Soy Tuyo (2)

Capítulo 35

Ser mamá es algo que he deseado desde que soy una niña. Soñaba con el día de mi boda y todos los hijos que vendrían en el futuro, supongo que todas las mujeres queremos experimentar en algún momento de nuestra vida lo que es esta etapa tan maravillosa de la maternidad. Siempre creí que conocería a mi primer novio en mi trabajo soñado, tendríamos una relación de muchos años y con el tiempo él me pediría matrimonio, yo aceptaría, nos casaríamos en un viñedo en la Toscana y tres años después concebiríamos a nuestro primer hijo. El futuro es incierto, nadie puede planear su vida porque siempre habrá algo o alguien que cambie tu destino. Jamás me imaginé que mi vida daría este giro inesperado y mucho menos que pasaría por esto sola. Comencé a pensar en mi familia y en como tomarán la noticia en cuando tenga el valor para decírselos, pero pronto borre de mi cabeza cualquier tipo de conjeturas.
Mia decidió llevarme a una cafetería para hablar tranquilamente, Josh nos alcanzaría más tarde porque tuvo que volver a la oficina por los manuscritos que dejó en su escritorio por correr al hospital en cuanto recibió la noticia de mi desmayo. Llevábamos diez minutos en silencio, ninguna de las dos sabía como empezar a discutir el tema. Mia no pudo decir ni una palabra, así que se paró de su asiento y fue a la barra a pedir otro café. Por mi parte, seguía sentada en uno de los muebles negros con vaso lleno de té helado enfrente de mí. No tenía cabeza para nada que no fuera el significado que tendrá mi vida. Este solo es el principio de mi gran cambio como mujer. En unos meses conocería a mi razón se ser y no podía esperar a tenerlo en mis brazos. Por alguna extraña razón ya no tenía miedo, tenía muy claro cuál es el camino que necesito seguir y cuáles eran las decisiones que debo tomar.
Mi bebé no sería un impedimento para terminar mis estudios ni para seguir en mi trabajo, ahora más que nunca sé que todo lo que haga a partir de hoy no solo será para mi futuro, sino que también para el futuro de mi hijo o hija. Pensé que nunca sería capaz de amar a alguien por encima de Hayden, pero ahora veo lo equivocada que estaba. Todavía no conocía a la personita que está dentro de mí y todo el amor que siento por él o ella ya es infinito.

- Y bien... - regresa Mia y se sienta delante de mí. -¿Cómo te sientes?

Solté una suave risa cuando escuché su pregunta.

- ¿En serio es lo único que tienes que decirme después de descubrir que tu mejor amiga será una madre soltera de diecinueve años? - digo con un tono de burla.

- Yo...- se quedó pasmada.

- Estoy jugando contigo- vuelvo a reírme al ver su cara de susto.

- ¡Demonios Teresa! Esto no es una maldita broma- me regaña. -Estás embarazada- dice en voz muy baja.

- ¿Por qué susurras? – pregunto consternada. -No tienes por qué hacerlo, no tengo nada de qué avergonzarme.

Mia abrió mucho los ojos y le dio un sorbo a su café.

- ¿Qué? ¿Piensas que tengo algo de qué avergonzarme? - replico molesta.

- ¡No! – exclama. -Lo siento Tessa, no fue mi intención.

Entiendo el motivo por el cual Mia sentía que estar en mi posición era algo vergonzoso, no dejaba de ser una chica joven sin una vida adulta establecida. Muchas personas me juzgarán y me mirarán, pero nunca me ha importado lo que los demás piensen o digan de mí.

- No quiero hacerte sentir mal, créeme que es lo que menos quiero en estos momentos.

- Está bien Mia.

- No, no está bien- refuta. -Yo solo pienso en los chismorreos y las terribles cosas que dirán en el campus, pero no me he puesto a pensar en ti, en lo que debes de estar pasando.

- Lo creas o no, estoy perfectamente bien- digo con una gran sonrisa. -No me importa lo que los demás tengan que decir al respecto, sé que puedo hacer esto. Tengo que hacerme responsable por mis acciones. Si fui capaz de tener una mentalidad adulta para tener relaciones con Hayden, entonces también tengo que tener la misma mentalidad para hacerme cargo de la persona que está creciendo dentro de mí. Después de todo, este pequeño no tiene la culpa de nada.