2: Viaje a nueva vida

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Narrador

La mañana había llegado, y la señorita Pony y la hermana María acompañaron a las hermanas al puerto, estaba más que decidido que debían hacer ese viaje a Londres,  el que esperaban no fuera en vano, pues si no encontraban a su padre, el señor Dimitri Clark, se verían forzadas a tener que vivir por un tiempo allá, para poder trabajar y reunir suficiente dinero para un boleto de regreso.

-Niñas tienen que prometerme que se cuidarán mucho, no me perdonaría si les pasa algo -sollozaba la hermana María. Vanessa, ______, Candy y Annie desde pequeñas habían sido amigas, y habían crecido juntas. Ver que ahora todas se iban del pueblo que las vio crecer era algo complejo de asimilar.

-Vamos hermana María, somos chicas pero no se preocupe, sabemos cuidarnos y defendernos -contestó ________ con una sonrisa de oreja a oreja. Quería aventura en su vida, así que tristeza era lo último que sentía en ese momento. Si bien le lastimaba la ausencia de su madre, sabía que ella ahora era feliz y no sufría. No era un adiós definitivo, pues tarde o temprano debía volver a reunirse con ella, era el ciclo de la vida.
Además, tenía a una hermana que le amaba sin límites y era bien correspondida.

Después de un largo abrazo, subieron al barco y comenzaron a descender las escaleras entre los camarotes. Las clases sociales estaban bien marcadas, y la más baja estaba en los últimos pisos, casi en las bodegas, mientras que la gente rica podía gozar del primer piso de la proa, pudiendo mirar sin problemas el ancho mar.
A las mulatas ojos lila poco les importaba que tan arriba o abajo estaban,  por primera vez subían a un barco, y no permitirían que nada les quitara esa emoción tan positiva.

Vanessa, que era más serena y madura que ______, le pidió que evitara subir a la proa para no tener algún problema, que si bien no estaba prohibido hacerlo las personas adineradas veían con desprecio a los que carecían de tanto dinero como ellos y sus círculos sociales. ________ asintió más a fuerzas que de ganas, ya que a diferencia de su hermana, tenía un espíritu libre que no entendía de reglas.

El día pasaba lento, y _______ aún pensaba que faltaban algunos otros dos más. «Que martirio si todo esto será encerrada en este... Pasillo» pensaba ______, sentada en el suelo fuera de su habitación, mientras miraba gente de todos tipos pasar, la mayoría sirvientes y empleados del barco. Vanessa de lo contrario, estaba dentro del camarote, dibujando lo que la circular y poco oxidada ventana le permitía ver. Era una excelente dibujante, _______ seguía sin encontrar su pasión, a parte de cuidar de sus tan queridas cabras y hacer todo lo que le prohibían.

Jugando con un ratón que se había encontrado, ________ escuchó a dos sirvientas platicar sobre un gran baile que celebrarían esta noche, al parecer era el matrimonio de alguien importante. Supo entonces que debía elaborar un plan para poder asistir sin que Vanessa se enterara, de lo contrario no podría ir a curiosear. Faltaba menos de una hora, así que decidió entrar a la habitación.

-¿Qué dibujas? -preguntó mientras le mostraba el pequeño y hambriento ratón.

-El mar, nunca estuvimos sobre él hasta ahora -contestó acariciando al roedor con la yema de sus dedos izquierdos, guardando la tiza y el dibujo en una caja de madera con su mano derecha.- Iré a dormir, estoy muy cansada.

________ notó que el cansancio era real, además de la preocupación que tenía su hermana. Esos eran buenos aspectos a su favor, ya que sabía muy bien que una Vanessa estresada, era una Vanessa soñolienta que una vez su cabeza tocase la almohada, muy difícilmente se despertaría.

-Por supuesto, descansa -dijo intentando  fingir su alegría. El estar entre tanta gente importante hacía que su corazón latiera de adrenalina y morbo.

Primaveras en Diciembre (INCOMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora