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Abro los ojos un poco irritado por la luz que daba contra mi rostro me sentía un poco aturdido que no tenía muchas fuerzas para levantarme, parpadeo seguido para aclarar mi vista y mirar a mi alrededor. Me encontraba acostado en una cama un tanto vieja en una habitación muy pequeña, parecía una celda o de por si ya lo era.

Me siento en la cama lentamente dándome cuenta que traía otra ropa puesta, una simple bata blanca que parecía un vestido ¿Dónde mierda estaba? ¿Qué clase de broma era está? Tenía que salir de aquí a como dé lugar.

Soltando un suspiro fuerte hago lo posible para ponerme de pie y acercarme a las rejas que efectivamente estaban cerradas con llave ¿Me vieron cara de preso o qué? Trato de ver más allá pero lo único que puedo notar es que habían más celdas como la mía. No estaba seguro si habían personas dentro de cada celda ya que la oscuridad del lugar no me dejaba ver con claridad.

El único lugar por donde entraba luz era por esa pequeña ventana que estaba al lado de mi cama.

— ¡Alguien ayuda! ¡Necesito salir de aquí! —

Grito lo suficientemente alto para que alguien me escuche, el miedo de a poco se estaba apoderando de mí y si en verdad era un tipo de broma, le iba a caer a golpes al responsable ya que no me estaba gustando para nada todo este rollo.

Escucho murmullos y pisadas fuertes acercándose, retrocedo un poco de las rejas hasta divisar a un chico grande con traje y otro a su lado que también traía un traje de color negro.

— Ya se despertó el bello durmiente —dijo uno de ellos sonriendo de una manera que me da asco de inmediato— ¿Durmió bien, su alteza?

— Que te jodan —

Mi actitud en estos momentos no era la adecuada ya que no sabía muy bien que tipos eran ellos o que cosas podrían hacerme. Mi respuesta cabreo a ese sujeto pero el otro le susurró algo que yo no llegué a escuchar pero logró que se calmara un poco y volvió a poner esa asquerosa sonrisa.

— Tu valentía no te durará mucho omega, vas a ver quién está al mando aquí —

De su bolsillo saca un manojo de llaves, busca uno en específico y abre mi celda, me hago para atrás alejándome de lo que ellos podrían hacerme pero fue en vano, el otro sujeto me toma del brazo y me pone un tipo de esposas raras en mis muñecas, forcejeo pero su fuerza es mayor que la mía por lo cual me arrastra fuera de ese cuarto pequeño para ir a quién sabe dónde. En el camino me doy cuenta que efectivamente habían personas en las demás celdas, mujeres y algunos hombres que la mayoría eran omegas, me doy cuenta por su aroma.

Saliendo de ese lugar que parecía un sótano, pasamos por una puerta que estaba muy asegurada con candados. Al otro lado de la puerta, me quedo sorprendido al ver que era un lugar elegante donde las paredes estaban decoradas de cuadros de algunos pintores famosos de seguro, algunas mujeres vestidas de empleadas limpiando y llevando cosas de aquí para allá ¿Qué era todo esto? ¿De quién era está casa?

Subimos por una escalera que estaba decorada con una alfombra de color cenizo, llegando a la segunda planta veo muchas puertas que no tenía ni idea de a dónde llevaban. Nos detenemos en una en específico, quiero preguntar qué era lo que hacía yo aquí pero todo pasa muy rápido, abren la puerta y me empujan dentro haciendo que caiga de rodillas.

— Maldición... —jadeo de dolor por la caída.

— Espera tranquilo y no toques nada, al jefe no le gusta ratas rebuscando entre sus cosas —y sin más se van dejándome en la habitación sólo, a puertas cerradas.

Con un poco de dificultad, ya que tenía las esposas aún puestas, me pongo de pie y veo las cosas que se encontraban en la habitación que era muy grande. Tenía una cama muy elegante en el centro, a sus lados unas ventanas largas con cortinas blancas que en estos momentos se movían por la brisa del viento, en las paredes habían más cuadros y a un lado de la habitación había un sofá rojo, una mesita de noche al lado de la cama y otras cositas más que no les tome mucha importancia.

El Omega ᠉ ᵗᵃᵉᵏᵒᵒᵏ ੭ֶDonde viven las historias. Descúbrelo ahora