Capítulo IV: Cosas de Familia.

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Adelina me despertó y aún era de día, la verdad es que no sabía si es que había dormido toda lo noche o era el mismo día y no había dormido más que un par de horas, me tomo un momento procesar que estaba en la casa de los padre de Adelina, pero finalmente termine de orientarme.

— Oye, aún es temprano, voy a ir a cementerio — dijo Adelina mientras se ponía ropa y llevaba un toalla en la cabeza — Dormiste toda la noche, seria fantástico que te levantarás antes del almuerzo — yo la miraba desde la cama.

— ¿Te puedo acompañar? si no te molesta claramente — le dije y ella me miró, me dio una sonrisa triste y asintió con la cabeza.

— Yo ya iba saliendo si, intenta no demorarte mucho — me dijo y yo me levanté de la cama para meterme al baño — Mi familia nos va a alcanzar en el cementerio y mi madre nos prestó el auto para ir — me informó y yo solo hice un sonido de afirmación.

No me metí a la ducha para no demorarme mucho, me lave la cara, los dientes, me peine un poco y me eche perfume y con eso consideraba que estaba lista, salimos de la casa cuando aún era temprano pero no crean que era tan temprano porque ya había gente despierta a esa hora, Adelina fue a buscar las llaves del auto y nos fuimos al cementerio, me pareció correcto dejar que Adelina manejara después de todo era el auto de su madre y solo eso sino que yo tampoco sabía en dónde quedaba el cementerio en esa ciudad, se formó un ambiente un poco triste en el auto, lúgubre en todos sentidos, Adelina paso a comprar flores, era un ramo de rosas amarillas, si eran rosas amarillas y veían preciosas, créanme que si yo estuviera muerta y me llevaran un ramo como ese reviviría solo para apreciar bien las flores, no nos demoramos mucho en llegar al cementerio, en donde en un momento nos vimos obligadas a bajarnos del auto porque simplemente no había más camino, porque no íbamos a pasar por sobre las lápidas para llegar al sepulcro del padre de Adelina, teníamos modales así que nos bajamos del auto y un viento helado me tomó por sorpresa, no entendía porque hacía frío si estábamos en pleno verano, seguí a Adelina por el cementerio, ella caminaba por el lugar como si fuera todos los días, llego el momento en el que Adelina se detuvo y se quedó mirando una lápida, para luego acuclillarse y dejar las rosas en el suelo, yo la miraba desde unos pasos más lejos, sentía que debía darle espacio, pero me parecía una falta de respeto decirle que la esperaría en el auto ya que me había ofrecido para ir.

— Hola, perdón por no venir antes, la empresa me estaba volviendo loca — hablo Adelina con calma y de forma lenta y se terminó por sentar directamente en el suelo — Yo... Solo me gustaría que estuvieses aquí, para que me ayudaras en todo lo que está pasando, a veces siento que me haces tanta falta y no sé qué hacer — dijo con la voz quebradiza y yo solo la miraba desde lejos, me daba miedo acercarme y tampoco quería interrumpir — todo hubiese sido distinto si ese día no hubiese ido a ese viaje contigo y lo siento tanto — ella soltó un suspiro como intentando controlarse — ¿Te acuerdas que te hable de Lara el año pasado cuando vine? Bueno ella es Lara — dijo mirándome y yo le dedique una leve sonrisa, tan leve que quizá ni la notó — me ha estado acompañando desde el accidente, me ha estado cuidando y ayudándome en todo esto, me hubiese encantado que la conocieras, es una nerd por naturaleza y sé que hubiesen tenido mucho de qué hablar — volvió a suspirar de forma pesada — como sea, madre está bien, Alejandra parece estar feliz con su compromiso, Vanessa parece estar feliz haciendo su especialización, Laura está aparentemente cansada de la universidad pero está bien en términos de calificaciones y Lara está ayudando a Jamal con las cosas de la escuela, creo que en ámbito familiar está todo en orden — se quedó en silencio y yo me acerque con cuidado para sentarme al lado de ella, ella me abrazo y lloro en mi hombro — Fue mi culpa Lara, si no lo hubiese acompañado a ese viaje de negocios lo más probable es que estaría aquí conmigo y lo más probable es que no sería la basura de persona que soy ahora — yo la abrace y me aferre a ella.

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