No te desvanezcas

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Volkov, luego del beso que recibió en la nariz se dio cuenta de una circunstancia curiosa, Horacio estaba casi de su altura, lo que era físicamente imposible.

─ ¿Has crecido o qué?

─ Ahh ─ Horacio rio ─ tengo puestos unos botines con tacón, mira ─ se separó de él y levantó un pie modelando su botín ─ me pareció buena idea... hoy no me apetecía empinarme. ─ lo observó curioso esperando su reacción.

─ Ahh ya veo. ─ dijo Volkov observando los botines de Horacio con curiosidad, estos tenían unas correas y tachas, lo que los hacía vistosos a pesar de ser negros, claro dejando de lado que tenían tacón.

─ ¿A que están facheros?

─ Emm si, bueno yo no sé mucho de moda...

─ Disculpa que te lo diga pero eso es algo obvio señor comisario. ─ le dijo observándolo y cruzando los brazos como normalmente Volkov lo hacía cuando evaluaba una situación.

─ Oye, déjame en paz, me vestiré básico, pero tengo mi propio estilo.

─ Tan estilo que pareces mucho mayor.

─ Eso no me importa.

─ Tendremos que ir un día de compras.

─ Eso ni lo sueñes. ─ Volkov de pronto se acordó del día que encontró a Horacio en la tienda de ropa, y lo que escuchó en el vestidor... se puso serio. También recordó lo que Gustabo dijo en una de las reuniones con Conway y con lo que le encaró después, se había olvidado de todo eso.

─ ¿Qué sucede? ─ le preguntó Horacio notando su cambio de humor.

─ No es nada...

─ Dime, se que algo te molesta, puedo sentirlo.

Volkov suspiró y decidió sentarse en un mueble de dos, esperando que Horacio se siente a su lado, que fue lo que hizo casi al instante.

─ Te acuerdas ese día que estando acá quisiste hablar conmigo y yo te evité.

─ Si, el día que te mandé el mensaje en la noche.

─ Ese día Gustabo me dijo algo.

─ ¿El que? ─ dijo Horacio asustado de lo que Gustabo pudo haberle dicho, ya que acostumbraba siempre ser indiscreto.

─ Me dijo que yo estaba celoso por ti, por lo que había dicho del tal John.

─ ¿Y era cierto?

─ Bueno si, no lo voy a negar, pero también me dijo que tú ya tenías lo que necesitabas... que no me metiera en tu camino.

─ ¿Qué? ─ a pesar de estar feliz porque Volkov admitió sus celos, lo último le confundió ─ ¿Pero por qué diría eso?

─ No lo sé, él pasa mucho tiempo contigo... con ustedes dos... ─ dijo Volkov pensando en todo el tiempo que Gustabo vería a Horacio y John compartir ─ supongo que se habrá dado cuenta...

─ Él no sabe lo que yo necesito, es mi hermano prácticamente, pero el único que sabe lo que necesito soy yo.

─ Y... lo que dijo antes...

─ No te quiero mentir Volkov ─ Horacio estaba determinado a ser completamente sincero ─ la especie de relación... cosa... la misión que tengo con John es complicada, yo... bueno...

─ No tienes que decirlo. ─ Volkov se paró del mueble y caminó hacia una ventana. Horacio se quedó pensando si era buena idea acercarse por un par de minutos hasta que lo hizo poniéndose a su lado.

Solo quiero ser HoracioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora