capítulo 16

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Luis

-¡ya casi!- dije en voz alta mientras evitaba a la gente que estaba frente a mí

-¡Ve más lento!- gritó Nephy que estaba detras de mi

Bueno, sin duda es una manera agitada de comenzar el día.

...

Se supone que el tren que usaríamos saldría un poco después de las diez de la mañana.

Por desgracia esa fue la hora en la que me desperté.

Supongo que mi sexto sentido que siempre me levantaba temprano falló, así que salí de la cama y me cambié de ropa a algo más acordé al lugar donde iríamos.

Salí de mi habitación con la mochila que había preparado y corrí hacia la sala esperando un regaño por parte de Nephy que ya debería haber llegado.

Aunque cuándo bajé no escuché nada más que una respiración tranquila que provenía de una muy dormida Nephy en uno de los sofás.

Ella se fue a su casa anoche así que de seguro había llegado hace poco y aún así se durmió.

Me acerqué a ella despacio y traté de despertarla moviendo su hombro con cuidado, aunque eso no funcionó para nada así que con mis dedos apreté su nariz de forma que no pudiera respirar lo cuál funcionó mejor ya que ella despertó rápidamente aunque algo agitada.

Después de que se tranquilizara me explicó que no pudo dormir bien debido a la emoción y se desveló, así que cuándo llegó a la casa tomó un descanso.

Miré el reloj de pared y ya eran las diez con quince minutos así que nuestro tren de seguro ya se había ido, pero aún podíamos tomar el de las once así que Nephy fue al cuarto de las niñas y yo fui al de Sylvie.

Y como lo sospechaba ella aún seguía dormida.

Es curioso cómo este tipo de imprevistos ocurren cuándo esperamos un día importante.

La verdad hubiera preferido no despertarla, se veía tan tranquila durmiendo pero sabía que no le gustaría quedarse más tiempo dormida así qué me acerqué a ella y me arrodillé al lado de su cama.

-Sylvie- dije en voz baja mientras pasaba una mano por su cabeza

Ella hizo un ruido indicando que no quería ser despertada

-hey Sylvie- dije en voz baja

Ella abrió un poco los ojos.

-¿amo?-

Yo sonreí.

-buenos días Sylvie-

-buenos días amo, ¿qué hace aquí?-

-bueno, todos nos quedamos dormidos así que se nos hizo algo tarde, pero tranquila, aún podemos llegar al tren de las once-

En cuánto dije eso los ojos de Sylvie se abrieron del todo y se sentó rápidamente, parecía como si le fuera a dar un ataque de nervios.

Ella comenzó a decir algunas cosas que no logré entender por lo rápido que hablaba, traté de tranquilizarla pero parecía que no me escuchaba.

Hasta que ella sacó uno de sus vestidos de su armario y se acercó a mí.

-a-amo p-por favor espere afuera- dijo algo avergonzada

Me apena un poco decir que no entendí la razón por la cual me lo pedía, hasta que reaccione y algo avergonzado asentí para luego salir de su cuarto.

Enseñando A Sentir (Segunda Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora