III

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Lo llamaban "El Krishnama", era una de las personas más antiguas que se tenía en el capítulo, sus servicios y devociones fueron tales que cuando murió lo hizo con un único pedido para los marines que le habían dado una razón de vivir: que entre todos los humanos auxiliares de los Sagradas hubiera siempre uno al que cualquier astarte de cualquier rango pudiera acudir a contarle sus tribulaciones o temores, así fuera que un humano por siempre seria bendecido. Siempre estaría ahí para ayudar a sus semi dioses.
Era un título muy apreciado dentro de el grupo de auxiliares y todos trataban de hacer su mejor esfuerzo como para ser elegidos como el nuevo consejero de el capítulo. Por eso Bol Verok era una de las personas más reverenciadas entre todos.
Sus ojos ya se habían oscurecido y lo único que podía ver era sombras alrededor suyo, su voz ya era esquelética requiriendo muchas veces un traductor o alguna maquinaria que leyera sus pensamientos y los transcribiera, aunque él prefería hablar con su voz normal.

Fue el día más profético de toda su vida cuando el Señor en persona se puso de rodillas en frente suyo y empezó a contarle sus penurias

"Sciam omnia sacramenta, et non abscondam tuam in opprobrium, quia ego veni ad meam carnem socii remaneant viae tuae. Et sanitas tua quies tu silentium mihi curatus" Antes de siquiera pensar en decirle todos sus pesares Dah dijo la oración de perdón que se recitaba antes de comentar todo
"Silentium verba mea, et ecce sanavi te nunc autem dic mihi angelus sanctus" Bol respondió con la segunda parte de la oración, la que autoriza y perdona adelantadamente la confesión
"He venido aquí por una razón en específico, y es una con la que mi mente está atormentada desde hace un tiempo"
"Cuál es la razón" la voz era áspera y antigua
"Nuestro primarca lo ha conseguido señor, ha conseguido el poder necesario como para hablar con nosotros, sospecho que nos quiere hacer caer"
"Esa es una razón preocupante para tener. ¿y cuándo se presenta vuestro primarca?"
"En las meditaciones....por el emperador en las meditaciones, hasta este día me han llegado más de cinco hermanos psíquicos que han escuchado su voz aparte de mí"
"Cuenta todo oh Ángel"
"Esta es mi forma de pensar y lo que mi corazón siente....y pienso que es herético"
"Oigamoslo, déjalo salir"
"Demonios, nuestro primarca habló de ellos....hace mucho cuando yo aún era un astarte más de las filas....vi cuando ellos cruzaron....lo que trató decir es que....no quiero que todos nosotros nos convertiremos en esas bestias infernales que-" Laser empezó a divagar, con sus pensamientos cada vez más desordenados
"Tranquilo señor, tranquilo eso no va....a...pa..." El cuerpo de Verok se tensó y sus músculos se contrajeron en dolor, era poco común que se tuvieran visiones o conexiones con antiguos Krishnama en medio de confesiones, pero cuando habían era que los antepasados trataban de comunicar algo a través de las habilidades psíquicas para con la disformidad de el vidente
"Bol?!?! Se encuentra bien? Estaba tratando de decir algo" un suave viento se manifestó en la habitación repentinamente. Dah quiso creer que era solo por la buena ventilación de la habitación
"¡NO!....¡¡¡¡NO!!!! ¡SERÁ NUESTRO FIN, NUESTRA MALDICIÓN! NOS ALCANZARÁN AL FIN, TODO ES EN VANO....¡MI SEÑOR LO VEO!, ¡VEO NUESTRO FINAL Y ES TAN OSCURO COMO NUESTRO COMIENZO!" Bol Verok cayo al suelo con una muesca inhumana de miedo, sus gritos resonaron por toda la habitación y el eco era fantasmal, demoníaco en toda la potencia de esa palabra. Su viejo cuerpo se levantó por un momento a unos pocos centímetros de el suelo aún con la expresión fantasmal y de terror en su rostro. Incluso por un breve momento se vio como se deformaba a unos límites que el ser humano común no podría alcanzar nunca, sufrió espasmos por medio minuto incontrolables y muy violentos.

Dahlaser se quedó por unos momentos congelado de el súbito miedo que le recorrió todo su cuerpo, cayó de espalda al suelo y levantó una mano tratando de tocar a el viejo, sin éxito. Salio de la habitación y tomó de el brazo al primer apotecario que encontró en el pasillo, el que acudió rápidamente a la escena y con los nervios un poco más fríos que su Señor pudo sacar de ese trance a el pobre anciano que fue llevado al apotecarium con urgencia. Se tardó mas de una semana en volver a siquiera sentarse sin ayuda de alguien. Todos los detalles de que le pasó y como le pasó fueron borrados de los reportes médicos y el personal de la nave fue mentido, diciendo que solo tuvo un ataque por la avanzada edad que tenia el anciano; lo que pudo acallar las preguntas y la vuelta a la normalidad fue más rápida después de el informe.

Acepta tu historia (RLFV Libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora