Capítulo X: El Trato I.

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Apenas era capaz de mantenerme sobria cuando llego enero, me había tocado ir a pasar las fiestas de fin de año a la casa de mis padres (No es que me hubiese tocado ir por obligación, es que no las quería pasar sola) con mis tíos y realmente fue una experiencia que no quería volver a repetir, finalmente me había comprado un apartamento un poco amplio y lujoso, mis genes Arias se estaban haciendo presentes en esos momentos y a genes Arias me refería a vivir sin modestia, tenía dinero y si no me lo gastaba en alcohol me lo gastaba en comprarme un lujoso y amplio apartamento para mí y para Dante, Adelina no se había pasado por la oficina a menos que fuera por algo realmente importante, termine por comprarme una moto, una Yamaha R15 negra, porque no les voy a mentir no me agradaba la idea de ir en una casa rodante a la oficina y me encantaba esa moto, lo único que me saco de la empresa o de mi apartamento fue la invitación a la boda de Alejandra que me llego por correo postal a la oficina, tome mis cosas y la invitación y me subí a la moto, cuando estaba en ciudad por lo general no usaba casco pues manejaba con cuidado, llegue a la oficina de Adelina y camine por el lugar como si fuese mío, llegue al último piso y me extraño que nadie me dijera nada, me detuve frente a Samantha como dudando en que decirle y tratando de hacerme un diálogo previo a la conversación que tendría con Adelina a sabiendas de que eso no serviría de nada porque se me olvidaría apenas pusiera un pie en la oficina de la susodicha.

— ¿Cómo esta? — pregunte

— No te lo puedo decir, ya sabes cómo es ella en la oficina— me dijo sin mirarme y yo asentí con la cabeza.

— ¿Puedo pasar? — pregunte y he de admitir que hasta miedo me daba entrar a esa oficina.

— Puede que te mate, pero si, pasa bajo tu propio riesgo — dijo la secretaria y yo asentí con la cabeza

Entre a la oficina y me quede parada en la puerta con la invitación de la boda de Alejandra en la mano, Adelina estaba sentada en su silla con el teléfono fijo en la oreja, con un traje formal y mirándome por sobre sus lentes y me sentí como la primera vez que entre a la oficina de ella para la entrevista: Intimidada, no me deje doblegar y antes de que ella pudiera decir algo camine al escritorio y le tire la invitación de su hermana en el escritorio, apenas ella termino la llamada me miro.

— ¿Qué haces aquí? — me dijo acomodándose en la silla y con su tono de CEO.

— Sabes perfectamente lo que hago aquí Gregson — le dije de la misma manera.

— Llámala — dijo ella mirando la invitación y yo la tome, marque el número de su hermana y lo puse en altavoz.

— Hola Alejandra soy Lara — le dije apenas contesto — Recibí tu invitación a la boda — le dije mirando el celular.

— ¿Si? Adelina me dijo que estabas viviendo en una casa rodante, espero que no te hubiese molestado que te la mandara a tu oficina — dijo la voz del otro lado del teléfono.

— No para nada, estoy viviendo en un apartamento pero no hago dramas por recibir las cosas en la oficina — dije pasándome la mano por el cabello que últimamente me había crecido bastante, parecía un típico espécimen de hombre californiano de cabello rubio y largo hasta el cuello.

— Vas a venir ¿Cierto? Jamal está desesperado por verte y bueno eres la pareja de Adelina — dijo la chica y yo mire a la mencionada recientemente.

— De hecho por eso te llamaba... — Adelina me interrumpió.

— Si vamos a ir — dijo Adelina sin siquiera darme tiempo de pensarlo y eso me enojaba.

— Perfecto, pueden traer a Dante si quieren — dijo la voz del otro lado del teléfono y se formó un silencio incomodo — Bien, tengo cosas que hacer las dejo — dijo la chica y corto sin darnos el tiempo para despedirnos de ella, miraba a Adelina mientras guardaba mi celular en el bolsillo

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