Parte III: Pecados

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El humo que dejaban atrás las balas al pasar estaba en todas partes, la sangre corría a mares en el valle donde la luz de los dos soles del planeta se reflejaban en ellas. Hoy iba a ser todo diferente para todos los combatientes. Lágrimas y Lobos avanzaban más lentamente por la gruesa línea de defensa en forma de circulo, que por muchos intentos aún no se rompía completamente. Las motos que entraban en el cerco defensivo salían en muy mal estado o directamente no salían. La balanza de la batalla estaba empezando a cambiar.

Dahlaser sonrió aliviado por el resultado de dos días y una noche completa, habían logrado ganar terreno y mantenerlo, que en si ya era un avance gigante considerando las circunstancias en que se encontraban. Se ordenó a las compañías que estaban unidas a los soldados imperiales que dieran caza o persiguieran a los enemigos que se retiraban tácticamente a un terreno más elevado y propenso para reagruparse. El viento se levantó a las espaldas de los perseguidores como si los acompañara e impulsara, el Sol de los Palabras levantó la vista al cielo con el viento revoloteando en su corta cabellera, sus ojos se cerraron en paz y sus manos se levantaron en una forma de infinito agradecimiento al Dios Emperador que le había bendecido y guiado en ese día tan glorioso.

"Yo me complazco también de tu obra, querido hijo. Acepta el premio que les doy a mis leales sirvientes. ¿No creías que tu habilidad no fue vista y perfeccionada por mi, tu padre?" La voz maliciosa se encontraba en el aire, sus susurros venían acompañados con el viento. Los cielos se oscurecen como si la noche cayera sobre el valle y solo sobre éste.

Dah abrió los ojos rápidamente mientras abría el canal de comunicación con las compañías que habían ido en persecución, la quinta y sexta o también llamadas "El tormento de los impíos" y "El azote del Único Dios" respectivamente, no contestaron mientras el cielo sobre sus cabezas se volvía aún más siniestro adquiriendo tonalidades rojizas. Los bibliotecarios repetían oraciones sacadas de los textos sagrados dedicados al Emperador fervozamente mientras sus seguidores (soldados) los escuchaban y renovaba sus fuerzas mientras iban a la carrera. Las escuadras con propulsores de salto copiaban las formas de moverse a las de los cuervos, descendiendo y revanando rápidamente antes de alzarse de nuevo a los cielos para repetir el patrón.
El choque fue brutal, el combate siguió mientras los guerreros corrían y disparaban a sus espaldas a sus perseguidores, muchos cayeron muertos o sin piernas; quedando destrozados por las botas gigantes de los Palabras y siendo destrozados por sus espada sierras. En medio de ese caos un trueno se escuchó en el cielo mientras que luces segadores y rayos caían a la tierra. Unos pocos cayeron en los Lágrimas y Lobos desintegrando a quienes estaban justo debajo de el impacto y dejando ciegos a los que estaban en una distancia corta. Pero los que caían en las filas de los Palabras con los soldados afectaban los cuerpos y mentes de una forma inhumana.

Cascos se volvieron cabezas de demonios con cuernos retorcidamente largos, caras al desnudo mutaron a millares de ojos por el rostro reemplazando narices, bocas, orejas mentones, cejas y demás; otros atestiguaron como de las bocas abiertas salían tentáculos con ojos en la punta o llenos de espinas. Cánticos imperiales se volvieron invocaciones o textos demoníacos que inspiraban terror y locura a quien los escuchara. Brazos se convirtieron en las cosas más diversas, horrorosas y malditas que la mente humana puede imaginarse. Gritos de dolor, locura, placer y de una ira nunca antes alcanzada, nunca antes sentida ni vista se apoderó de cada uno de los atacantes. Los soldados que no se convirtieron en una masa en el suelo por el poder acumulado o muertos por sus propios compañeros vieron sus carnes y mentes transformarse en demonios por completo: diablillas, nurgletes, moscas de plaga o incluso desangradores de Khorne fueron invocados a través de la carne que sirvió para transportarlos de la disformidad a el mundo real. Las bajas de Lágrimas con los refuerzos de la legión amiga no se pueden contar tan fácilmente. Los que sobrevivieron no llegaron enteros a el reencuentro con sus hermanos de batalla, secuelas de por vida en sus psiques o en sus cuerpos les recordarian ese maldito día por siempre

Acepta tu historia (RLFV Libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora