Solo quiero ser Horacio

Alguien

Horacio se quedó mirando a Gustabo, pensando qué más podría decirle, ¿qué otra cosa habría hecho que le perturbara tanto? pero si lo del secuestro de Volkov ya era demasiado... no quería ni imaginar que más le diría. Gustabo levantó la cabeza y lo miró a los ojos.

─ Hace unas semanas estaba patrullando solo, tu estabas en la casa durmiendo, y el viejo me llamó a trabajar, que por cierto insiste que nunca te obligue a ir a trabajar, ya que tu tienes una misión especial ¿sabes?... ─ esto le sorprendió a Horacio un poco, ahora entendía porque nunca lo llamaban a él para entrar en turno, y solo iba cuando quería, solo lo citaban para reuniones del CNI ─ Bueno, y como es el viejo pues no tuve de otra que acudir. Todo iba con normalidad hasta que intercepté a un coche robado, como esos robos usuales de los que hay todos los días. Detuve al conductor y este resultó ser el Gringo, lo traté como un delincuente cualquiera, lo último que quería era llamar su atención obviamente, así que no tenía pensado ni llevarlo a comisaría, solo una multa y ya. El empezó a bromear conmigo, como siempre es él, y yo le seguí el juego, cuando le entregué la multa cogió mi muñeca para retenerme y me dijo "Wilson Wilson... al fin te atrapé"

─ ¿Que? ─ Horacio sintió que sus piernas no le respondían y terminó sentándose torpemente frente a Gustabo.

─ Me quedé en shock, así como tu ahora, ni atiné a liberarme de su agarre, él me soltó y se rio de mí, yo ya no podía negar nada por la reacción que tuve.

─ Pero... ¿Cómo? ¿Cómo supo? mierda Gustabo hemos sido extremadamente cuidadosos.

─ Me dijo que me siguió desde casa porque ya sospechaba de mí, es hasta gracioso sabes... imagínate que él pensaba que estaba en otra mafia, y resultó que estaba en la policía.

─ ¿Por qué pensó eso?

─ Porque sabe cómo soy Horacio... y en su mafia soy un pelele más, y sabe que con eso no me conformo, que para qué negarlo, es la verdad, y lo sabes tú también.

Horacio se quedó callado unos minutos asimilando la información, así que John sabía que Gustabo estaba con la policía y que estaba infiltrado, si seguía vivo era por algo, John no era de dejar cabos sueltos por nada del mundo.

─ ¿Qué te dijo? supongo que las cosas no quedaron ahí.

─ Que no me mataba por ti, solo por eso. Y que yo no iba a tener nada que ver con la información importante de su mafia, solo lo que él decida decirme, y más bien que yo le tenía que pasar información de la policía, y que si descubre que le miento encontraría la manera de matarme y que parezca un accidente, para que tu no sospeches de él.

─ Joder Gustabo... ─ Horacio estiró la mano y la puso sobre la de su amigo.

─ A pesar de eso no le dije nada del CNI, solo que estaba en la policía, que estaba ahí por el poder que me daban y otras cosas más ─ a Gustabo empezó a caérsele una lágrima ─ te lo juro que del CNI no les dije nada.

─ Está bien Gustabo, te creo, tranquilo. ─ Horacio había visto a su amigo de esa forma muy pocas veces en lo que llevaban juntos, así que realmente se debería estar sintiendo mal.

─ Por favor Horacio, no le digas nada al viejo, sería muy peligroso, para mi... mi vida corre peligro.

─ Claro, no diré nada Gustabo...

─ Si algo me llega a pasar...

─ No digas estupideces, nada te va a pasar.

─ Déjame hablar por favor. ─ Gustabo se paró y miró fijamente la ciudad, Horacio aún sentado volteó a mirarlo ─ Tengo pensado algo Horacio, pero necesito que me prometas que pase lo que pase tu vas a seguir confiando en mi... tu eres mi hermano... te quiero Horacio.