Solo quiero ser Horacio

Paralizado

Horacio llegó al estacionamiento general de la sede, dejó su auto algo lejos de la entrada y caminó desganado. En todo el camino en auto ya no sabía qué pensar, ¿por qué estaban en la sede del CNI? ¿no deberían estar buscándolos? ¿o eso significaba que ya los habían encontrado? pero eso sería que sabían que había pasado con Gustabo... y parte de él no quería saberlo, pero solo tuvo la opción de ir sin pensar, solo obedecer, como Volkov le había dicho que hiciera, ellos sabrían que hacer ¿no?

Cuando llegó a la cochera pequeña que daba al ascensor se encontró con Volkov que estaba con su característico pasamontañas militar, no tuvo tiempo de saludarlo y este se abalanzó a abrazarlo.

─ Lo siento Horacio.

─ ¿Qué? ─ dijo con miedo ─ ¿Qué pasó?

─ Por hablarte así, tenía que hacer que llegaras seguro, que no pensaras de más. ─ Horacio suspiró y lo abrazó de la cintura.

─ No te preocupes, si no lo hacías no sabría si hubiese llegado. ─ se separó de él ─ ¿Cómo... ¿Saben... ─ Horacio no sabía cómo preguntar a algo de lo que no quería una respuesta.

─ Subamos.

Ambos hombres subieron a las oficinas y entraron a la sala de reuniones principal, en donde Conway estaba en un mueble secándose el cabello con una toalla, parecía que se había dado un baño, y Michelle estaba mirando las vistas desde la ventana. Cuando Conway vio que Horacio entró, solo lo quedó mirando con ¿lástima? A pesar de eso Horacio tenía miedo de hablar y esperó que este lo hiciera primero.

─ Siéntense todos, esto es algo largo de contar.

Todos obedecieron sin decir palabra.

─ Gustabo hoy en la tarde me citó para conversar, me invitó una botella de agua y lo próximo que recuerdo es estar en esa isla, lo tenía todo perfectamente planeado. Desperté atado de pies, manos y amordazado, desde que lo vi sabía que algo iba mal, claro dejando de lado el hecho de que estaba secuestrado. Ese no era Gustabo, lo pude ver en su mirada y lo pude confirmar cuando empezó a hablar.

*

─ Conway... ¿ahora estás indefenso eh? mírate ahí en el suelo atado y hecho mierda, seguro que podría darte un tiro, tirarte al mar, y nadie nunca te encontraría... como con Torrente ─ Gustabo primero rio y luego se quedó mirándolo pensativo ─ pero no debo ceder a la tentación, tienes fines más importantes esta vez. ─ Conway se movía tratando de desatar sus manos a su espalda y trataba de hablar ─ Ni lo intentes, ese nudo es imposible de romper, pero si puedo dejarte hablar, a ver que tienes que decir... ─ Gustabo bajó la mordaza de Conway.

─ ¡Maldito anormal capullo de mierda! ¡Suéltame de una puta vez!

─ Uy que novedad que me insultes, no me lo esperaba para nada ─ dijo Gustabo riendo y caminando de un lado a otro mientras Conway le seguía insultando ─ si me sigues insultando no me dejarás hablarte de mi plan, pero bueno ese es tu problema, tú serás uno de los perjudicados.

─ ¡Métete tu puto plan por el culo! ¿Por qué cojones me has traído aquí?

─ Bien bien, me dejarás hablar al parecer... Va a venir John acá, Gringo... y te voy a ofrecer como pago para recuperar a Horacio.

─ ¡¿Qué?!

─ ¿Sabes que él quiere matarte hace mucho tiempo no? pues te pondré ahí en sus asquerosas manos, con tal que deje en paz a Horacio, tendrá que hacerlo, Gringo solo quiere hacerse con la ciudad y tu eres lo único que se interpone en su camino. ─ Gustabo sentía la mirada atenta de Conway en él mientras caminaba ─ Pero antes de eso tu avisaras a la policía de mierda para que te busquen, y así tendrás refuerzos, por que de seguro él no vendrá solo por más que se lo diga, de ese modo nosotros nos podremos hacer cargo de él, seremos dos contra uno.