Capítulo IX: El Momento Exacto en el que Ocurrió.

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Me desperté cuando ya estaban dando las 4 de la tarde, nunca había disfrutado tanto dormir, me quede un momento holgazaneando en la cama, me estire y me levante, Adelina no estaba en la cama y lo más probable es que ella se hubiese levantado hace al menos 10 horas atrás, camine por la casa que se encontraba en completo silencio y baje a la cocina, en la mesa de la cocina estaba sentada Adelina mientras comía sus cereales y escribía algo con rapidez en su portátil, me miro por sobre la pantalla y me sonrió.

- Ya creía yo que dormirás hasta mañana - Me dijo mientras miraba su portátil- ¿Cómo dormiste? - Me preguntó mirándome un momento.

- Hubiese sido mejor si me hubiese despertado contigo al lado - le dije sin siquiera pensarlo, noté como se le tensaba la mandíbula y comenzaba a negar con la cabeza, yo me quede mirándola sin entender que es lo que pasaba.

- No, otro día tal vez - dijo ella y cerró su portátil para levantarse, intente caminar hacia ella pero ella se detuvo en seco - Que no se te ocurra acercarte - Me dijo en un tono serio e intimidante que me hizo paralízame, yo me quede quieta en donde estaba y abrí la boca para decir algo - Ni lo pienses - dijo ella en el mismo tono para tomar su portátil y la caja de cereales y subir las escaleras.

Me quede un momento en la cocina hasta que escuché un portazo en el segundo piso, Nota mental: 'Nunca decirle a Adelina que debería estar conmigo cuando despierto', me quede un rato en la cocina haciendo literalmente nada y después de media hora subí al segundo piso, revisé que Adelina no estuviera en el baño, en ninguna de las dos habitaciones así que la única posibilidad que me quedaba era el estudio, con miedo me acerqué a la puerta y la toqué con delicadeza, al no obtener respuestas intente abrir la puerta pero estaba con llave.

- Ad - dije de forma delicada, pero la única respuesta que obtuve fue un silencio sepulcral, tan así que me llevaría a pensar que no había nadie dentro del estudio - Ad soy yo ¿Podemos hablar? - le pregunte sin obtener respuesta alguna - Oye perdón ¿sí? No sabía que te ibas a poner así - le dije a la puerta y me quede en silencio un momento, un silencio ensordecedor - Ad estoy aquí, no me dejes hablando sola por favor, yo no soy el, no te voy a hacer daño - pero seguía sin obtener respuestas de ningún tipo - Bien, te daré tu espacio, voy a estar en la habitación si necesitas algo - le dije y camine a la habitación.

Me metí a la ducha, me quede un momento sintiendo como las gotas de agua recorrían mi espalda. Los siguientes tres días Adelina no se molestó en salir del estudio a menos que fuera en la noche, se movía por la casa en completo silencio como si no quisiera molestar a los fantasmas del pasado, lo único que me hacía despertarme cuando ella salía por las noches era el sonido de la puerta del estudio abriéndose, pero tampoco me molestaba en levantarme a ver si todo está bien, sabía que intentar hablar con ella en la noche podía ser igual de catastrófico que ir a meterse a su oficina luego de un mal negocio, así que me quedaba despierta, la escucha ir al baño y luego bajar al primer piso para volver a encerrarse en el estudio, durante el día la iba a molestar con la única intención de hacer que comiera algo, pero se me hacía imposible que hacer que simplemente abriera la puerta, así que luego del segundo día simplemente dejé de intentarlo, cedí ante la situación y dejé todo en manos de Adelina, si ella quería salir o hablar lo haría cuando se sintiera lista para hacerlo y así pasamos otra semana, yo iba a Izaro a las reuniones pero en su mayoría la pasaba trabajando en la mesa de la cocina, hasta que un día pase gran parte de la noche haciendo cosas del trabajo en la cocina y Adelina apareció, se petrificó al verme.

- Tranquila, ya estaba por irme a la cama - le dije cerrando el portátil y levantándome de la silla, me vi obligada a pasar considerablemente cerca de ella para salir de la cocina y ella me tomó por el brazo.

- Lara ¿puedo dormir contigo? - Me preguntó con miedo y yo la miré, sus ojos trasmitían un cansancio extremo y aparentemente había estado llorando.

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