Luis
-hola doctor, espero que pueda recibir a un par de pacientes- dijo la chica de aspecto más raro, su voz parecía ser falsa como si un animal tratara de imitar a un humano, la última vez que vino no era tan evidente.
Entró tranquilamente y cerró la puerta con fuerza, detrás de ella estaba la chica a la que le faltaba un ojo, aunque las dos usaban parches fue la única a la que revisé. En sus manos pude ver el destello de un gran cuchillo.
Aunque estaban a contraluz y la iluminación de la tarde nublada no era la mejor, pude ver muy bien su ojo, parecía que estaba emocionada.
-lamento el piquete, pero no la matará, me aseguré de inyectorle lo suficiente cómo para que no intente suicidarse-
Nephy no se había movido de su lugar y podía senti cómo ahora presionaba fuertemente su cabeza contra mi espalda mientras respiraba rápidamente.
-hola doctor- dijo la del cuchillo
-¿Qué quieren?- pregunté mientras colocaba mi mano en el hombro de Zen para hacerla hacía atrás, aunque ella movió su hombro y quitó mi mano sin moverse
-vamos, no me diga que no se acuerda de nosotras- preguntó ella
-no recuerdo a todos mis pacientes-
Colocó una expresión de tristeza en su rostro, aunque cambió rápidamente a una de felicidad.
-no pasa nada, no estuvimos el suficiente tiempo juntos, yo soy Aiko y ella es Ageha- dijo señalando a su amiga
-¿Qué es lo que quieren?-
Ella soltó una pequeña risita.
-doctor, lo queremos a usted-
-a usted y a esa zorra que me abofeteo- respondió Ageha con notable molestia
Al escuchar esas palabras sentí cómo el miedo se fue un poco y la ira llegó, apreté mis puños al escucharlo.
-sabe doctor cuándo lo conocí estábamos por matarlo, una pequeña afición que ambas tenemos pero yo tengo mis reglas, nada de personas con familia, aunque después de verlo no he podido dejar de pensar en usted, estoy segura que puedo hacer una excepción- dijo Aiko con una gran sonrisa
-le seré sincera, no pensamos que nadie salga vivo de aquí, solamente usted si es que colabora con nosotras- dijo Ageha
Una serie de nuevos sentimientos me invadieron: terror, ansiedad, enojo y la inconfundible sensación de que esta situación era de vida o muerte.
-lo siento, pero no lo haré- dije con enojo -una vez perdí todo lo que tenía, no volveré a pasar por eso... No dejaré que toques a nadie-
Aiko miró al suelo y sujetó con ambas manos el cuchillo, mientras que el ruido de un trueno a la lejanía sonaba por toda la casa.
-cuando le dí mi ojo a mi primer novio pensé que lo amaría y entendería el nivel de cariño que tengo por el, pero no lo hizo, en lugar de eso se asustó y aunque intentó disimularlo por algunos días al final me terminó y se alejó de mí, entonces lo supe, cuándo lo ví hablar con otra chica todo se aclaró en mi mente, si el no era para mí no debería ser para nadie así fue la primera vez que decidí acabar con la vida de alguien, se sintió tan bien pero a la vez tan mal, aunque con el paso del tiempo deje de sentirme mal al matar, me hace sentir viva ver cómo la vida de las personas se iba por mí culpa pero usted me hizo sentir ese amor que no sentía desde que perdí mi ojo, por favor, espero que no me haga sentir de nuevo el dolor de matar a quien amo- dijo ella antes de comenzar a correr hacia mí
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Enseñando A Sentir (Segunda Edición)
RomansaUna historia basada en el eroge de Ray-K, en la cuál se contará la vida de Sylvie y las personas que la rodean en su vida después de llegar con el doctor.