7: La malquerida

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Narrador

Después de una plática profunda, los nuevos amigos contemplaban el cielo, y las estrellas que comenzaban a hacer su aparición. Terry pensaba en cómo ayudar a ________. Ahora era su amiga y no quería arriesgarse a perder a alguien tan valiosa como ella, que estaba convencido sería tan imposible como hallar una aguja en un pajar.

-¿Haz pensado en algo? -preguntó mientras le ayudaba a bajar del árbol, a la vez que ambos sacudían su ropa.
La chica negó con la cabeza-. No te vayas aún. Tengo algo en mente.

-Pero, la hermana Gray fue muy clara, no me quiere aquí, estoy segura que si pudiera me eliminaba de Europa -contestó aflijida.

-Entonces ven conmigo. No vamos a tardar mucho. -________ lo miró dudosa, pero a fin de cuentas sin pensar mucho asintió. Pensaba en las palabras del joven que no tardarían mucho tiempo, así que regresando hablaría con Vanessa.

A escondidas de las superioras salieron por las altas murallas del colegio sin muchas complicaciones.
Una vez se encontraron fuera de este, tomados de la mano corrieron cuán pronto podían; miraban como el imponente edificio de la escuela se hacía cada vez más y más pequeño y ellos se adentraba en la ciudad londinense. ________ pensaba que sería una oscura y silenciosa ciudad; pero se llevó la sorpresa al conocer por primera vez la vida nocturna. Bares y cabaretes repletos de gente, algarabía en las calles y parejas felices. Tomaron un carruaje a las afueras de un portal. ________ no tenía ni idea de a dónde se dirigían, pero la confianza y curiosidad eran más grandes que la necesidad de saber.

Eran aproximadamente las ocho de la noche, no era muy tarde pero la oscuridad reinaba, el alumbrado hacía sus mejores esfuerzos. Después de algunos 15 minutos de camino en silencio, llegaron a una hermosa mansión. Era muy grande con barandales blancos, fachada victoriana de color beige claro con gigantes jardínes. ________ admiraba la hermosa casa, cuando sintió la mano de Terry jalando suavemente de ella para entrar al edificio. Quería preguntar dónde estaban, pero la impresión la había dejado muda. No era la primera vez que veía una mansión, pero sí la primera que estaba tan cerca de una. Entraron por un gran arco que los llevó hasta un gran salón. Caminaron por el medio pasando varios pasillos, que los condujo a una pequeña sala muy bien parada.

-Espérame aquí -dijo Terry entrando a una oficina. ________ ya tenía una idea de a qué iban. Aún no sabía dónde estaban, y caminó por la sala mirando las elegantes decoraciones que la rodeaban. Observó una fotografía de Terry donde lucía muy buen mozo, y una de un señor mayor, de tal modo que comprendió que se encontraban en la mansión Grandchester. Tomó asiento en el sofá gris incluso con temor de arruinar lo reluciente que se veía. Decidió esperar, aunque la paciencia no era una de sus virtudes.

-Padre -saludó el castaño con una pequeña reverencia.

-Terry, me da gusto verte pero deberías estar en el colegio. Hago las donaciones por ti...

-Lo sé, pero no vine a escuchar retos, sino a pedirte... Un favor -decía con la cabeza gacha-. Nunca te he pedido nada, y esta vez necesito de ti.

Para el ego y la soberbia de Terry, era difícil tener que admitir que necesitaba la ayuda de alguien. El duque lo miraba admirado, no creía lo que escuchaba de su hijo. Su actitud le recordaba a la infancia de Terry, cuando era un niño cariñoso que no conocía de odio y rechazos.

-Te escucho, espero no insistas con querer ver a tu madre...

-Para mi ella está muerta desde esa vez que me dejó muy en claro que ella no tenía hijos. Y no, es un favor para una amiga -lo interrumpió.

-¿Una amiga? -sin querer esbozó una sonrisa, al ver qué seguramente esa amiga era la influencia de que su hijo presentara ese cambio de actitud.

Primaveras en Diciembre (INCOMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora