19: Encontrando regalías

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Narrador:

James, el mayordomo de Hassen partió a la residencia Grandchester para notificar el estado en que se encontraba, tomar las cosas de la chica y también investigar un poco más qué es lo que había provocado todo eso. Todos estaban casi seguros que Morwenna estaba detrás de todo eso, pero no se imaginaban la profundidad del problema.

-Joven Bash que bueno que lo encuentro por aquí -saludó James. James era un hombre unos cuantos años mayor que Hassen, pero con cabello negro y estatura muy alta.

-Buena tarde James. Supimos que el señor Edevane se llevó a _________ con él, ¿Cómo está ella? Todos sus compañeros de trabajo estamos muy preocupados.

-No te preocupes, por eso vengo. Ella está bien, aunque para ser sinceros no ha despertado desde que llegó, pero es entendible. Vine por sus pertenencias, Sir Hassen no permitirá que vuelva a poner un pie aquí; al menos no mientras esté sola. ¿Sabe que fue exactamente lo que pasó?

-Yo no, pero Marina es su incondicional. Probablemente ella le sepa explicar lo que pasó. -contestó el moreno después de meditar un corto lapso de tiempo-. Mandaré mientras a que alguien empaque sus cosas.

En una pequeña recepción, James esperaba a Marina para poder hablar con ella, pues eran esas las órdenes de Hassen. Ni 15 minutos transcurrieron cuando apareció Marina. Conocía desde hace algún tiempo al mayordomo de Hassen, así habría más confianza para contarle lo que pasaba.
Tomaron asiento en unos sofás individuales de color salmón mientras la joven doncella le explicaba todo, ya que había sido una mera acción de causa-efecto.

-No se preocupe señorita Marina, le puedo asegurar que estará a salvo en la mansión Edevane. Ahí nadie le hará daño.

Con mirada neutral, apuntó en una agenda todo lo narrado por Marina, cogió las dos pequeñas maletas con las cosas de __________ y se fue de regreso a la mansión donde trabajaba.

Mientras tanto, en Alemania.

-¿Pasa algo, Terius? -preguntaba Richard caminando a un lado de su hijo por las calles de Berlín, terminaban de salir de una reunión importante-. No has comido nada, y estás muy serio. Desde que _________ ha estado contigo nunca te volví a mirar así de serio como antes, hasta hoy.

-No lo sé padre. Tengo una presión aquí, en el pecho, como si algo malo estuviera o fuera a pasar, pero no sé que es. -confesó el castaño. Temía que _________ estuviera sufriendo o anduviera algo mal con ella.

No se atrevió a contarle la relación que mantenía con la joven, pues si bien su relacion de padre e hijo había mejorado, temía cuál fuera la reacción de su padre al saber que, con quién él quería pasar hasta el resto de sus días, era con una mucama aunque para él ella era más que una simple camarera. La extrañaba mucho en esos largos seis días que había pasado. No así más que desear poder volverla a besar. Le consolaba que esa noche partirían de nuevo a Londres y en menos de dos días estaría de nuevo con ella a su lado, demostrándole cuánto la quería.

-¿Por qué no le compras algo? -dijo Richard bajando de la nube en que andaba a Terry, quién lo miró con duda en su rostro.

-A _________. -contestó.

-¿Eh? ¿Por qué a _________? -preguntó Terry nervioso. Temía haber pensado en voz alta y que se hubiera delatado.

-No lo sé, tal vez por qué es muy buena amiga tuya. -las palabras del duque dejaron a Terry pensando. Quería regalarle algo para demostrar que había pensado en ella ¿Pero qué?
Tenía una nueva y muy importante misión por cumplir en menos de doce horas, y era encontrar el regalo perfecto para _________.

Primaveras en Diciembre (INCOMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora