Encanto

Capítulo XVI: Conversaciones de Baño y Bodas.

Me levante al día siguiente porque Adelina había abierto las cortinas, la mire un momento mientras llevaba esta acción a cabo y luego me escondí entre las almohadas.

- ¿Siempre me harás esto? - le pregunte sin sacar mi cabeza de entre las almohadas, espere respuesta de ella pero no dijo nada - Ad - le dije sacando la cabeza de entre las almohadas y ella se giró a mirarme - Perdón por lo de anoche - No sabía por qué me estaba disculpando solo sabía que debía hacerlo, ella soltó un suspiro y camino por el lugar.

- Hoy es la despedida de soltera de mi hermana, intenta no emborracharte - me dijo y camino a la puerta de la habitación.

- Ad - le dije antes de que saliera y ella me miro - ven aquí - le dije palpando el lugar al lado mío en la cama y ella no hizo el ademan de moverse - Vamos, no pongas así, ven - le dije en un tono delicado y frente a la insistencia ella accedió.

La vi caminar con lentitud a la cama y cuando llego a mi lado yo la abrace, al principio se tensó pero luego ya cedió ante este y me devolvió el abrazo para luego acomodarse sobre mí, nos quedamos en silencio mientras yo jugaba con su cabello.

- Necesito que me expliques las cosas Ad, que me hables - le dije casi en un susurro - si no lo haces las cosas no van a funcionar nunca y no quiero que luego de la boda de tu hermana me deba ir para volver a lo mismo de antes - le dije con sinceridad.

- Tengo miedo, miedo de que no sepa reaccionar y termine mandando todo al garete - me dijo y yo la quede mirando - necesito aprender a estar con una persona fuera del ámbito laboral o familiar, siento que hablando de eso mi vida es un desastre tiendo a poner el trabajo por sobre mi vida personal y eso debería cambiarlo - me dijo y se movió para mirarme.

- Para solucionar el problema es importante reconocerlo - le dije con simpleza.

- ¿Cómo estas de la resaca? - me pregunto y se movió de donde estaba.

- No estaba tan ebria anoche - le dije levantándome de la cama y notando que me urgía una ducha.

- Hable con Kyle - me dijo cruzándose de brazos, recién entendí por qué era que se había enojado.

- ¿Por qué pones esa cara? - le pregunte y ella me mantuvo la mirada.

- Nada es solo que no me agrada Kyle, es muy desagradable - me comento y yo asentí con la cabeza.

- Me urge una ducha - le dije caminando al baño - si quieres hablamos luego bien de eso ¿Si? - le pregunte dándome media vuelta y ella asintió con la cabeza.

Me tome una ducha más o menos larga, cuando salí del baño, ya con ropa, Adelina no estaba en la habitación así que me digne a bajar, decidí sacar a Dante a pasear, hace tiempo ya que no hacia una actividad tan mundana como esa, caminamos un buen rato, debían ser pasadas las 12 del medio día pues el sol estaba considerablemente fuerte así que cuando me estaba muriendo de calor volvimos a la casa, Adelina estaba en la entrada de la casa esperándonos con su mejor cara de "De esta no te salvas", me acerque a ella y me quede parada a unos pasos de ella, me inspecciono un momento y me abrió la boca como queriendo decir algo pero las palabras simplemente no le salieron.

- Tenemos que hablar - le dije por ella y cerro la boca - Apenas termine la boda de tu hermana lo más probable es que me vaya a Londres por el fin de semana, luego de eso el Lunes, tu tomaras el mando de Izaro así como yo tomare el de Gregsons Corp. - le dije y entre a la casa - sé que respecto a nuestra relación no estamos en los mejores términos, así que te escucho ¿Qué sugieres? - Le dije y la mire - Cierra la boca Zibá babeas - le dije y ella se puso roja.

- Marcha blanca, ve a Londres tranquila - me dijo e hizo un gesto con el rostro que no termine de entender pero algo me decía que la idea no le agradaba del todo - La semana de la apuesta has lo que quieras y luego ya hablamos del supuesto futuro de nuestra relación - dijo ella y yo la mire un segundo, fruncí el ceño y me acerque a ella quedando a centímetros buscando alguna clase de broma o duda en su rostro.