seguramente Harry también se dio cuenta porque apretó los labios para no reírse.

—Hola, Harry — contesté  — ¿qué tal la caminata?

—Interesante — se encogió de hombros — me topé con el perro de la señora Sheppard, casi me quedo sin pierna. Si me permites darte un consejo, huye en cuanto lo veas por aquí.

Me reí —Lo tendré en cuenta.

Asintió sin dejar su sonrisa, por ende, pude ver los hoyuelos que se marcaron en sus mejillas. No me gustaba Harry, pero tenía ojos y podía ver lo atractivo que era. No podía negarlo. Le hizo una mueca amable a Jackie cuando puso los ojos sobre ella, y fue imposible no reirme por su expresión atontada.

—¿Como estás, Jackeline?

—Si, Jackeline, ¿cómo estás?

Jackie odiaba su nombre. De hecho, sabía que de ser posible ella se lo cambiaría. Eso si su madre no la asesinaba antes. La señora Morrison me contó que había pasado gran parte de su embarazo pensando en el nombre perfecto, y después de tanto buscar consiguió el que ahora llevaba mi mejor amiga. Uno bastante normal, a mi parecer, pero que ella detestaba. Sin embargo, no puso problema cuando Harry lo mencionó.

—Estoy bien, para tu información —logró decirme después de carraspear. Escuche la risa ronca de Harry a mí lado —¿y tu, Harry?

—Podría estar mejor si ese perro no hubiera aparecido en mi camino.

Le sonreí divertida —Siempre puedes reclamarle a la señora Sheppard.

Rodó los ojos, exagerando la situación. Ambos sabíamos que era imposible tener una conversación civilizada con esa señora. Siempre terminaba gritándole a todos y casi no entendia la mitad de lo que le decías. Entendia que su perro fuera igual de agresivo que ella.

—Prefiero pasarme el día en un hospital, la verdad.

—Vale, es tu decisión.

Comenzó a rebuscar en sus bolsillos lo que imaginé eran las llaves de casa, así que me permití darle una pasada rápida a su atuendo. Harry Styles era un icono de la moda cuando quería, pero ahora mismo vestía igual que cualquier sujeto que salía a correr. Llevaba unos shorts adidas que le llegaba poco más arriba de las rodillas, y un suéter con capucha de color negro. Además, unos tenis del mismo color. Harry era muy sencillo la mayor parte del tiempo, pero también debía admitir que su extraño y peculiar sentido de la moda me sorprendía bastante.

—Bueno, señoritas, fue un placer saludarlas.

Y también era un caballero.

—Nos vemos.

El comenzó a marcharse hasta la puerta de su casa, pero se detuvo abruptamente y volvió a girarse hacia nuestra direccion.

—¡Ah, por cierto, mamá me dijo que les avisara a ti y a tus padres que están invitados a la piscina de esta noche!

Asentí, mostrándole una sonrisa ladeada —¡Les avisaré, dile a Anne que gracias!

Cuando él estuvo dentro de su casa conté hasta tres justo antes de que Jackie comenzara a zarandearme el brazo derecho. Conocía esto, era la misma rutina de siempre. Ya había pasado exactamente lo mismo cientos de veces, y no podía creer que Jackie todavía no se acostumbrará a ver a Harry por los alrededores.

—En verdad no se como es que todavía no has intentado nada con él.

Levante los hombros, desinteresada. La verdad es que no me había planteado tal cosa, principalmente porque ya estaba saliendo con alguien, pero tambien era que nunca había pensado en Harry de esa manera porque estaba muy ocupada obligándome a tomar como algo normal tenerlo de vecino. No podía mentir y decir que jamás había escuchado sus canciones, porque lo hacía. De hecho, mi playlist seguramente tenía más de la mitad de sus canciones y las de la banda, pero tampoco podía hacer un drama cada vez que le veía porque eso obligaría a mis padres a llevarme a un psiquiatra.

—¿Vienes a la piscina?

Hizo una mueca —Me gustaría, pero mamá quiere preparar toda la comida que vamos a llevar dónde la abuela esta noche. Ya sabes, odia levantarse temprano para cocinar.

—Genial, voy a tener que aguantar yo sola a mi madre contándole a todos como me caí en la bañera cuando tenía once.

Se río —No es tan malo. Te juro que eres la única extraña que se aburre en la casa de un famoso.

Si, era medio rarita.

—Lo que sea, me debes una grande.

—No seas tan amargada y ponle el ojo encima a Harry, estoy segura de que te haría caso.

Uni las cejas, algo —bastante— intrigada —¿Por que piensas que lo haría?

—Intuición — se encogió de hombros —además, cada vez que nos ve solo te habla a ti.

—Eso no es verdad, siempre te saluda a ti también.

—Si, porque es Harry Styles, ser descortés no es algo que sepa — en eso tenía que admitir que estaba de acuerdo con ella —solo digo que tú vecino es un Adonis, Gracie. Es amable, guapo, sexy, y además..¡famoso!

—Tu sabes que lo que menos me importa es que sea famoso — me tomé un segundo para analizar lo que había dicho. Que tonta.

—¡Aja, acabas de admitir que te importa! —me gritó con expresión divertida.

—Fue un decir.

—Si, ajá. Voy a hacer como que no te mueres por tocar ese cuerpo, Grace Taylor.

—De todas formas, sabes que estoy saliendo con Aiden.

—Bueno, sí —levanto los hombros desinteresada— Aiden me cae bien, pero sigo pensando que es demasiado aburrido para ti, Gracie.

—¿Aburrido?

—Exactamente. Tu eres demasiado abierta, linda, y Aiden parece de ese tipo de hijo ejemplar y bueno. Ni siquiera creo que haya ido mas de tres veces a una discoteca.


Inefable | h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora